Guillermo Dávila Pliego, reconocido cantante y actor venezolano, es una figura emblemática en América Latina, cuya carrera ha estado marcada por grandes éxitos, momentos difíciles y revelaciones sorprendentes.
A sus 69 años, después de décadas de mantenerse en el ojo público, Dávila ha enfrentado una grave crisis de salud que casi le cuesta la vida y ha hecho pública una impactante noticia sobre la paternidad de un hijo que hasta entonces era solo un rumor.
Esta es la historia de un hombre que ha sabido reinventarse y afrontar las adversidades con valentía.
En noviembre de 2014, Guillermo Dávila vivió uno de los momentos más críticos de su vida.
A punto de presentarse en un concierto en Puerto Rico, comenzó a sentirse mal y fue trasladado de urgencia a un hospital en Río Piedras.
Los médicos diagnosticaron una neumonía atípica doble severa, agravada por dos infecciones bacterianas, que dejó sus pulmones incapaces de funcionar adecuadamente.
Fue conectado a un ventilador mecánico y su estado fue crítico durante semanas.
Durante 27 días, Dávila luchó por su vida en el hospital, mientras los médicos trabajaban incansablemente para estabilizarlo.
La gravedad de su condición era tal que el director del hospital le confesó que habían hecho todo lo humanamente posible para salvarlo.
Para Dávila, sobrevivir fue un milagro que atribuye tanto a la pericia médica como a su fe.
Esta experiencia cercana a la muerte cambió su perspectiva sobre la vida, haciéndolo valorar cada día y reforzando su resiliencia y esperanza.
Tras una lenta y ardua recuperación, Guillermo Dávila pudo regresar a su hogar y a los escenarios.
Puerto Rico, que había sido una segunda casa para él desde los años 80, se convirtió también en un lugar de sanación personal.
Allí, Dávila no solo retomó sus presentaciones, sino que también aprovechó para agradecer al equipo médico que lo atendió, especialmente a la doctora Wanda, quien jugó un papel crucial en su recuperación.
El cariño y apoyo de sus fanáticos puertorriqueños se mantuvieron firmes, fortaleciendo el vínculo entre el artista y la isla.
Para Dávila, esta etapa fue una victoria compartida con quienes lo acompañaron en su carrera y en su vida.
La vida personal de Guillermo Dávila ha sido también objeto de atención pública y ha estado llena de altibajos.
En 1991, se casó con Chiquinquirá Delgado, una joven actriz y modelo venezolana, con quien tuvo una hija, María Elena Dávila, nacida en 1992.
Aunque la pareja parecía sólida, se separaron en 1997, marcando un cambio importante en la vida de Dávila, quien entonces asumió el rol de padre soltero.
Después de años de reflexión y sanación, en 2007 se casó con Laura Echeverría, con quien tuvo dos hijos: Guillermo Dávila Junior y Daniela Dávila.
Este segundo matrimonio representó para él una etapa de estabilidad emocional y familiar, reflejando la madurez adquirida tras sus experiencias anteriores.
En 2021, una nueva controversia sacudió la vida de Dávila cuando se confirmó que Vasco Madueño, un joven cantante peruano, era su hijo biológico.
Durante años, la madre de Vasco, Jessica Madueño, había sostenido que Dávila era el padre, pero él nunca había reconocido públicamente esta relación hasta que decidió someterse a una prueba de ADN.
El resultado fue positivo, y Dávila lo anunció en un emotivo video en redes sociales, expresando su deseo de reconectar y construir una relación con Vasco.
Reconoció los años perdidos y afirmó que nunca es tarde para recuperar el tiempo perdido y fortalecer el vínculo padre-hijo.
Sin embargo, esta revelación no estuvo exenta de polémica.
Jessica Madueño acusó a Dávila de manipular los resultados de la prueba, generando tensiones adicionales.
A pesar de ello, Dávila se mantuvo firme en su decisión de reconocer a Vasco y establecer una relación genuina sin interferencias externas.
Guillermo Dávila nació el 18 de marzo de 1955 en Caracas, Venezuela.
Desde joven mostró pasión por la música y las artes escénicas, estudiando en la Escuela Superior de Música y en Arte de Venezuela.
Su carrera comenzó en la década de 1970 con pequeños papeles en televisión y teatro, pero fue en 1980 cuando alcanzó la fama con la telenovela “Natalia de 8 a 9”.
Su talento no solo se limitó a la actuación; en 1982 lanzó su primer álbum, iniciando una exitosa carrera musical que lo consolidó como uno de los artistas más queridos de Venezuela y América Latina.
Canciones como “Solo pienso en ti”, “Cuando se acaba el amor” y “Tesoro mío” se convirtieron en clásicos que aún hoy resuenan en la región.
A lo largo de su carrera, Dávila enfrentó tanto éxitos como controversias.
En 1988, su canción “Sin pensarlo dos veces” generó un escándalo por su contenido explícito, provocando la censura y una demanda que afectó su imagen pública.
Sin embargo, esto no detuvo su ascenso ni su popularidad.
Durante las décadas siguientes, continuó protagonizando telenovelas, películas y participando en proyectos musicales que reforzaron su versatilidad y talento.
Su papel en la telenovela “Ligia Elena” y su colaboración con artistas internacionales ampliaron su base de seguidores.
Más allá de su carrera artística, Guillermo Dávila ha mostrado un compromiso con causas sociales, participando en eventos como la lucha contra el cáncer organizada por Telemundo.
En 2021, asumió el rol de coach en “La Voz Perú”, demostrando su interés en apoyar y guiar a nuevas generaciones de artistas.
Su carrera, que abarca más de tres décadas, ha vendido más de 20 millones de álbumes y protagonizado 23 papeles principales, consolidándolo como un ícono del entretenimiento latinoamericano.
La vida de Guillermo Dávila es un ejemplo de perseverancia y resiliencia.
Desde enfrentar una enfermedad que casi le arrebata la vida hasta asumir con valentía la paternidad de un hijo desconocido, ha sabido navegar las complejidades de la fama y la vida personal con dignidad y fortaleza.
Su historia nos recuerda que, a pesar de los obstáculos, siempre es posible reinventarse, sanar heridas y construir nuevos caminos.
Guillermo Dávila sigue siendo una inspiración para muchos, no solo por su talento, sino por su capacidad de superar adversidades y mantener viva la pasión por su arte y su familia.
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