🔥 Testigo clave habla: el sobreviviente del Grupo Fugitivo revela la verdad sobre los asesinos
Fue una emboscada perfectamente planeada.
Una noche que parecía ser solo otro viaje de regreso tras una presentación, se convirtió en la peor pesadilla del Grupo Fugitivo.
Y ahora, el único sobreviviente del ataque ha decidido hablar.
Su testimonio, entregado a la Fiscalía y filtrado por fuentes cercanas a la investigación, es tan perturbador como revelador.
Por primera vez, se conocen los rostros y los motivos detrás del crimen que conmocionó a México.
El sobreviviente, cuya identidad se mantiene en reserva por motivos de seguridad, narró con detalle cómo fueron interceptados en una carretera secundaria del estado de Zacatecas.
Según su testimonio, tres camionetas sin placas cerraron el paso al vehículo en el que viajaban cuatro miembros del equipo técnico y dos músicos.
Lo que vino después fue una ráfaga de gritos, armas largas y caos.
“Nos bajaron apuntándonos.
Sabían exactamente quiénes éramos.
No era un asalto al azar”, declaró.
En medio de los forcejeos, dos de los técnicos intentaron correr.
No llegaron lejos.
Fueron ejecutados en el acto.
Al vocalista lo obligaron a arrodillarse mientras le exigían información: “¿Dónde está el dinero? ¿Quién les paga? ¿Dónde está lo que se llevaron?”, gritaban los atacantes, según relató el testigo.
Fue entonces cuando reconoció a uno de ellos.
No era un extraño.
Era Fernando “N”, un exmiembro del staff del grupo que había sido despedido meses atrás por comportamiento agresivo y sospechas de robo.
Pero Fernando no estaba solo.
Otro de los atacantes, descrito como un hombre corpulento con acento del norte, también fue identificado: “El Gato”, conocido en el medio por su historial de extorsiones a bandas musicales de la región.
Según el sobreviviente, “El Gato” había amenazado en varias ocasiones con “hacer caer” a cualquiera que se negara a pagar su cuota de “protección”.
El Grupo Fugitivo había recibido esas advertencias, pero nunca imaginaron que se concretarían de forma tan sangrienta.
La declaración del sobreviviente no solo permitió identificar a los agresores, sino que también reveló el móvil detrás del crimen.
Al parecer, todo giraba en torno a una disputa económica interna: dinero desaparecido, sueldos no pagados y sospechas de que uno de los músicos había hecho tratos por fuera con promotores sin informar al resto.
“Nos estaban vigilando desde dentro.
Sabían nuestros movimientos, sabían dónde íbamos a estar esa noche.
Alguien cercano les pasó toda la información”, confesó el testigo.
La Fiscalía ha confirmado la autenticidad del testimonio y, gracias a los datos aportados, se logró capturar a Fernando “N” en una operación relámpago realizada en Aguascalientes.
En el momento de su detención, tenía en su poder armas, celulares con mensajes incriminatorios y una lista con nombres de otros grupos musicales.
La teoría de que se trataba de una red criminal dedicada a extorsionar artistas comienza a tomar fuerza.
Por su parte, “El Gato” sigue prófugo, pero ya hay una orden de búsqueda y captura nacional en su contra.
Se le considera armado y extremadamente peligroso.
Varios excolaboradores de bandas regionales han comenzado a hablar, y lo que están contando podría exponer una red de violencia, extorsión y silencio que lleva años operando en la industria.
Mientras tanto, el sobreviviente ha sido trasladado a una ubicación protegida y cuenta con seguridad permanente.
Sus palabras, que hoy revelan los detalles más oscuros de esta tragedia, podrían ser clave para desmantelar un sistema de terror oculto tras el brillo de los escenarios.
La noticia ha sacudido no solo a los fans del Grupo Fugitivo, sino a todo el gremio musical.
Cantantes, técnicos y promotores han comenzado a pedir protección, y algunos incluso han cancelado presentaciones por temor a represalias.
Lo que parecía un caso aislado, ahora se perfila como la punta de un iceberg de violencia sistemática en el espectáculo regional.
Esta no es solo la historia de un crimen.
Es una red de traiciones, amenazas y sangre.
Y hoy, gracias al valor de un sobreviviente, los asesinos tienen rostro, nombre… y pronto, según prometen las autoridades, también tendrán sentencia.
Porque esta vez, la verdad no pudo ser silenciada.