El drama en el corazón del espectáculo peruano no conoce de pausas ni de límites.
La telenovela de la vida real que involucra a la exreina de belleza Maju Mantilla, su esposo, Gustavo Salcedo, y la amiga de este, Mariana de la Vega, ha tomado un giro tan inesperado como explosivo.
Ahora resulta que, después de que Mariana de la Vega, la supuesta amiguita del esposo de Maju, rompiera su silencio en los medios.

Ella juró una y otra vez que no tuvo absolutamente nada de índole romántica o íntima con Gustavo Salcedo.
Pero, el drama, lejos de apaciguarse, se ha intensificado con la irrupción del propio Salcedo.
El esposo de Maju Mantilla decidió romper el silencio después de que la propia Mariana de la Vega quedara, irónicamente, en el ojo del huracán mediático.
El motivo de este cambio de foco fue ese famoso chat donde supuestamente Mariana acusa a la propia Maju Mantilla de ser la infiel en el matrimonio.
Sí, como lo oyen, la que hasta hace poco era percibida y defendida por el público como la víctima en la trama de la presunta infidelidad de su esposo, ahora termina siendo señalada directamente por la amiga del implicado.
El giro de los acontecimientos es tan dramático que el público se rinde ante la intensidad.
Jajaja. Este chisme, sin duda, da más giros que una novela turca mal guionizada.
El origen de esta nueva y explosiva teoría se remonta a una filtración televisiva.
Todo empezó cuando Janet Barbosa, actuando como buena portavoz del caos y la polémica, soltó en plena televisión el contenido del chat comprometedor.
En ese mensaje privado, Mariana de la Vega habría, presuntamente, dejado a Maju Mantilla en una posición sumamente delicada y en ridículo.
Y claro, como era de esperarse, el internet explotó con la velocidad y la fuerza de una supernova.
Se desataron oleadas de memes, comentarios airados y teorías de conspiración.
Todo el combo completo del escándalo mediático se puso en marcha con una velocidad asombrosa.
Entonces, Gustavo Salcedo, quien hasta ese momento andaba convenientemente calladito y viendo el incendio desde su esquina de aparente inocencia, dijo basta.
Decidió que había llegado el momento de hablar públicamente y dar su versión de los hechos.
Porque, como bien reza el dicho, cuando el fuego llega directamente a tu puerta, más vale decir algo antes de que te quemen vivo por omisión.
En un movimiento que muchos calificaron de cobarde, la defensa llegó a través de una entrevista por WhatsApp.
Este es el nuevo formato para las celebridades que no quieren dar la cara ante las cámaras.
El hombre de negocios, Gustavo Salcedo, se dispuso a dejar su posición muy clara y categórica.
El hombre dejó claro que él no fue infiel a su esposa.
Sostuvo que todo el escándalo fue simplemente inventado por los medios de comunicación y la prensa de espectáculos.
Declaró que no pasó absolutamente nada entre él y Mariana de la Vega.

Afirmó que ni siquiera se acercó a Mariana de la Vega con intenciones que pudieran ser malinterpretadas.
Según su testimonio, tiene los papeles del Hotel Westing para demostrar su inocencia.
Estos documentos, según él, prueban la ausencia de cualquier encuentro íntimo.
Que si spa, sauna o habitación, para Salcedo, la respuesta es un rotundo nada de nada.
Insiste en que sus acciones fueron todo muy limpio y transparentes.
Bueno, eso es lo que dice él, por supuesto.
Porque ya sabemos por experiencia que cuando alguien en un escándalo comienza a sacar recibos y documentos, la cosa está verdaderamente caliente y necesita desesperadamente una defensa de papel.
Ahora, después de las declaraciones de Mariana de la Vega, adivinen quién ha salido al frente para defenderse de las especulaciones.
Sí, nada menos que el mismísimo Gustavo Salcedo, de nuevo en el micrófono.
Así que abran bien los oídos y presten atención, porque se quiso defender con todo de las acusaciones de la amiga.
Su declaración, citada textualmente, es una negación total de la narrativa de los medios.
“Perdón, esa fue una historia creada por ustedes los periodistas, donde jamás existió nada, ni había ninguna intención de que pase absolutamente nada.”
Reiteró su argumento de las pruebas documentales: “Tengo todos los documentos de descarga del Westing. Ni spa, ni sauna, ni habitación, ni nada de nada”.
Su madre, la intensidad de la negación es un tema aparte.
Todo parece indicar que Gustavo quiere llevar la fiesta en paz con su esposa, Maju Mantilla, a toda costa.
Pero, la pregunta que el público se hace es: ¿Será el caso que Maju despejó toditita sus dudas después de las supuestas pruebas de su esposo?
La respuesta del ingeniero, con la frente bien en alto, fue en el mismo tono defensivo y de súplica.
No van a creer lo que el ingeniero nos dijo en su entrevista escrita.
“Nunca falté a mi matrimonio, jamás”.
Y puso un punto final a su declaración: “No diré nada más. Y espero que dejen de hablar también de Maju, ya fue suficiente. Y espero que dejen de hablar también de Maju, ya fue suficiente”.
Ya pues, Gustavito, tampoco nos eches la culpa de la trama que se generó por tus propias acciones.
Y aunque no quiso hablar del dichoso chat de Mariana, ese que acusa a su esposa, dejó caer una bomba.

Dejó caer que jamás le faltó a su matrimonio con Maju Mantilla.
Y que todo fue, según él, una novela armada y exagerada por los periodistas sedientos de escándalo.
Claro, Gustavo, todos son malos, menos tú y tu impecable historial.
Pero bueno, al menos su declaración incluyó una petición que resonó en el set.
Al menos pidió que ya paren con el tema.
Que dejen a Maju tranquila, que ya fue suficiente para ella y para su familia.
El tono de su mensaje, sin embargo, suena más a un grito de desesperación que a un pedido amable y sereno.
Es como quien dice con un tono de fastidio: “Ya déjenme en paz, que me tienen harto de tanto chisme”.
Mientras tanto, la otra implicada, Mariana de la Vega, que fue la persona que desató este enredo con su chat filtrado, tampoco se quedó callada.
La mujer salió a decir que lo que ella comentó en su círculo privado debía quedarse ahí, en ese ámbito.
Afirmó que si quieren más detalles sobre el supuesto affaire, que vayan a preguntarle a su fuente de confianza.
Dejó en claro que a ella no la molesten más con el tema, buscando alejarse de la polémica que ella misma avivó.
O sea, básicamente, su elegante respuesta se traduce en un “Sí, hablé, pero no me jodan más con el tema”.
Jajaja, qué manera tan elegante y conveniente de sacarse el problema de encima y lavarse las manos.
También dijo, en su defensa, que no quiere que la sigan metiendo en chismes de terceros.
Aseguró que ha sido víctima de las filtraciones y que eso ha dañado gravemente la estabilidad de su familia.
Insistió en que entre ella y Gustavo nunca hubo nada.
Nada de romance, nada de aventuras, todo, según ella, puro invento sensacionalista.
Pero claro, después de lo del chat donde acusa a Maju, cualquiera duda de su versión de los hechos.
Porque si no hubo absolutamente nada comprometedor, ¿para qué hablar tanto en un círculo privado sobre el matrimonio de un tercero?

A veces, el silencio dice mucho más que cualquier declaración o negación forzada.
Lo cierto es que este triángulo mediático sigue dando material jugoso para el deleite de la prensa.
Mariana se queja de ser víctima cuando mucho de lo que se ha expuesto ha sido también gracias a ti, por tu propia boca y tus chats indiscretos.
Pero la cosa no quedó ahí porque el esposo de Majito quería seguir defendiéndose hasta el final.
Gustavo, es importante recordarte que Maju es una figura pública.
Y este tema se sigue tocando en los medios, a raíz de todo lo sucedido y las contradicciones.
Hace unos días, Maju estuvo en un evento público y, con gran dignidad, dijo que aceptaba tus disculpas, un gesto que muchos interpretaron como una tregua.
El esposo simplemente reiteró su súplica en su última comunicación: “Espero que ya la dejen en paz. Creo que ya fue suficiente. Saludos”.
Bueno, bueno, parece que Gustavo ahora levantó la banderita de la paz y ya no quiere más enfrentamientos públicos con Maju, al menos de su parte.
Pero, ¿será que seguirá manteniendo esa posición de paz o lo veremos nuevamente, en un arrebato, echando más leña al fuego?

Qué frescura, de verdad, la de algunos hombres, ¿no?
Gustavo jura que tiene pruebas de su inocencia en un hotel, pero no las muestra públicamente.
Mariana dice que ya no le escriban y se victimiza como la más ofendida.
Y Maju, pobre Maju, la exreina.
Ella sigue tratando de mantener la compostura y la dignidad en público.
Todo esto sucede mientras su nombre está en todos los titulares de la prensa de chismes.
Jajaja, qué circo mediático tan perfectamente orquestado, o desorganizado.
Y lo peor de todo es que todos dicen querer paz, pero ninguno de los implicados deja de hablar o de soltar indirectas.
Cada uno suelta su versión, su indirecta, su verdad absoluta en cuentagotas.
Y los fans y seguidores quedan como locos buscando quién miente más en esta enredada historia.
En resumen de esta farsa, Gustavo se lava las manos con documentos no mostrados.
Mariana se hace la ofendida y la víctima de la prensa.
Y Majo queda como la mártir del cuento, la mujer engañada que perdona en silencio.
Pero, en este tipo de historias de amor y traición, nadie es completamente santo, ese es el secreto.

Todos tienen algo que esconder, algo que callar bajo la alfombra de la fama.
Y mientras tanto, los programas de chisme se llenan los bolsillos con rating y publicidad.
Porque claro, nada vende más que un escándalo de amor, infidelidad y traición en el prime time.
Así que sí, Gustavo habló, pero más que aclarar, dejó todo igual de turbio y confuso.
Dijo que tiene documentos que lo respaldan, pero no los mostró públicamente para acallar el rumor.
Dijo que no pasó nada indebido, pero tampoco negó que hubo contacto o algún tipo de encuentro con Mariana.
Y Mariana, bueno, Mariana sigue con su discurso Zen y de “víctima”.
Actúa como si no hubiera sido ella la que soltó la bomba que hizo temblar todo el espectáculo peruano.
Al final, este tipo de escándalos no se trata de quien dice la verdad, una cualidad abstracta.
Se trata de quién sabe manejar mejor su versión y su narrativa pública ante las cámaras.
Y por ahora, todos los involucrados parecen estar jugando al eterno juego del “yo no fui”.
Jajaja. Que alguien les dé un descanso, un dialet, y que pongan un punto final, porque esto supera cualquier guion de televisión mediocre.