José Feliciano, el legendario cantante y guitarrista puertorriqueño, es una de las figuras más emblemáticas de la música latina y mundial.
Reconocido por su inconfundible voz y su virtuosismo con la guitarra, Feliciano ha dejado una huella imborrable con éxitos como *Feliz Navidad* y su icónica versión de *Light My Fire*.
A sus 79 años, finalmente rompe el silencio para contar la historia detrás de su carrera, llena de triunfos, controversias y momentos que pocos conocen, revelando un lado humano y vulnerable que ha permanecido oculto tras su fama.
José Feliciano nació en septiembre de 1945 en Lares, Puerto Rico, en el seno de una familia humilde con once hijos.
Desde su nacimiento enfrentó un gran desafío: la ceguera causada por glaucoma congénito.
A pesar de esta limitación física, José no permitió que la falta de la vista definiera su vida ni su destino.
Desde muy pequeño mostró una resiliencia admirable y una pasión innata por la música.
Su amor por la música comenzó casi de manera instintiva.
A los tres años ya marcaba ritmos sobre una lata de galletas, y a los cinco años, cuando su familia se mudó a Nueva York en busca de mejores oportunidades, comenzó a entrenar su oído musical y a aprender instrumentos como la concertina y, más tarde, la guitarra.
A los nueve años se enamoró de este último instrumento, que se convertiría en su compañero inseparable durante toda su vida.
Autodidacta y disciplinado, Feliciano practicaba hasta 14 horas al día, moldeando su talento sin educación formal en conservatorios.
Su determinación y amor por la música fueron el motor que lo impulsó a superar las barreras que su discapacidad y las dificultades económicas le imponían.
A los 17 años, ante la necesidad de apoyar a su familia, José abandonó la escuela y comenzó a tocar en cafés y bares del Greenwich Village en Nueva York, ganándose la vida con su música.
En 1962 firmó su primer contrato profesional en Detroit, lo que marcó el inicio de un ascenso meteórico.
Su estilo único, que fusionaba pop, flamenco y ritmos latinos, llamó la atención de la industria musical.
Fue uno de los primeros artistas latinos en lograr un éxito masivo tanto en el mercado anglosajón como en el hispanohablante, convirtiéndose en un pionero del movimiento crossover.
El talento de Feliciano no tardó en ser reconocido a nivel mundial.
Su álbum debut en español, compuesto por boleros tradicionales reinterpretados con frescura, tuvo gran aceptación.
Sin embargo, fue su versión de *Light My Fire*, originalmente de The Doors, la que lo catapultó a la fama global, alcanzando el tercer lugar en las listas de Estados Unidos.
A lo largo de su carrera, José Feliciano ha grabado más de 60 álbumes, vendido más de 50 millones de copias y ganado múltiples premios Grammy, incluyendo reconocimientos en categorías tanto en inglés como en español, un logro sin precedentes para un artista latino.
Su música ha cruzado fronteras y géneros, incorporando elementos de soul, jazz, rock y música latina, lo que le ha permitido mantenerse vigente y relevante durante más de seis décadas.
Uno de los episodios más polémicos de su carrera ocurrió en 1968, cuando interpretó una versión lenta y con matices blues del himno nacional de Estados Unidos durante la Serie Mundial.
Su interpretación, cargada de emoción y significado personal, fue vista por algunos sectores como una falta de respeto y un acto antipatriótico, en un contexto social tenso marcado por el movimiento de derechos civiles y la guerra de Vietnam.
La reacción fue inmediata y dura: emisoras de radio dejaron de transmitir sus canciones, se cancelaron conciertos y hubo quienes pidieron su deportación.
A pesar de la presión, Feliciano mantuvo su postura artística, defendiendo su derecho a expresar el himno desde una perspectiva personal y artística.
Con el tiempo, su valentía fue reconocida y abrió la puerta para que otros músicos reinterpretaran el himno nacional con libertad creativa.
Además, en 2009 enfrentó otra controversia cuando una parodia ofensiva de su canción *Feliz Navidad* fue publicada en un medio político conservador.
La parodia contenía estereotipos racistas sobre inmigrantes, lo que llevó a Feliciano a expresar públicamente su rechazo y a exigir que se desvincularan de su obra y su nombre.
La polémica terminó con una disculpa pública y la eliminación del contenido ofensivo.
Entre sus mayores legados musicales está la canción *Feliz Navidad*, lanzada en un álbum navideño que inicialmente parecía un proyecto modesto, pero que con el tiempo se convirtió en uno de los himnos navideños más populares y versionados en el mundo.
La canción, bilingüe y con un mensaje de alegría y unidad, ha trascendido barreras culturales y lingüísticas, convirtiéndose en un símbolo universal de la temporada festiva.
Este tema ha sido reconocido con múltiples premios y ha sido incluido en el Salón de la Fama de los Grammy, asegurando su lugar en la historia de la música moderna.
A lo largo de su extensa carrera, Feliciano ha colaborado con numerosos artistas de diversos géneros, desde salsa y reggaetón hasta baladas pop y jazz.
Su versatilidad y talento lo han convertido en un referente para generaciones de músicos latinos y no latinos.
Ha sido reconocido como uno de los mejores guitarristas de pop y jazz rock, y su influencia ha allanado el camino para que otros artistas latinos triunfen en la industria musical anglosajona.
Su discografía incluye canciones emblemáticas como *Ay cariño*, *Cristal roto*, *No puedo olvidarte* y *Decir adiós*, que demuestran su capacidad para combinar emoción profunda y técnica brillante.
Además de su carrera musical, Feliciano ha sido un defensor activo de los derechos de los inmigrantes y ha sido nombrado embajador honorario ante las Naciones Unidas por la Fundación Internacional del Inmigrante, reflejando su compromiso social y humanitario.
En lo personal, José Feliciano ha tenido una vida llena de momentos significativos.
Se casó con Susan Omillan en 1982, con quien ha formado una familia estable y amorosa, con tres hijos.
A pesar de los desafíos físicos que la edad le ha impuesto, mantiene su espíritu amable, su sentido del humor y su pasión por la música.
Recientemente, en noviembre de 2024, sorprendió al público en su ciudad natal, Lares, al cambiar la letra de *Feliz Navidad* en una broma durante la ceremonia anual de encendido del árbol de Navidad.
Este gesto espontáneo generó reacciones divididas en redes sociales, mostrando que incluso a sus 79 años, Feliciano sigue siendo una figura vibrante y auténtica.
José Feliciano no es solo un músico excepcional, sino un símbolo de superación, autenticidad y resiliencia.
Su vida y obra han roto barreras culturales, lingüísticas y sociales, inspirando a millones de personas en todo el mundo.
Su música ha servido como puente entre culturas, y su historia personal, marcada por la ceguera y la adversidad, es un testimonio poderoso de cómo el talento y la determinación pueden superar cualquier obstáculo.
A sus 79 años, José Feliciano sigue siendo un ícono vivo, cuya voz y legado musical continúan emocionando y uniendo a generaciones enteras, dejando una huella imborrable en la historia de la música latina y mundial.
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