Los cárteles ponen precio a la cabeza de Los Alegres del Barranco: Panter lo confirma y pide ayuda entre lágrimas
La música regional mexicana atraviesa uno de sus momentos más tensos y oscuros tras revelarse que diversos cárteles del narcotráfico han puesto precio a la cabeza de los integrantes del grupo norteño Los Alegres del Barranco.
La noticia, que en otro tiempo podría parecer parte de un corrido bélico, ha sido confirmada por el propio vocalista Panter Bélico, quien, entre lágrimas, hizo una súplica pública por su vida y la de sus compañeros, afirmando que “todo es verdad” y que temen por lo que pueda pasar en cualquier momento.
El grupo, conocido por sus corridos, su estilo tradicional y su trayectoria en el norte del país, se encuentra ahora bajo amenaza directa por parte de células del crimen organizado que los acusan de “tomar partido” con el enemigo.
Todo habría comenzado tras un par de presentaciones en las que Los Alegres del Barranco interpretaron temas que, según los cárteles, hacían alusión positiva a líderes rivales.
Aunque el grupo ha negado que haya existido intención alguna de elogiar a ninguna figura del narco, el daño ya está hecho.
Panter, uno de los rostros más reconocidos del grupo, compartió un desgarrador video en redes sociales donde aparece con el rostro visiblemente afectado, confesando que él y sus compañeros están en “estado de emergencia”.
Entre sollozos, dijo: “No sabemos qué hacer, tenemos miedo.
No fue nuestra intención ofender ni apoyar a nadie.
Nosotros solo hacemos música, pero ahora nos quieren matar por cantar”.
El mensaje, que rápidamente se volvió viral, generó una avalancha de reacciones por parte del público, colegas músicos, medios de comunicación y autoridades.
En cuestión de horas, las redes se llenaron de mensajes de apoyo, llamados a la protección del grupo y peticiones a los gobiernos estatales y federales para que intervengan antes de que ocurra una tragedia.
Según información filtrada por fuentes de seguridad, existen al menos dos cárteles con fuerte presencia en el noroeste del país que habrían emitido la orden de ejecutar a cualquier integrante de Los Alegres del Barranco que se presente en ciertas plazas.
Las amenazas no han sido anónimas: se han difundido mantas, mensajes en redes sociales y supuestas llamadas directas a los representantes del grupo advirtiendo que “ya están marcados”.
La situación se volvió aún más crítica luego de que se difundieran imágenes de camionetas blindadas patrullando las cercanías de un rancho propiedad de uno de los miembros del grupo.
Aunque las autoridades no han confirmado si estas unidades están relacionadas con los cárteles en cuestión, el miedo ya ha escalado a niveles insostenibles para los músicos.
Panter reveló que varios integrantes del grupo han dejado sus domicilios por temor a represalias y que algunos ya se encuentran fuera del país buscando refugio.
“No se trata de valientes ni de cobardes, se trata de sobrevivir.
No sabemos si volveremos a pisar un escenario”, dijo en su mensaje.
El caso ha reabierto un debate cada vez más necesario sobre el rol del narcotráfico en el mundo de la música regional mexicana.
Aunque por décadas los corridos han retratado historias del crimen organizado, lo cierto es que la línea entre arte y propaganda se ha ido borrando.
Hoy, mencionar a la persona equivocada puede significar una sentencia de muerte, incluso sin intención.
Artistas como Gerardo Ortiz, El Komander, y otros que han vivido experiencias similares, han mostrado su solidaridad con Los Alegres del Barranco.
“Esto no puede seguir así.
La música no puede estar al servicio del miedo”, escribió uno de ellos en sus redes sociales.
Otros han pedido una revisión profunda del contenido de los corridos y una mayor protección para los músicos que, sin querer, se convierten en blancos de violencia.
Hasta el momento, ninguna autoridad federal ha emitido un posicionamiento oficial sobre la situación.
Sin embargo, se sabe que algunos elementos de seguridad pública ya han sido desplegados para dar seguimiento al caso.
Fuentes cercanas al grupo aseguran que están evaluando suspender todas sus presentaciones y, posiblemente, desintegrarse de manera temporal para proteger sus vidas.
El público, por su parte, se ha volcado a brindar apoyo emocional y moral.
Hashtags como #FuerzaAlegresDelBarranco y #ProtejanALosMúsicos se mantienen en tendencia, mientras que miles de seguidores comparten mensajes pidiendo paz, respeto y un alto al uso de la violencia como forma de control territorial o simbólico.
Esta no es la primera vez que músicos del género son amenazados o asesinados.
Casos como los de Valentín Elizalde, Sergio Vega o incluso agrupaciones enteras como Los Zayco o K-Paz de la Sierra son recordados como tragedias que marcaron al gremio.
Sin embargo, el caso de Los Alegres del Barranco es particularmente alarmante por la claridad con la que se ha comunicado la amenaza y la manera pública y desesperada en que han tenido que suplicar por su vida.
En su mensaje final, Panter pidió a los líderes criminales que reconsideren la amenaza.
“No somos enemigos, no estamos con nadie.
Somos músicos, somos padres, hermanos, hijos.
No merecemos morir por una canción”, expresó con la voz quebrada.
La historia continúa en desarrollo, pero ya ha dejado claro que el arte en México no está exento de ser arrastrado por la violencia que azota al país.
Hoy, Los Alegres del Barranco no cantan, lloran.
Y lo hacen pidiendo algo tan básico como poder vivir sin miedo.