💔😢 “HIJA REVELA CÓMO SU PADRE MATÓ A SU MADRE Y SIGUE LIBRE — ‘JAMÁS PERDONARÉ A ESE MONSTRUO’” ⚖️🔥
Una historia que estremece a Colombia y al mundo: una hija que vio cómo el sistema liberó dos veces al hombre que asesinó brutalmente a su madre. Un padre que se convirtió en verdugo. Un hogar destruido por la violencia. Y una joven que hoy lucha, no solo por justicia, sino por mantener viva la memoria de la mujer que le dio todo.
🕯️ EL DOMINGO QUE CAMBIÓ SUS VIDAS
Era domingo, 29 de septiembre de 2024, en Jamundí, Valle del Cauca.
El reloj marcaba las 4:30 de la tarde cuando Adrián Mejía, de 50 años, exbombero y padre de dos hijos, decidió ejecutar el acto más atroz de su vida.
La víctima: su exesposa, Yajaira Fernández, una mujer de 44 años, madre de dos hijos y símbolo de fortaleza y superación.
Su hija, Caroline Fernández, relató entre lágrimas cada minuto de ese día que jamás podrá borrar.
“Mi mamá me llamó por última vez a las 4:30. Me dijo que ya iba a entrar a casa. Veinte minutos después me llamaron… pero ya no era ella. Eran las vecinas gritando: ‘¡Tu papá la apuñaló!’.”
🔪 UN CRIMEN A SANGRE FRÍA
Yajaira estaba cocinando. La estufa encendida, el televisor prendido, su hijo pequeño viendo caricaturas.
Nada presagiaba el horror.
Adrián llegó furioso, enceguecido por los celos.
Dos días antes, había descubierto que su exesposa tenía una nueva pareja. Desde entonces, la había amenazado por teléfono, le escribía mensajes violentos, la insultaba, la acosaba.
Ella lo bloqueó, intentando poner fin a años de agresiones.
Pero ese domingo, él la esperó frente a su casa.
Cuando ella regresó, la atacó sin piedad.
La apuñaló en el corazón, frente a su hijo de apenas nueve años.
El cuchillo se partió en dos:
la empuñadura quedó junto a la cabeza de Yajaira.
La hoja voló hacia otro lado del andén.
La sangre corrió sobre el suelo.
Su hijo, paralizado por el miedo, no pudo pedir ayuda.
“Le daba miedo que mi papá le hiciera lo mismo,” contó Caroline.
Cuando por fin reaccionó, intentó llamar al agresor para que auxiliara a su mamá.
Era un bombero. Estaba entrenado para salvar vidas.
Pero esa vez, solo se encargó de quitarlas.
💔 “YO LLEGUÉ AL HOSPITAL Y YA ERA DEMASIADO TARDE”
Caroline llegó corriendo al Hospital Piloto de Jamundí.
La escena era caótica: vecinos, familiares, llantos, confusión.
Nadie le decía nada.
Corría de un cuarto a otro buscando a su madre.
“Yo pateaba puertas, gritaba, hasta que mi tía me llamó y me dijo: ‘Mami, no la busques más, ya falleció.’
En ese momento sentí que el alma se me salió del cuerpo.”
Cuando volvió a casa, la escena seguía igual:
la comida sobre la estufa, los muñequitos en el televisor, todo detenido en el tiempo, como si el reloj se negara a avanzar.
Solo faltaba ella.

🚨 EL ASESINO QUE SE ENTREGA… Y QUEDA LIBRE
Después del crimen, Adrián Mejía huyó en su moto hasta Caloto, Cauca.
Allí, se entregó voluntariamente en una estación de policía.
Confesó que había apuñalado a su esposa.
Lloró. Dijo que quería morirse.
Y lo insólito: dos horas después, lo dejaron libre.
Volvió a entregarse días más tarde en otra estación, en Santander de Quilichao, y lo volvieron a soltar.
Hoy, más de un año después, sigue prófugo.
“Lo dejaron libre dos veces. Se burló del sistema. Y nosotros seguimos enterrando a mi mamá sin justicia,” dice Caroline, con voz temblorosa.
🧨 UN MATRIMONIO DE 20 AÑOS DE ABUSO
La historia de Yajaira y Adrián fue una cadena de maltrato, silencios y miedo.
Se conocieron siendo adolescentes.
Desde entonces, él fue violento.
“Mi mamá vivió un infierno. Desde que tengo memoria, los golpes eran parte del día a día.”
Caroline recuerda noches de gritos, amenazas y llantos.
Su madre, a pesar de todo, lo perdonaba una y otra vez.
Por miedo.
Por los hijos.
Por amor, quizá.
“Cuando yo nací, mi papá me tiró del coche por las gradas. Si no es por una prima, me mata siendo una bebé.”
Durante dos décadas, Yajaira soportó humillaciones, infidelidades y golpes.
Hasta que decidió romper el ciclo.
Se separó. Se mudó con sus hijos a Jamundí.
Y empezó a reconstruir su vida.
“Por primera vez la veía feliz,” recuerda Caroline.
“Sonreía, estudiaba, se arreglaba, escuchaba música todas las mañanas. Era otra persona. Era libre.”
💬 LA LLAMADA ANTES DE MORIR
El viernes antes del crimen, Adrián llamó a su hija.
Le dijo que sabía lo de la nueva pareja de su madre.
La insultó. La acusó de “alcahueta.”
El sábado le escribió tres mensajes:
“Los amo mucho.
Si no nos volvemos a ver, recuerden que los amo.
No me olviden.”
Caroline pensó que eran palabras extrañas… pero no imaginó que eran una despedida.
El domingo, su madre estaba muerta.
⚖️ UN SISTEMA QUE FALLA
El caso de Yajaira Fernández ha indignado al país.
¿Cómo puede un hombre confesar un asesinato y salir libre dos veces?
¿Cómo puede la justicia colombiana dejar impune un feminicidio cometido a plena luz del día, frente a un niño?
Caroline no busca venganza.
Busca justicia.
Pero también respuestas.
“Quiero verlo una vez. Quiero preguntarle por qué.
Por qué tuvo que matarla.
Por qué no nos dejó seguir viviendo en paz.”
💔 “YO NO TENGO PAPÁ”
Caroline habla sin titubear.
Su voz es la de una mujer que perdió la infancia en el ruido de los golpes.
Su padre, dice, murió el mismo día que mató a su madre.
“Yo no tengo papá.
Él es un monstruo.
No lo perdonaré jamás.”
Pero también intenta sanar, especialmente por su hermano, el pequeño de nueve años que lo vio todo.
El niño aún se culpa por no haber pedido ayuda.
“Le digo todos los días que no fue su culpa. Que los problemas de los adultos no son responsabilidad de los niños.”
Con ayuda psicológica, la familia intenta reconstruir los pedazos de una vida marcada por el dolor.
🌹 EL LEGADO DE YAJAIRA
Hoy, Caroline recuerda a su madre con ternura.
No como la víctima de un feminicidio, sino como una mujer valiente que renació después del sufrimiento.
“Quiero recordarla feliz, bailando, cantando, estudiando, soñando.
Mi mamá estaba viviendo el mejor momento de su vida.
Ella me enseñó todo: a ser humana, a no odiar, a no rendirme.
Mi mamá es aprendizaje, es amor, es fuerza.”
Yajaira iba a graduarse como regente de farmacia el mismo mes de su muerte.
Estaba comenzando de nuevo.
Creía que el futuro por fin le sonreía.
Su hija la describe como “una mujer humana, empática, y llena de luz.”
Por eso, insiste:
“Las buenas personas merecen ser recordadas bonito.
No como una víctima, sino como alguien que luchó hasta el final.”
🚨 UN MONSTRUO LIBRE, UNA FAMILIA HERIDA
Mientras el asesino sigue libre, Caroline y su hermano intentan sobrevivir al vacío.
El país los acompaña con indignación.
El eco de su historia se multiplica en redes, con un mensaje que exige justicia para todas las mujeres que fueron silenciadas.
“Yo no quiero venganza,” dice Caroline.
“Solo quiero que la justicia haga su trabajo.
Y que mi mamá, donde esté, pueda descansar en paz.”
🕯️ “Jamás perdonaré a ese monstruo. Me quitó a mi madre, mi hogar y mi paz.”
La historia de Caroline y Yajaira no es solo un caso más.
Es el retrato de un sistema que falla,
de una hija que no se rinde
y de una mujer que, aunque fue asesinada, nunca dejó de ser ejemplo de amor y valentía.
💔 “Mi mamá me enseñó que no todos los seres humanos son humanos de corazón.
Ella sí lo era.”
