😱 Los hijos secretos de Chespirito, traiciones familiares y una herencia de $50 millones que desató la guerra
Roberto Gómez Bolaños, conocido mundialmente como Chespirito, no solo fue uno de los grandes íconos del humor latinoamericano, también fue el protagonista involuntario de una telenovela familiar tan
compleja y explosiva como los guiones que escribía.
Aunque públicamente se le conocía como un hombre reservado y familiar, tras su muerte en 2014 salió a la luz una red de conflictos familiares, disputas por millones y secretos que han dividido a sus herederos.
Chespirito tuvo seis hijos reconocidos: Roberto, Cecilia, Marcela, Paulina, Teresa y Graciela.
Cada uno con caminos distintos, pero todos marcados por el peso de su apellido.
El más famoso es Roberto Gómez Fernández, heredero de la marca y el único hijo varón.
Él fue quien tomó las riendas del imperio mediático tras la muerte de su padre.
Desde joven trabajó en Televisa, produjo exitosas telenovelas y más recientemente, lideró la producción de la bioserie “Sin querer queriendo” en HBO Max.
Pero también es quien ha estado en el centro de las peleas con la viuda de su padre, Florinda Meza.
Florinda, conocida por encarnar a Doña Florinda, fue mucho más que la pareja sentimental de Gómez Bolaños.
Ella recibió aproximadamente 20 millones de dólares de la herencia y el 50% de los derechos intelectuales de la obra de Chespirito.
Sin embargo, ese 50% no impidió que quedara excluida —según sus propias palabras— de la bioserie producida por Roberto y Paulina.
La guerra estalló en redes sociales cuando Florinda acusó a los hijos de su pareja de “mancillar su imagen” y tergiversar los hechos.
“Sé de buena fuente que no me tratan con respeto y mucho menos con verdad”, declaró furiosa.
Pero la bioserie no es el único punto de tensión.
Florinda aseguró que Chespirito en vida no les dejó dinero directamente a sus hijos porque, según ella, “les pagó escuelas caras, casas, vacaciones…todo”.
Aunque esto fue desmentido en parte por la familia, lo cierto es que la repartición de los 50 millones de dólares fue todo menos armoniosa.
La lucha por los derechos de personajes como El Chavo, el Chapulín Colorado y El Chompiras ha estado plagada de acuerdos truncados, demandas veladas y negociaciones congeladas con Televisa, que incluso
provocaron que los programas salieran del aire por años.
Pero hay más.
Un supuesto hijo no reconocido, José María Gómez, apareció tras la muerte de Chespirito afirmando ser producto de una relación fugaz con una masajista en 1999.
El joven dijo que Gómez Bolaños lo reconoció, le dio su apellido y lo mantuvo hasta el final de sus días.
Sin embargo, después de varias contradicciones —y tras ser desmentido por Florinda, quien afirmó que Roberto se hizo la vasectomía—, el supuesto heredero se desdijo y el escándalo se diluyó.
Pero el daño ya estaba hecho: la imagen del comediante ejemplar quedó salpicada por las dudas.
Mientras tanto, las hijas de Chespirito también han tenido roles diversos.
Cecilia se dedicó a su familia, Paulina fue actriz y luego guionista, Teresa es activista de la comunidad LGBT+ y migrantes, y Marcela y Graciela han participado activamente en la Fundación Chespirito.
Pero ninguna de ellas ha tenido el peso mediático ni el protagonismo de Roberto Junior, quien es visto por algunos como el “heredero legítimo” y por otros como el “administrador excluyente”.
La historia se complica aún más cuando se habla del hermano de Chespirito: Horacio Gómez Bolaños, el recordado Godínez.
Aunque solo apareció en 13 episodios del Chavo del 8, fue una pieza clave detrás de cámaras.
Él manejaba la parte comercial del universo Chespirito: licencias, giras, contratos.
Pero cometió un error fatal.
Se le olvidó renovar los derechos de algunos personajes y por eso María Antonieta de las Nieves pudo quedarse legalmente con La Chilindrina.
Este “descuido” ha sido interpretado por algunos como una posible venganza, ya que Horacio supuestamente no aprobaba la relación de su hermano con Florinda.
Poco antes de morir en 1999, ayudaba a planear un homenaje para Chespirito…que jamás vería.
Y aún hay más grietas.
Se dice que Florinda siempre quiso tener un hijo con Roberto, pero que él se negó.
“Ya tengo seis hijos y no quiero amar más a uno que a los otros”, habría dicho el comediante.
Esta confesión dejó marcada a Florinda, quien en entrevistas ha admitido que le dolió no tener descendencia propia.
Hoy, ve desde fuera cómo los hijos de su pareja gestionan su legado… y en muchos casos, la excluyen.
Esa herida, aún abierta, se hizo evidente con la producción de la bioserie donde ella no tuvo voz ni voto.
Entre peleas legales, traiciones personales y un imperio mediático que no deja de crecer, el legado de Chespirito está lejos de descansar en paz.
Cada proyecto nuevo, cada intento de homenajearlo, cada centavo generado por su obra reaviva las tensiones entre quienes deberían estar unidos por el recuerdo del hombre que les cambió la vida.
Pero el dinero, como siempre, lo complica todo.
El Chavo, el Chapulín, el Chompiras… todos nacieron de la mente brillante de Roberto Gómez Bolaños.
Pero ahora son también fuente de conflicto, símbolo de una herencia que más que unir, separa.
¿Habrá reconciliación? ¿Regresarán sus programas a la televisión? ¿Saldrá a la luz algún otro heredero oculto? Nadie lo sabe.
Lo único claro es que la historia detrás de la risa… está llena de dolor, envidia, secretos y mucho dinero.
Como diría el Chavo: “Fue sin querer queriendo”… pero el escándalo ya no tiene freno.
