⚽ “El Gol Que Nunca Fue: Salvador Cabañas y la Noche Que Cambió su Destino Para Siempre”
Era la madrugada del 25 de enero de 2010, y Salvador Cabañas disfrutaba de una velada en el famoso Bar Bar de la Ciudad de México.
En ese momento, era uno de los delanteros más destacados del fútbol mexicano, jugando para el Club América y con un precontrato en marcha para unirse al Manchester United.
La vida parecía sonreírle, pero en cuestión de minutos, todo cambiaría para siempre.
Una discusión aparentemente menor en el baño del establecimiento escaló rápidamente.
José Jorge Balderas Garza, alias “El JJ”, un hombre vinculado al cártel de los Beltrán Leyva, sacó un arma y disparó a quemarropa.
La bala impactó en la frente de Cabañas, quedando alojada en su cráneo, pero milagrosamente no lo mató.
El pánico se desató en el lugar.
Mientras el atacante huía, el personal del bar y algunos testigos corrieron a socorrer al futbolista.
Salvador fue trasladado de inmediato a un hospital cercano, donde los médicos decidieron no extraer la bala debido a los riesgos y se centraron en estabilizar su condición.
Durante días, su vida estuvo en vilo, mientras permanecía en cuidados intensivos.
La noticia del ataque conmocionó a México y Paraguay, y los aficionados llenaron estadios e iglesias para orar por su recuperación.
El Club América incluso le rindió homenaje en un partido, comenzando el juego con un jugador menos en el campo.
Pero detrás de las muestras de apoyo, surgían preguntas inquietantes: ¿Por qué ocurrió este ataque? ¿Fue realmente un acto de violencia al azar?
Salvador Cabañas, en entrevistas posteriores, reveló que el incidente no fue tan simple como parecía.
Según su versión, la confrontación comenzó con provocaciones verbales en el baño del bar.
“¿Qué esperas?”, desafió al agresor en un momento de tensión.
Pero Balderas Garza no actuó de inmediato.
Según testigos, parecía estar esperando algo o a alguien antes de sacar su arma y disparar.
Años después, Cabañas insinuó que el ataque podría haber sido parte de un plan mayor para alejarlo del fútbol y evitar su participación en el Mundial de 2010, lo que habría perjudicado las posibilidades de
Paraguay en la competencia.
Sin embargo, esta teoría nunca se comprobó de manera definitiva.
Los rumores sobre el ataque se multiplicaron.
Algunas versiones sugerían que estaba relacionado con una apuesta que Cabañas había ganado contra el equipo de su agresor.
Otros indicaban que la pelea en el baño se originó por un robo.
Incluso se llegó a vincular el incidente con un supuesto romance entre Cabañas y la actriz Arleth Terán, quien habría estado relacionada con el narcotraficante Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”.
Estas teorías, aunque impactantes, nunca fueron confirmadas, pero añadieron una capa de complejidad a una historia ya de por sí enredada.
Mientras tanto, la vida personal de Salvador Cabañas se desmoronaba.
Su esposa, María Lorgia, estuvo a su lado durante los momentos más críticos, pero su relación no sobrevivió a las presiones posteriores al ataque.
Las acusaciones de infidelidad y traición se convirtieron en el centro de una amarga batalla legal que lo despojó de gran parte de su fortuna, estimada en alrededor de tres millones de dólares.
“Lo quiero mucho como el padre de mis hijos, pero ya no hay amor como pareja”, declaró Lorgia en una entrevista.
La división de bienes y las disputas financieras dejaron a Cabañas en una situación económica precaria, agravada por problemas fiscales relacionados con su tiempo en México.
A pesar de los desafíos, Salvador Cabañas intentó retomar su carrera futbolística.
Entre 2012 y 2015, jugó en equipos de las divisiones inferiores de Paraguay y Brasil, pero las secuelas físicas y el largo periodo alejado del deporte profesional hicieron imposible su regreso al nivel de élite.
Finalmente, en 2014, anunció su retiro oficial del fútbol.
Ese mismo año, surgieron imágenes de él trabajando en una panadería, lo que desató rumores sobre su supuesto empobrecimiento total.
Sin embargo, Cabañas aclaró que el negocio era un emprendimiento para apoyar a sus padres y no su fuente principal de ingresos.
Con el tiempo, Salvador logró reconstruir su vida.
Diversificó sus fuentes de ingresos mediante inversiones en un complejo deportivo y tierras que renta en Paraguay.
Además, se ha convertido en conferencista motivacional, compartiendo su experiencia para inspirar a jóvenes a superar la adversidad.
“Después de todo lo que pasé, quise comenzar a hacer esto.
Trato de motivar a las personas, especialmente a los jóvenes, para que no se frustren y sigan adelante”, comentó en una entrevista.
Hoy, Salvador Cabañas, a sus 44 años, es un hombre que ha aprendido a vivir con las cicatrices de aquella noche violenta.
En sus charlas, habla de cómo enfrentó la pérdida, el dolor y la traición, transformando la adversidad en fortaleza.
Incluso ha declarado que no guarda rencor hacia su atacante, José Jorge Balderas Garza.
“Si alguna vez lo encuentro cara a cara, le diré que lo perdono.
Se me dio una segunda oportunidad para vivir, y estoy muy agradecido”, dijo en una entrevista con Univisión.
La historia de Salvador Cabañas no es solo la de un futbolista que sobrevivió a un ataque brutal.
Es la de un hombre que enfrentó el abismo y encontró una manera de levantarse.
Su vida, marcada por la tragedia, la traición y la resiliencia, sigue siendo un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para la esperanza y la redención.