Además de su impresionante habilidad vocal y su legado en el mundo del merengue, Rubby Pérez también destacó por su afición a los autos exóticos.
A lo largo de los años, el artista construyó una impresionante colección de autos que hoy forma parte de los recuerdos más valiosos que dejó a su familia.
Amante del diseño, la velocidad y el lujo, Rubby no escatimaba a la hora de adquirir modelos únicos y de alto rendimiento.
Se le vio en varias ocasiones al volante de autos deportivos de marcas europeas como BMW, Mercedes-Benz y Audi, así como vehículos personalizados con detalles exclusivos.
Para Rubby, cada automóvil no era solo un medio de transporte, sino una expresión de estilo y libertad.
En entrevistas pasadas, mencionó que conducir era uno de sus placeres personales, una forma de desconectarse del mundo del espectáculo y disfrutar momentos de paz.
Su colección, que incluía desde autos clásicos restaurados hasta modelos modernos de edición limitada, es ahora una muestra más del éxito que alcanzó con esfuerzo y dedicación.
También representa el gusto refinado de un hombre que, aunque vivía con sencillez, sabía apreciar las grandes cosas de la vida.
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