La reina Sofía elige el discreto y lujoso Hilton Athens por sus impresionantes vistas a la Acrópolis, un refugio privado lejos de la ostentación de otros hoteles de lujo.
La reina Sofía es conocida por su discreción y buen gusto, cualidades que también se reflejan en sus elecciones a la hora de alojarse cuando viaja fuera de España.
Si bien en Londres prefiere el elegante Claridge’s y en Nueva York el icónico Waldorf Astoria, cuando se trata de su tierra natal, Grecia, la Reina emérita opta por un lugar mucho más discreto pero igualmente lujoso: el Hotel Hilton Athens, un establecimiento que le ofrece lo mejor de ambos mundos: vistas incomparables y el lujo minimalista que tanto valora.
La relación de la reina Sofía con Grecia es algo más que un vínculo de origen familiar.
Desde que en 2013 el gobierno heleno permitió a la familia real griega visitar y residir en el país, Sofía y sus hermanos, la princesa Irene de Grecia y el ex rey Constantino, comenzaron a dividirse la ciudad de Atenas según sus preferencias personales.
Irene, la hermana más reservada, optó por un apartamento en la tranquila plaza Mavili, mientras que Constantino, antes de establecerse permanentemente en Porto Helli, prefería hospedarse en el emblemático Hotel Grande Bretagne, un lugar cargado de historia y lujo.
Sin embargo, durante años se pensó que este mismo hotel era el preferido de la reina Sofía, pero un descubrimiento hecho en 2014 desveló una verdad que sorprendió a los medios griegos: la reina Sofía no es tan amante del lujo clásico como se pensaba.
El Hilton Athens, un establecimiento que se caracteriza por su elegante simplicidad, pasó a ser su elección predilecta.
La razón de su preferencia es clara: el hotel le ofrece unas vistas inigualables de la Acrópolis de Atenas, un detalle que no pasa desapercibido para alguien como Sofía, que tiene una profunda formación en arqueología clásica griega.
Fue durante un evento de especial relevancia en 2014, cuando la familia real griega celebró el 50º aniversario de la muerte de su padre, el rey Pablo, que la prensa helena descubrió que la reina Sofía había optado por el Hilton.
Aunque en otras ocasiones la Reina podía haber disfrutado de lujosas suites, ella prefería alojarse en una habitación en la última planta del hotel, desde donde podía contemplar el Partenón con una vista tan cercana que, según contó en privado a su círculo cercano, sentía que podía tocar «la Roca Sagrada» con solo extender la mano.
El Hotel Hilton Athens, que en 2014 recibió a más de 20 miembros de distintas casas reales europeas para ese evento, se convirtió en un lugar habitual para la reina Sofía, quien, a pesar de la fama internacional del hotel Grande Bretagne, prefería la discreción de un hotel donde, además de la tranquilidad, podía disfrutar de una atmósfera menos ostentosa.
No es de extrañar que otros miembros de casas reales europeas que la acompañaban en ese evento también optaran por alojarse en el Hilton Athens, eligiendo las mismas habitaciones con vistas a la Acrópolis que la Reina emérita.
Según fuentes cercanas, la reina Sofía consideraba que el lujo no estaba necesariamente en la suite presidencial, sino en la conexión directa con la historia y la belleza de su país.
Este gesto de renunciar al lujo desmesurado a favor de la vista de la Acrópolis es una muestra más de su humildad y su amor por Grecia.
El encanto del Hilton Athens no solo reside en sus impresionantes vistas, sino también en la sensación de hogar que le transmite a la reina Sofía.
Desde su primera estancia en 2014, la rutina de la reina en este hotel se ha mantenido casi intacta: siempre en la última planta, siempre con vistas al Partenón, y con comidas y reuniones en el restaurante Byzantine del hotel, un espacio donde se siente cómoda y acogida.
La familiaridad con el lugar es tal que, con el paso de los años, su presencia allí ya no sorprende a nadie.
La Reina emérita se ha convertido en una habitué del Hilton, y sus estancias allí se siguen siempre por el mismo guion: una habitación discreta pero lujosa, comida en su restaurante favorito, y una relajada estancia rodeada de la historia que tanto aprecia.
Lo que más sorprende de todo esto es cómo, en un mundo lleno de lujos y ostentación, la reina Sofía haya optado por un lugar tan aparentemente sencillo como el Hilton Athens, que, a pesar de no ser tan famoso como otros hoteles de cinco estrellas de la ciudad, le ofrece precisamente lo que busca: privacidad, comodidad y unas vistas únicas.
El hecho de que la reina haya preferido no optar por la suite presidencial, que le habría sido ofrecida casi por defecto, y elegir una habitación más sencilla pero con la mejor vista de la ciudad, habla mucho de su carácter y de sus prioridades.
El Hilton Athens no es solo un hotel de lujo, sino que se ha convertido en un lugar donde la reina Sofía puede disfrutar de su tiempo en Grecia sin la presión de la atención pública.
En este sentido, el Hilton ha sido un refugio perfecto para ella, un lugar donde puede disfrutar de sus visitas a Atenas sin la necesidad de ser el centro de atención, algo que en otras circunstancias podría ser inevitable para una figura tan prominente.
En conclusión, el Hilton Athens ha logrado ganarse el corazón de la reina Sofía gracias a su discreción, su elegancia y, sobre todo, por las vistas privilegiadas que le ofrece de la Acrópolis.
Mientras que otros miembros de la realeza optan por hospedarse en hoteles más tradicionales o de mayor renombre, la reina Sofía ha encontrado en este establecimiento un lugar donde sentirse a gusto, un refugio personal donde disfrutar de la belleza y la historia de Grecia en su máxima expresión.