El delantero del Manchester City afirmó que su obsesión con el deporte ha provocado que tenga discusiones con su actual pareja

Erling Haaland, delantero estrella del Manchester City, no solo es famoso por su olfato goleador y sus récords impresionantes en la Premier League, sino también por su pasión desmedida por el fútbol, una pasión que, según él mismo ha revelado, le ha generado tensiones en su vida personal.

Durante una entrevista en The Rest Is Football, conducida por Gary Lineker, Haaland se sinceró sobre los problemas de convivencia que enfrenta con Isabel Haugseng Johansen, su novia colombo-noruega.

“Sí, soy aficionado al fútbol, así que veo todo tipo de fútbol. De hecho, ayer estábamos cenando y miré si había algún partido. Manchester United, West Ham, y dije: ‘Vamos a ponerlo’”, contó el noruego entre risas.

Lo que podría parecer una situación trivial, se convirtió en un motivo de discusión con Isabel.

“Mi esposa dijo: ‘Estoy harta del fútbol. Lo vemos todo el tiempo’… Le dije: ‘Sí, por eso estamos aquí’. Así que lo vimos, obviamente”, añadió, dejando claro que a pesar de las quejas de su pareja, su amor por el deporte no disminuye.

Haaland también mencionó que, para mantener la armonía en la relación, hace esfuerzos por compartir tiempo en actividades que no tienen que ver con el fútbol.

“Juego Minecraft con ella o cocinamos juntos”, explicó. Sin embargo, incluso estas muestras de conciliación no logran que la pasión por el fútbol deje de generar pequeños roces.

La relación de Haaland con Isabel no es reciente. Se conocen desde la infancia en Bryne, Noruega, lugar donde ambos nacieron. Isabel fue futbolista en su juventud, lo que facilitó su cercanía con Erling desde que eran niños.

Además, parte de su historia personal está marcada por sus raíces colombianas, que ella comparte ocasionalmente en redes sociales, aunque en los últimos años ha optado por mantener un perfil más privado.

Esta intimidad ha permitido que la relación se mantenga relativamente al margen de la exposición mediática que rodea a Haaland, estrella internacional.

El noruego, a pesar de su fama y su estilo de vida lleno de compromisos deportivos, ha declarado que prefiere mantener un perfil bajo. “Me gusta el estilo clásico, ya sabes.

Es bonito y además, nunca me ves jugar con guantes. Es porque mi padre me pegaría si lo hiciera. Así que también soy un poco clásico”, explicó, dejando ver que valora la tradición y la disciplina por encima de las excentricidades.

En la misma entrevista, Haaland también habló sobre la enorme presión que siente de cara a la Copa del Mundo 2026, en la que Noruega volverá a estar presente después de 28 años.

“Llevo mucho tiempo sintiendo la presión. Si fuera noruego, pensando en este equipo y teniendo a Haaland al frente, también presionaría al equipo.

Es difícil jugar un Mundial, es difícil clasificarse, y sobre todo cuantos años pasan, piensas más en qué está mal, y pensando en la última vez que estuvimos en el Mundial, donde jugó mi padre, es como si ni siquiera hubiera nacido, viví toda mi vida sin clasificarnos, así que eso también me motiva.

Pensaba que nunca jugaría uno”, confesó, demostrando que la motivación personal y familiar es un motor clave en su carrera.

Pese a su apretada agenda entre entrenamientos, partidos oficiales con el Manchester City y compromisos con la selección noruega, Haaland no oculta que disfruta ver partidos de fútbol en televisión en su tiempo libre.

Esta dedicación constante al deporte, sin embargo, ha provocado pequeñas discusiones con Isabel, quien en ocasiones se siente desplazada por la intensidad de la pasión de su pareja.

“Sé que a veces exagero”, reconoció Haaland. “Pero el fútbol es mi vida. Es lo que amo, lo que me motiva cada día.

Intento equilibrarlo con momentos juntos, pero a veces no es suficiente”, añadió. Esta declaración muestra la tensión que puede existir incluso en relaciones donde ambos comparten el amor por el deporte, aunque con diferentes niveles de dedicación.

Isabel, por su parte, ha mostrado paciencia y comprensión, aunque ha dejado ver su frustración en ocasiones.

A pesar de estas diferencias, la pareja continúa fortaleciendo su vínculo, encontrando espacios de conexión fuera del fútbol y respetando la pasión que Haaland siente por su carrera.

El fenómeno que describe Haaland no es único en el mundo del deporte profesional. Muchos atletas reconocen que su dedicación intensa puede afectar la vida personal, pero pocos lo admiten públicamente.

Haaland, en cambio, se muestra transparente sobre las dificultades de convivir con alguien que no comparte el mismo nivel de obsesión por el deporte, y cómo esto se traduce en peleas y malentendidos.

Además de su vida amorosa, Haaland es consciente de la importancia de mantenerse enfocado para alcanzar nuevas metas con el Manchester City y en la selección.

La combinación de disciplina, pasión y presión internacional define su estilo de vida y explica por qué su relación, aunque amorosa, enfrenta retos únicos.

En definitiva, Erling Haaland sigue siendo un ejemplo de cómo la vida de un atleta de élite está marcada por el equilibrio entre la carrera profesional y la vida personal.

Sus confesiones sobre las discusiones con Isabel ofrecen una mirada inédita a la cotidianidad de una estrella del fútbol que, detrás de los goles y récords, también enfrenta los retos de la convivencia y del amor en medio de una pasión incontrolable por el deporte.

Con la Copa del Mundo 2026 en el horizonte y su carrera en pleno auge, Haaland continúa demostrando que la dedicación absoluta al fútbol no solo construye leyendas, sino que también pone a prueba la paciencia, la comunicación y la comprensión dentro de una relación sentimental, incluso cuando el amor por el deporte y la pareja deben coexistir bajo el mismo techo.