En la historia del rap mexicano, pocas agrupaciones han dejado una huella tan profunda y revolucionaria como Control Machete.
Surgidos en la década de los 90 en Monterrey, este trío regio no solo cambió el sonido del hip hop en México, sino que también encendió una llama de protesta, rebeldía y autenticidad que resonó en toda una generación.
Sin embargo, detrás de la fama y el éxito, se escondía una fractura interna que terminó por desgarrar al grupo.
A sus 58 años, Pato Machete rompe el silencio y revela la verdad que conmociona a los seguidores: la salida de Fermín IV no fue solo una decisión espiritual, sino una traición que dejó heridas profundas y un legado difícil de reconciliar.
El año 1995 fue un momento crucial para México, marcado por crisis económicas y una juventud llena de coraje y descontento.
En medio de este contexto nació Control Machete, un proyecto impulsado por Toi Selecta (DJ Toi), quien unió a dos voces que no buscaban cantar bonito, sino gritar verdades crudas: Pato Machete, con su voz de barrio y garganta rasposa, y Fermín IV, un rapero intenso y con fuego bajo la lengua.
Con un equipo limitado y mucha determinación, grabaron un demo que sorprendió a Universal, quienes firmaron al grupo sin dudarlo.
Su primer disco, “Mucho Barato”, lanzado oficialmente en 1997 tras superar problemas legales con samples, fue un golpe brutal a la industria musical saturada de baladas y pop superficial.
Con canciones como “Comprendes, Méndez”, Control Machete no solo hizo música, sino que lanzó un grito de guerra para una generación que necesitaba ser escuchada.
El éxito de “Mucho Barato” fue solo el comienzo.
En 1999 lanzaron “Artillería Pesada Presenta”, un álbum que rompió esquemas al mezclar hip hop con danzón, electrónica y sonidos prehispánicos.
Este disco consolidó su talento y valentía, y produjo himnos que trascendieron fronteras, llegando incluso a anuncios del Super Bowl en Estados Unidos.
Control Machete colaboró con grandes artistas, abrió conciertos para leyendas como U2 y David Bowie, y llevó el rap mexicano a escenarios internacionales.
Su gira con Molotov, conocida como Tour Molochete, fue un crossover explosivo que unió rap, rock y protesta, marcando un antes y un después en la música latina.
Justo cuando Control Machete alcanzaba su cúspide, en 2001, Fermín IV tomó una decisión que nadie vio venir: dejar la música para dedicarse a la fe cristiana.
La muerte de su abuelo lo sacudió profundamente y lo llevó a cuestionar su vida, la fama y el dinero.
Encontró respuestas en la Biblia y decidió convertirse en pastor.
Para Pato Machete y Toy Selecta, esta salida fue un golpe devastador.
Fermín no solo abandonó el grupo, sino que también dejó atrás lo que habían construido juntos.
Algunos fans lo vieron como un traidor, otros como alguien valiente que siguió su verdad, pero para Pato fue una traición artística y emocional que rompió la hermandad del grupo.
A pesar de la partida de Fermín, Pato y Toy decidieron seguir adelante.
En 2003 lanzaron “12 Bandera”, un disco más experimental que mantuvo la esencia combativa del grupo, aunque sin la química vocal que Fermín aportaba.
Este álbum contó con colaboraciones destacadas y mostró una evolución, aunque no alcanzó el impacto de sus trabajos anteriores.
Mientras tanto, Toy Selecta se reinventó como productor, fusionando cumbia, electrónica y sonidos latinos, y Pato continuó su carrera solista con discos como “Contrabanda” (2008) y “33” (2012), manteniendo su estilo crudo y contestatario.
Tras su conversión, Fermín IV lanzó varios discos de música cristiana y se convirtió en líder espiritual en la iglesia Semilla de Mostaza en Ciudad de México.
Su mensaje cambió radicalmente: de la rebeldía urbana a la fe y la esperanza.
Aunque algunos extrañan al Fermín de antes, muchos valoran la coherencia entre su vida y su mensaje actual.
Fermín ha sido claro en que no volverá a Control Machete porque el hombre que fue ya no existe.
Volver a rapear letras que ya no representa sería mentirse a sí mismo.
Esta postura ha cerrado definitivamente la puerta a una reunión completa del grupo.
Pato Machete ha hablado abiertamente sobre la salida de Fermín, llamándola una traición.
Aunque mantienen comunicación ocasional y respeto mutuo, la herida sigue abierta.
Para Pato, Fermín negó lo que fueron juntos y cerró la puerta con llave, tirando la llave al fuego.
Esta fractura interna refleja las complejidades de un grupo que fue más que música: fue hermandad, lucha y revolución.
La ausencia de Fermín dejó un vacío difícil de llenar, pero el legado de Control Machete sigue vivo en la memoria y el corazón de sus seguidores.
Control Machete no solo fue pionero, sino también un referente incómodo y auténtico del rap en español.
Su estilo crudo, sus letras directas y su actitud desafiante marcaron un antes y un después.
Han sido nombrados entre los mejores raperos en español por medios como Rolling Stone, y su influencia se siente en artistas contemporáneos como Alemán, Santa Fe Klan, Peso Pluma y Natanael Cano.
Aunque enfrentaron críticas y acusaciones de copiar estilos extranjeros, el tiempo ha demostrado que Control Machete fue original y revolucionario, moviendo masas y mentes con su mensaje honesto y sin concesiones.
Aunque Control Machete ya no está activo como grupo, su eco sigue resonando.
La frase “Mírame a los ojos, verás lo que soy” no era solo una pose, sino una declaración de identidad.
Su música sigue siendo una voz para quienes buscan autenticidad y lucha.
Pato Machete, Toy Selecta y Fermín IV tomaron caminos distintos, pero el machete que desenvainaron hace más de dos décadas sigue cortando el silencio.
Quizás algún día alguien se atreva a desenvainarlo de nuevo, no para revivir el pasado, sino para seguir rompiendo esquemas.
Mientras tanto, los fans deben aceptar que la historia de Control Machete es también una historia de lealtad, traición, fe y evolución personal.
Como dice Pato, no se trata solo de religión, sino de lealtad, y en ese sentido, la herida de la separación sigue abierta, recordándonos que detrás del arte siempre hay seres humanos con sus propias batallas.
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