😱¡LOS CHAPITOS AL MANDO! Los hijos de El Chapo se reparten el cartel y uno de ellos ya estaría consolidando su liderazgo
La figura de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera sigue generando titulares a pesar de que se encuentra cumpliendo una condena de cadena perpetua en los Estados Unidos.
Sin embargo, el interés público se ha desplazado ahora hacia sus herederos, los hijos que alguna vez estuvieron en las sombras y que hoy se encuentran en el centro de la atención mundial.
Conocidos como “Los Chapitos”, cada uno ha tomado rumbos distintos, pero todos bajo la misma pregunta: ¿quién tomará realmente el control del imperio que dejó su padre?
El Chapo tuvo varios hijos con diferentes mujeres, pero los más notorios, especialmente por sus vínculos con el crimen organizado, son Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López.
Ellos han sido señalados por autoridades de México y Estados Unidos como piezas clave en la reestructuración del Cártel de Sinaloa tras la caída del capo.
Iván Archivaldo, apodado “El Chapito”, es considerado por muchos como el líder principal del grupo de los hijos del Chapo.
Desde joven se le vio involucrado en actividades relacionadas con el narcotráfico, y tras la captura de su padre, Iván habría asumido un rol estratégico.
Se dice que es quien maneja las relaciones con otros grupos criminales, coordina rutas internacionales y mantiene una estructura de mando férrea.
A pesar de sus múltiples menciones en informes oficiales, hasta la fecha no ha sido capturado, y su paradero sigue siendo incierto.
Algunos aseguran que se mueve entre zonas rurales del Triángulo Dorado, protegido por un fuerte círculo de seguridad.
Jesús Alfredo Guzmán, también señalado por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, es el segundo de los hermanos más activos dentro del negocio.
Conocido por ser más discreto que Iván, Jesús Alfredo también ha sido incluido en la lista de los más buscados del FBI.
Se dice que opera desde la logística y la inteligencia financiera del cártel, coordinando movimientos de dinero y distribución de droga, sobre todo en rutas hacia Estados Unidos.
En 2016, su nombre resonó fuertemente cuando fue presuntamente secuestrado por miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación, aunque fue liberado días después, lo que generó rumores sobre un posible pacto de no agresión entre ambos grupos.
Ovidio Guzmán López, mejor conocido como “El Ratón”, ganó notoriedad mundial en octubre de 2019, cuando fue capturado por fuerzas federales en Culiacán, y posteriormente liberado por orden del presidente López Obrador tras una jornada de violencia sin precedentes conocida como “El Culiacanazo”.
Este evento marcó un antes y un después en la percepción del poder de los hijos del Chapo.
Ovidio fue recapturado en 2023 y extraditado a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por tráfico de drogas y lavado de dinero.
Su caso sigue en desarrollo, y su ausencia en el grupo ha generado reacomodos internos que aún se están evaluando.
Joaquín Guzmán López, uno de los hijos menos mediáticos, ha sido también acusado por autoridades estadounidenses de participar en la importación y distribución de grandes cantidades de drogas.
Si bien se sabe menos sobre su rol específico, su nombre aparece en diversas investigaciones que lo vinculan directamente con el liderazgo operativo del grupo.
Según informes de inteligencia, estaría más involucrado en el manejo de laboratorios clandestinos, sobre todo en la producción de fentanilo, una de las drogas más lucrativas y letales del momento.
Además de los cuatro principales, se sabe que otros hijos del Chapo han optado por caminos diferentes.
Algunas de sus hijas han llevado una vida más pública, alejada del crimen.
Alejandrina Guzmán, por ejemplo, se ha dedicado a crear una marca de ropa y accesorios inspirada en la imagen de su padre.
A través de redes sociales y eventos públicos, ha intentado construir un legado empresarial y “romantizado” en torno a la figura del capo, algo que ha sido criticado por sectores que consideran inapropiado glorificar a un criminal condenado.
A medida que el tiempo pasa y el Chapo continúa aislado en la prisión de máxima seguridad ADX Florence, la pregunta que todos se hacen es quién terminará por quedarse con el control real del Cártel de Sinaloa.
Las autoridades han señalado que el grupo de “Los Chapitos” no actúa como una sola unidad, sino más bien como un bloque con divisiones internas, alianzas temporales y tensiones latentes.
La fragmentación del cártel, sumada a la presión internacional, ha generado nuevos liderazgos y enfrentamientos internos que han sido documentados por diversas agencias de inteligencia.
A pesar de los operativos, los decomisos millonarios y las capturas puntuales, el grupo de los hijos del Chapo sigue operando con notable eficacia, según informes de la DEA.
Las rutas continúan activas, la producción de droga no ha disminuido y el flujo financiero sigue moviéndose a través de complejas redes de lavado.
En este contexto, cada uno de los hermanos juega un papel específico que, en conjunto, mantiene al Cártel de Sinaloa como uno de los grupos más poderosos del hemisferio occidental.
Las autoridades mexicanas y estadounidenses mantienen bajo constante vigilancia las actividades del grupo, aunque reconocen que la captura de uno o varios de los Chapitos no garantiza la caída total del cártel.
El relevo generacional está en marcha, y los hijos del Chapo, con toda la experiencia heredada y las conexiones forjadas en la clandestinidad, parecen haber aprendido a moverse con una habilidad que incluso supera a la de su propio padre.
El futuro de la organización criminal más emblemática de México sigue dependiendo, en gran parte, de las decisiones de estos jóvenes herederos del narco.
La pregunta de quién tomará las riendas del “negocio familiar” parece no tener aún una respuesta definitiva, pero lo que sí está claro es que cada uno de los hijos del Chapo Guzmán ya tiene un rol marcado en este tablero de poder, dinero y sangre.
Y mientras no haya una ruptura real en la estructura, todo indica que el apellido Guzmán seguirá pesando en el mundo del crimen por muchos años más.