Fernando Soler Se ENFURECIÓ Cuando Supo Que Pedro Infante Sería La Estrella

La historia del cine mexicano está llena de leyendas, anécdotas y enfrentamientos que marcaron para siempre la Época de Oro.

Fernando Soler (nombre verdadero, Fernando Díaz Pavía) - Director de cine
Una de las más memorables es la relación entre Fernando Soler y Pedro Infante, dos gigantes del cine nacional que, en 1949, protagonizaron un choque de egos que casi pone en jaque la producción de una de las películas más importantes de la época: *La Oveja Negra*.

 

Fernando Soler, nacido en 1896 en Saltillo, Coahuila, provenía de una familia con una sólida tradición teatral.

Con una formación clásica, había actuado en más de 100 películas y dirigido 22, consolidándose como uno de los actores más respetados y perfeccionistas del cine hispano.

Su especialidad eran los papeles de padres autoritarios y figuras de poder, y para 1949 era considerado el mejor actor de habla hispana de su generación.

 

Por otro lado, Pedro Infante, nacido en 1917 en Mazatlán, Sinaloa, era un fenómeno popular y un ídolo de masas.

Proveniente de una familia humilde, sin formación académica formal en actuación, había conquistado al público con su carisma natural, su voz y su talento innato.

En apenas una década, Pedro se había convertido en la estrella más grande del cine mexicano, amado por mujeres y hombres por igual.

 

Este contraste —el veterano perfeccionista contra el joven autodidacta— fue la raíz del conflicto que estalló cuando ambos fueron convocados para protagonizar *La Oveja Negra*, dirigida por Ismael Rodríguez.

 

El guion de *La Oveja Negra* planteaba un drama familiar donde Fernando Soler interpretaría al padre déspota y Pedro Infante al hijo sufrido.

Para Fernando, era natural asumir el papel protagónico y encabezar los créditos de la película, dado su prestigio y trayectoria.

Fernando Soler - Wikipedia

Sin embargo, cuando se anunció que Pedro Infante sería la primera estrella y que Fernando Soler aparecería en segundo lugar, el veterano actor se sintió humillado y relegado.

Para Soler, esto representaba una pérdida de poder y reconocimiento en un cine que comenzaba a cambiar, donde las nuevas generaciones y los galanes jóvenes ganaban terreno.

 

Mientras Fernando luchaba con su orgullo herido, Pedro Infante enfrentaba un miedo profundo: la inseguridad de actuar junto a un maestro del teatro clásico que dominaba la técnica actoral como nadie.

Pedro se sentía un impostor, un carpintero sin estudios que había llegado al cine por accidente, y temía no estar a la altura.

 

Ismael Rodríguez, consciente de las tensiones, tuvo que mediar entre ambos.

Tras conversaciones difíciles, Fernando Soler aceptó a regañadientes el segundo crédito, mientras que Pedro, pese a sus temores, decidió quedarse en el proyecto tras recibir el apoyo del director y la promesa de que Fernando lo ayudaría.

 

Este momento fue crucial para la película y para la carrera de ambos actores.

La tensión en el set era palpable, pero también fue el inicio de una relación que trascendería el cine.

Cine de Oro Mexicano - FERNANDO SOLER Fernando Soler. (Fernando Díaz Pavía;  Saltillo, 1896 - Ciudad de México, 1979). Fue un actor mexicano de cine,  radio y televisión; guionista, productor teatral y

Durante el rodaje, Fernando Soler comenzó a impartir consejos a Pedro Infante, no con arrogancia sino con generosidad.

Le enseñó a construir escenas, a encontrar las motivaciones de su personaje y a reaccionar frente a la cámara.

Pedro absorbió cada lección con humildad y entusiasmo.

 

La relación entre ambos evolucionó hacia un vínculo de maestro y alumno, con un respeto mutuo que se reflejaba tanto dentro como fuera de la pantalla.

En la película, interpretaron a un padre y un hijo en conflicto, pero en la vida real construyeron una amistad y un afecto genuino.

 

Fernando reconoció el talento natural de Pedro, algo que ninguna escuela podía enseñar: una honestidad emocional y una conexión inmediata con el público.

Pedro, por su parte, encontró en Fernando al maestro que siempre había necesitado para pulir su arte.

 

Estrenada el 23 de diciembre de 1949, *La Oveja Negra* fue un éxito rotundo.

La historia de un padre alcohólico y machista que hace sufrir a su familia, y su hijo que lucha por la justicia y el amor, tocó a la audiencia y recibió elogios de la crítica.

 

Pedro Infante fue nominado al premio Ariel como mejor actor, y la película fue reconocida como una de las mejores del cine mexicano, ocupando el puesto 24 en la lista de las 100 mejores películas del país.

Fernando Soler biography | Last.fm

La química entre Fernando y Pedro en pantalla era palpable, y las escenas de conflicto, golpes y humillaciones fueron interpretadas con tal convicción que el público las vivió intensamente.

 

El éxito llevó a la producción de una secuela, *No desearás la mujer de tu hijo* (1951), donde Fernando Soler ganó el premio Ariel a mejor actor.

La relación entre ambos actores se fortaleció, y ya no había espacio para la rivalidad ni los miedos.

 

Fernando, años después, reconoció en entrevistas que *La Oveja Negra* era su película favorita, no por la fama o los premios, sino porque le había dado algo invaluable: la oportunidad de conocer y formar un vínculo con Pedro Infante, el joven que llegó temeroso y se convirtió en su alumno predilecto.

 

El 15 de abril de 1957, Pedro Infante murió trágicamente en un accidente aéreo, dejando un vacío inmenso en el cine y la cultura mexicana.

Su funeral fue multitudinario, y Fernando Soler, conocido por su reserva, lloró abiertamente frente al féretro de su amigo y alumno.

 

Fernando vivió 22 años más, y cada vez que le preguntaban por su película favorita, respondía sin dudar: *La Oveja Negra*.

Esta historia nos recuerda que, más allá del orgullo y el miedo, el respeto y la mentoría pueden transformar rivalidades en relaciones duraderas y fructíferas.

 

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