Toto: La Historia de Éxitos, Vicios y Muerte de los Hermanos Porcaro

Hay bandas que no solo dejan huella, sino que se convierten en parte de la memoria colectiva.

Los Porcaro Jeff, Steve y Mike.
Para millones de oyentes, Toto representa esa mezcla perfecta entre virtuosismo, melodías inolvidables y rigor técnico.

Sus canciones, convertidas en himnos, marcaron etapas enteras: amores jóvenes, despedidas, viajes, inicios y finales.

Sin embargo, detrás de ese brillo impecable se esconde una historia profundamente humana, marcada por el talento extraordinario, los excesos, las presiones, la fragilidad emocional y una cadena de tragedias que golpeó especialmente a una familia: los hermanos Porcaro.

 

La historia de Toto comienza muy lejos de los garajes improvisados donde suelen nacer las bandas de rock.

En 1977, en los estudios de grabación más prestigiosos de Los Ángeles, un grupo de músicos sobresalientes decidió unir fuerzas para crear algo propio.

El teclista David Paich, hijo del célebre arreglista Marty Paich, y el baterista Jeff Porcaro, hijo del percusionista Joe Porcaro, formaban desde la secundaria la sección rítmica más solicitada de la ciudad.

Eran parte del famoso “Equipo A”: aquellos músicos de estudio que las grandes estrellas llamaban cuando buscaban perfección absoluta.

Antes de formar Toto, ya habían tocado para Boz Scaggs, Elton John, Barbra Streisand y Steely Dan, entre otros.

 

Durante una gira con Boz Scaggs, la química entre Paich, Jeff, el guitarrista Steve Lukather y el hermano menor de Jeff, Steve Porcaro, se volvió evidente.

Completaron la banda con el vocalista Bobby Kimball y el bajista David Hungate.

Solo faltaba un nombre, y ahí comenzó uno de los primeros misterios del grupo.

Algunos aseguran que Jeff simplemente escribió “Toto” en una cinta para identificarla; otros dicen que era un homenaje al perro de El Mago de Oz, y hay quienes sostienen que provenía del latín in toto, “en totalidad”, una descripción perfecta para un grupo que fusionaba rock, jazz, pop, funk y soul.

La confusión era apropiada para una banda que combinaba profesionalismo extremo con un carácter desenfadado.

Joe Porcaro was born on this date in 1930. He died on July 6, 2020, aged  90. Joe Porcaro recorded with Natalie Cole, Don Ellis, Stan Getz, Freddie  Hubbard, Gladys Knight, Madonna,

Columbia Records reconoció su potencial y les ofreció un contrato sin siquiera pedirles una audición.

Su álbum debut de 1978 fue un éxito inmediato, con temas como “Hold the Line” y “Georgy Porgy”.

Sin embargo, esa reputación de “músicos demasiado perfectos” también se convertiría en su principal maldición.

En plena época del punk y la new wave, movimientos que exaltaban la crudeza y la autenticidad, Toto era visto como el establecimiento, el sonido corporativo.

Críticos influyentes atacaron su virtuosismo, tachándolo de frío y calculado.

 

A esto se sumaban tensiones internas especialmente intensas entre los hermanos Porcaro.

Jeff, el mayor, era un perfeccionista exigente, cuyo nivel musical intimidaba incluso a sus compañeros.

Steve, el más sensible de los tres, confesó años después que muchas veces se sintió poco valorado.

Las discusiones eran constantes, aunque el cariño nunca desapareció del todo.

Cuando en 1982 David Hungate dejó la banda, Mike Porcaro —el tercero de los hermanos— tomó el puesto de bajista, completando una de las alineaciones familiares más talentosas en la historia del rock.

Jeff Porcaro, el recordado baterista de Toto que “ayudó a crear el sonido  del rock-pop de los 80's" - Guioteca

Pese a las fricciones, aquel período preparó el terreno para lo que sería su obra maestra.

Tras dos álbumes que no alcanzaron las expectativas comerciales, la discográfica les dio un ultimátum: el siguiente disco debía ser un éxito o Toto llegaría a su fin.

Bajo esa presión nació Toto IV, lanzado en 1982, que no solo salvó a la banda, sino que la catapultó al estrellato mundial.

El álbum incluyó éxitos inmortales como “Rosanna”, “I Won’t Hold You Back” y, por supuesto, “Africa”, la canción que se convertiría en su legado eterno.

 

Curiosamente, “Africa” estuvo a punto de ser descartada. Steve Lukather y Steve Porcaro consideraban que la letra era “demasiado cursi”, especialmente la línea que menciona el Serengeti.

Pero la inspiración de David Paich —una mezcla entre imágenes de documentales, recuerdos de su infancia en un colegio católico y la sensibilidad ante el sufrimiento africano— terminó dando vida a un clásico que décadas después resurgiría con fuerza gracias a internet.

 

Toto IV arrasó en los Grammy de 1983, obteniendo seis premios, incluidos Álbum del Año y Grabación del Año.

Sin embargo, el reconocimiento de la crítica nunca llegó.

Revistas como Rolling Stone los ridiculizaron, describiendo su música como “tan auténtica como un traje de poliéster”.

La relación con la prensa fue tan hostil que la banda rechazó aparecer en la portada de Rolling Stone, algo nunca antes visto.

Toto Official Fanpage on Instagram: “Porcaro Brothers♥️ • • • •  #mikeporcaro #steveporcaro #jeffporcaro @steveporcaromusic”

Como si las presiones externas no fueran suficientes, la banda también sufrió por los excesos propios de la época.

La cocaína circulaba ampliamente en la industria, y la adicción del vocalista Bobby Kimball comenzó a afectar su voz y su disciplina.

En 1984, fue despedido tras una serie de problemas que coincidieron con un proceso judicial en su contra.

A partir de entonces comenzó la “puerta giratoria” de vocalistas: Fergie Frederiksen, Joseph Williams y, más adelante, incluso Jean-Michel Byron, impuesto por la discográfica, cuya participación terminó siendo un desastre.

 

Pero el golpe más devastador llegó el 5 de agosto de 1992, cuando Jeff Porcaro murió repentinamente a los 38 años.

La versión inicial atribuía su fallecimiento a una reacción alérgica mientras rociaba pesticidas en su jardín.

Sin embargo, el informe oficial del forense no encontró rastros del químico y sí pequeñas cantidades de cocaína, atribuyendo su muerte a un problema cardíaco derivado de su uso prolongado.

Sus compañeros siempre negaron esa conclusión, alegando que Jeff tenía una condición cardíaca previa.

La verdad completa quizá nunca se sabrá, pero la pérdida del baterista, alma y motor creativo de la banda, dejó a Toto profundamente herido.

 

Aunque inicialmente pensaron en disolver el grupo, los hermanos Porcaro insistieron en que Jeff habría querido que continuaran.

Toto siguió, pero ya no era lo mismo. En 2007, otro golpe sacudió a la familia: Mike Porcaro fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

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La enfermedad lo obligó a retirarse de los escenarios, y la banda atravesó su momento más oscuro.

En 2010, Toto se reunió para recaudar fondos para el tratamiento de Mike, pero el destino volvió a mostrar su dureza: Mike murió en 2015, después de ocho años de lucha.

Entre tanto, Steve Porcaro sufrió un tumor cerebral —que resultó benigno—, pero la cirugía le dejó la pérdida total de audición en un oído.

 

En medio de tantas tragedias, una luz inesperada surgió gracias al internet.

A partir de 2018, “Africa” se viralizó, especialmente tras el famoso cover de Weezer.

El tema revivió con una generación completamente nueva, convirtiéndose en un fenómeno cultural global.

Fue la reivindicación definitiva: el público, y no los críticos, les otorgó el lugar que siempre merecieron.

 

Toto no es solo una banda de éxitos. Es la historia de una familia golpeada por la fama, los excesos y la pérdida.

Es la historia de tres hermanos extraordinarios cuyo talento cambió la música, pero cuyo destino estuvo marcado por una sombra trágica.

Es, también, la prueba de que las canciones pueden sobrevivir a todo: a las críticas, a las modas, a las ausencias y al tiempo.

Porque, mientras “Africa” siga sonando, los Porcaro seguirán vivos en la memoria del mundo.

 

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