Francisco José Hernández Mandujano, conocido artísticamente como Chico Che, fue uno de los músicos más emblemáticos y queridos de México.
Nacido el 7 de diciembre de 1945 en la Ciudad de México, Chico Che se convirtió en un ídolo de multitudes gracias a su estilo único, su carisma y su música que fusionaba cumbia, merengue, rock and roll y ritmos tradicionales mexicanos como el huapango y la música de marimba.
Su legado musical y su imagen peculiar siguen siendo recordados con cariño, aunque su vida estuvo marcada por dificultades y un final prematuro que conmovió a sus seguidores.

Chico Che nació en el seno de una familia trabajadora. Su padre, Gabriel Hernández Siervo, originario de Teapa, Tabasco, trabajaba en la revista Impacto, fundada por su hermano Regino Hernández Llergo, un periodista.
Su madre, Haydee Mandujano de Hernández, era profesora normalista originaria de Villahermosa, Tabasco, pero lamentablemente falleció cuando Francisco tenía apenas cinco años.
Esta tragedia marcó profundamente su infancia, y fue su hermana mayor, Matilde, quien se encargó de su cuidado y posteriormente se convirtió en su manager.
Chico Che fue el segundo de tres hermanos, además de Matilde, tenía una hermana menor llamada Aidé.
En su juventud, Chico Che estudió en la Academia Militarizada Benjamín N. Velasco en Querétaro y cursó un semestre de Derecho en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Desde muy temprano mostró un gran talento musical, especialmente en el manejo de teclados y sintetizadores, además de la guitarra y el saxofón, instrumento que se convertiría en uno de sus sellos característicos.
Su pasión por la música lo llevó a formar el grupo “La Crisis”, con el cual alcanzó gran éxito.
Además, incursionó en el cine, participando en cinco películas junto con su grupo, entre ellas “Despedida de soltero” y “Patito de ojo”.
Su música reflejaba una fusión innovadora, combinando ritmos tropicales con arreglos de rock y elementos folclóricos mexicanos, lo que le permitió conectar con un público amplio y diverso.

Una de las características más distintivas de Chico Che fue su peculiar vestimenta: usaba overoles de colores brillantes y materiales diversos, acompañados de anteojos de pasta.
En una época en la que estos atuendos eran considerados ropa de trabajo, él los usaba como símbolo de humildad y cercanía con el pueblo trabajador.
Chico Che quería transmitir que, a pesar de su fama y éxito, seguía siendo un hombre sencillo, parte del pueblo mexicano, un trabajador que luchaba por sacar adelante a su familia y a su gente.
Sus letras abordaban temas de romanticismo, humor político y crítica social.
Canciones como “El sustazo del negras” y “El partido por la mitad” hacían referencia a eventos políticos y sociales de México, como el arresto de Arturo Durazo y el sismo de 1985.
Además, incorporaba expresiones populares y un lenguaje cercano que hacía que sus canciones fueran fácilmente reconocibles y queridas.
Durante su carrera, Chico Che tuvo encuentros y diferencias con otros músicos populares.
En una entrevista con Talina Fernández, se mencionó su relación con Rigo Tovar, otro ícono de la música mexicana.
Aunque Rigo Tovar intentó minimizar el éxito de Chico Che, este respondió con humildad y respeto, reconociendo su propio camino y la importancia de su música.
Chico Che defendía a sus músicos como si fueran familia y nunca pensó en cambiarlos, mostrando su lealtad y humildad en un ambiente competitivo.

A pesar de su éxito, Chico Che enfrentó obstáculos en su carrera.
Su estilo y vestimenta no siempre fueron bien recibidos por todos, incluyendo a figuras influyentes como Raúl Velasco, quien en un programa televisivo se negó a transmitir su actuación, alegando fallos técnicos.
Este rechazo no detuvo a Chico Che, quien continuó siendo fiel a su esencia y a su mensaje.
Chico Che estuvo casado con Concepción Rodríguez Garduza, con quien tuvo tres hijos: Francisco José, Harley Gabriel y Roberto Carlos.
Su hijo menor, Roberto Carlos, ha seguido los pasos de su padre, interpretando sus canciones bajo el nombre artístico “Chicos y Chicos”.
Además de la música, Chico Che tenía otras pasiones, como el motocross, deporte que promovía activamente.
Era un hombre detallista y amoroso, preocupado por ofrecer siempre un espectáculo de calidad para su público y por mantener un ambiente armonioso con sus músicos.

El 29 de marzo de 1989, Chico Che falleció en su casa en la delegación Coyoacán, Ciudad de México.
Aunque se rumoraba que la causa fue un infarto, informes oficiales señalaron que un derrame cerebral fue la verdadera causa de su muerte.
Su hermana Matilde fue quien lo encontró inconsciente.
Su entierro en Villahermosa, Tabasco, fue un evento multitudinario, con la presencia de gobernadores, diputados y miles de fans que no pudieron contener el llanto ante la pérdida de un ídolo tan querido.
Chico Che dejó un legado imborrable en la música popular mexicana. Su grupo, “La Crisis”, y sus canciones siguen siendo escuchados y celebrados por nuevas generaciones.
Su imagen de hombre humilde, trabajador y cercano al pueblo mexicano lo convirtió en uno de los últimos verdaderos ídolos populares.
En contraste con muchos artistas actuales que presumen de lujo y riqueza, Chico Che representaba la esencia del mexicano trabajador.
Su tumba en Villahermosa se ha convertido en un lugar de homenaje para sus seguidores, quienes acuden para recordar y celebrar la vida y obra de este gran artista.
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