A sus 90 años, Eric del Castillo, uno de los actores más emblemáticos del cine y la televisión mexicana, enfrenta importantes retos de salud que han marcado esta etapa de su vida.
A pesar de las dificultades, su trayectoria artística y su compromiso con la cultura mexicana permanecen intactos, consolidándolo como una figura esencial y admirada por varias generaciones.
Uno de los principales desafíos que enfrenta Eric es la degeneración macular, una enfermedad ocular que deteriora progresivamente la visión central, dificultando actividades cotidianas como leer o caminar con seguridad.
Esta condición afecta los vasos sanguíneos de la retina, particularmente la mácula, responsable de la visión clara.
Aunque esta pérdida de visión representa un gran obstáculo, Eric mantiene una actitud positiva y se adapta utilizando su visión periférica, sin riesgo de ceguera total.
Además, entre 2020 y 2021 sufrió una caída que le provocó intensos dolores en la espalda, lo que requirió una operación de columna, un procedimiento arriesgado dada su edad avanzada.
Gracias a la cirugía y a su fortaleza, actualmente está en proceso de recuperación supervisado por profesionales médicos.
Su familia, especialmente sus hijas Verónica y Kate del Castillo, ha sido un pilar fundamental en este proceso, brindándole apoyo emocional y asegurándose de que reciba los mejores cuidados.
La pasión de Eric por la actuación ha sido constante a lo largo de más de 60 años.
Inició su carrera en la televisión en 1962 con la telenovela *La Herencia* y simultáneamente participó en numerosas producciones cinematográficas y teatrales.
Su versatilidad y talento lo llevaron a protagonizar y dirigir películas, así como a guionizar proyectos, consolidándose como un artista integral.
Entre sus trabajos más destacados se encuentran películas como *Tiburones*, *La Generala* y telenovelas emblemáticas como *Alondra*, *La Mentira* y *Soy tu Dueña*.
Su participación en producciones recientes como *La Doña* de Telemundo reafirma su vigencia y capacidad para adaptarse a nuevas generaciones y formatos.
Eric proviene de una familia con una rica herencia cultural e histórica.
Su padre, Eduardo del Castillo Negrete Rivera, descendía de una familia de intelectuales y políticos españoles establecidos en México, mientras que su hermano Federico también fue actor, formando parte de un legado artístico que continúa con su hija Kate del Castillo, reconocida internacionalmente.
La relación cercana con su familia ha sido un soporte constante, especialmente en momentos difíciles.
A pesar de la polémica pública que involucró a Kate del Castillo en 2015, Eric ha mantenido un vínculo fuerte con sus hijas, demostrando que los lazos familiares pueden resistir incluso bajo la presión mediática.
Durante su juventud, Eric vivió una etapa de rebeldía que llevó a su madre a intentar encaminarlo hacia el sacerdocio, ingresando brevemente al seminario mexicano de misiones extranjeras.
Sin embargo, su verdadera vocación artística lo llevó a estudiar actuación en el Instituto Cinematográfico Teatral y de Radiotelevisión de la ANDA, donde recibió una formación sólida que sentó las bases de su exitosa carrera.
Su vida personal también ha estado marcada por experiencias significativas, incluyendo dos matrimonios y la crianza de sus hijos.
Estos aspectos han influido en su interpretación de personajes y en su compromiso con temas sociales y culturales a lo largo de su carrera.
Más allá de su trabajo en pantalla, Eric del Castillo ha desempeñado un papel activo en la comunidad artística.
Desde 2014 es vicepresidente de la Asociación Nacional de Intérpretes, donde ha impulsado la defensa de los derechos de los profesionales del sector y ha promovido la acción colectiva para mejorar las condiciones laborales y culturales en México.
Junto a su hija Kate, fundó en 2011 la EACle Art Academy en San Antonio, Texas, un proyecto dedicado a la formación de nuevas generaciones de artistas, reflejando su deseo de compartir su experiencia y conocimiento para fortalecer el arte dramático.
La longevidad de la carrera de Eric del Castillo no solo es un testimonio de su talento, sino también de su capacidad para adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales en la industria del entretenimiento.
A pesar de las limitaciones físicas derivadas de la edad y enfermedades como la degeneración macular y los dolores crónicos de espalda, Eric continúa mostrando una actitud positiva y un profundo amor por la actuación.
Su proceso de rehabilitación tras la cirugía de columna incluye fisioterapia especializada y cuidados continuos para recuperar movilidad y aliviar el dolor.
Además, se ha adaptado a su pérdida de visión central aprovechando su visión periférica y ajustando su rutina diaria, demostrando una admirable fortaleza.
El cuidado integral que recibe Eric involucra a un equipo multidisciplinario de especialistas, desde oftalmólogos hasta oncólogos y fisioterapeutas.
La coordinación entre estos profesionales es vital para evitar riesgos y garantizar la mejor calidad de vida posible.
El apoyo emocional de su familia, especialmente de sus hijas, ha sido clave para enfrentar los retos que implica vivir con enfermedades crónicas.
Este acompañamiento también incluye atención psicológica para manejar el impacto emocional del dolor y la pérdida de funcionalidad, tanto para Eric como para sus cuidadores.
Eric del Castillo no es solo un actor; es un símbolo de continuidad cultural que conecta la época dorada del cine mexicano con las producciones contemporáneas.
Su influencia trasciende generaciones y su legado artístico es motivo de orgullo para México y América Latina.
Su historia de vida, marcada por la perseverancia, el talento y la resiliencia, inspira a jóvenes actores y al público en general.
A pesar de los obstáculos, Eric sigue siendo un ejemplo de dignidad y pasión por el arte, demostrando que la edad no limita la capacidad de seguir contribuyendo y dejando huella.
Eric del Castillo representa la fuerza y la pasión de un artista que ha sabido superar adversidades y mantenerse vigente en una industria cambiante.
Su vida y carrera son un testimonio del poder del arte para transformar, unir y trascender generaciones, consolidando su lugar como una leyenda viva del entretenimiento mexicano.
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