El padre Chucho enfrentó momentos de gran angustia durante su viaje a Israel por la escalada de violencia en Medio Oriente y logró regresar a Colombia en un vuelo humanitario.

Hace algún tiempo, Jesús Hernán Orjuela, conocido popularmente como el padre Chucho, vivió una de las experiencias más difíciles de su vida durante un viaje a Israel, cuando la violencia en Medio Oriente se intensificó.
En ese entonces, el sacerdote relató cómo logró salir de la zona de conflicto junto a sus feligreses gracias a un vuelo humanitario de la Fuerza Aérea Colombiana, mientras enfrentaba momentos de angustia y temor por la seguridad de todos.
En aquel periodo, surgieron rumores en redes sociales sobre supuestas ganancias del padre Chucho con las peregrinaciones a Tierra Santa. Él se encargó de desmentirlas: aseguró que su viaje fue un regalo y que nunca cobró dinero por guiar a los fieles.
“Es absurdo pensar que estoy haciendo un negocio con esto. Todo fue un regalo, tanto mi viaje como la oportunidad de servir de guía espiritual”, expresó en sus declaraciones de entonces.
Durante su relato, también se mencionó que ya tenía contactos en el Sinaí para facilitar la salida de los peregrinos en caso de emergencia, lo que evidencia su previsión y dedicación a la comunidad.
Además, recordó un reconocimiento especial que supuestamente recibió de funcionarios del gobierno colombiano en Portugal, un detalle que quedó marcado entre sus seguidores.

En medio de las especulaciones, el padre Chucho habló sobre la posibilidad de residir en el exterior, luego de recibir una avisos especial para Estados Unidos que le otorgaba residencia y un número de Social Security.
Si bien nunca confirmó su traslado definitivo, sus palabras generaron gran expectativa entre quienes lo siguen desde Colombia y el extranjero.
“Debo hacer todos los trámites, aunque no tengo muchas ganas de subirme a un avión”, reconoció en su momento, visiblemente afectado.
Durante ese periodo, el sacerdote también anunció que tomaría acciones legales contra quienes difundieron información falsa sobre él, en particular los canales de YouTube y redes sociales que aseguraban que cobró dinero a los peregrinos.
“Todo es mentira. Yo siempre he trabajado con transparencia y con el corazón puesto en los demás”, aseguró.
A lo largo de su trayectoria, el padre Chucho se había destacado por su cercanía con la comunidad y por transmitir mensajes de fe y esperanza en televisión y medios digitales.
Su experiencia en Israel evidenció su humanidad y vulnerabilidad, mostrando que, incluso siendo una figura pública y querida, enfrentaba peligros y tensiones que afectaban su vida personal y profesional.

Asimismo, el sacerdote compartió momentos de orgullo, como cuando participó en ceremonias y eventos internacionales, y cuando se destacaba su labor espiritual frente a sus fieles.
Su historia mostró la dualidad de su vida: un hombre de fe que enfrentaba las dificultades con valentía, guiando a quienes confiaban en él y llevando un mensaje de esperanza en medio de la adversidad.
En retrospectiva, la experiencia del padre Chucho dejó una enseñanza clara sobre la dedicación, el compromiso y la transparencia, así como sobre el impacto que puede tener un líder espiritual en la vida de sus seguidores.
Aun con los rumores y la atención mediática, su legado continúa siendo recordado como un ejemplo de fe, resiliencia y vocación de servicio que trascendió fronteras.
Hoy, al mirar atrás, la historia del padre Chucho sigue inspirando a quienes buscan en la fe un refugio y un guía, recordando los riesgos que enfrentó y la forma en que, con coraje y compromiso, continuó su labor espiritual pese a las dificultades y la presión de los tiempos que vivió.
