Han pasado 25 años desde aquel fatídico 7 de junio de 1999, cuando el carismático conductor de televisión Paco Stanley fue asesinado a tiros en la Ciudad de México, un crimen que paralizó a toda una nación y que hasta hoy permanece sin resolver oficialmente.
A sus 66 años, Mario Bezares, amigo cercano y compañero de conducción de Stanley, finalmente decidió hablar públicamente y romper el silencio que lo ha acompañado durante más de dos décadas.
Su testimonio, revelado en un emotivo episodio de “La Casa de los Famosos México 2024”, ha dejado al mundo conmocionado y ha abierto nuevas reflexiones sobre aquel oscuro capítulo de la historia del espectáculo mexicano.
Mario Bezares fue durante años el principal sospechoso del asesinato de Paco Stanley.
La presión mediática, los rumores y teorías conspirativas lo convirtieron en blanco de acusaciones que incluso afectaron a su familia.
Su esposa, Paola, fue señalada y sufrió las consecuencias del escándalo, enfrentando momentos de gran sufrimiento y humillación.
Sin embargo, Bezares siempre mantuvo su inocencia y finalmente fue absuelto por falta de pruebas concluyentes.
En su declaración reciente, Mario relató cómo fue engañado para ser detenido y cómo vivió un proceso judicial lleno de irregularidades.
Recordó la llamada desde un teléfono público que desencadenó su arresto y la acusación formal contra él, su esposa y otros implicados.
“Me sacaron de mi casa con engaños y me emboscaron en un motel”, confesó, describiendo ese momento como un infierno no solo para él, sino sobre todo para su familia.
Paco Stanley, nacido en 1942, fue una figura emblemática en la televisión mexicana.
Conocido por su voz profunda, su humor único y su carisma, Stanley conquistó al público durante décadas, trabajando en programas como *La Carabina de Ambrosio*, *Sonrisas y Sorpresas* y su último espacio en TV Azteca, *Siganme los Buenos*.
Su estilo de entrevista, su capacidad para contar historias y su talento para la poesía lo convirtieron en un ícono cultural.
El día de su asesinato, Paco y Mario habían participado juntos en un programa y se dirigían a desayunar cuando ocurrieron los disparos que terminaron con la vida del conductor.
La noticia conmocionó a México, y la investigación resultó ser una de las más polémicas y confusas de la historia reciente.
La falta de claridad, las contradicciones en las declaraciones y la presencia de sustancias ilícitas en las pruebas toxicológicas complicaron aún más el caso.
La investigación del asesinato estuvo marcada por irregularidades.
Mario Bezares fue sometido a pruebas toxicológicas que confirmaron consumo ocasional de drogas, lo que alimentó la sospecha pública en su contra.
Además, se descubrió que Paco Stanley tenía una credencial que lo vinculaba con la Secretaría de Gobernación, lo que abrió especulaciones sobre posibles conexiones con el tráfico de armas y narcotráfico.
Durante el proceso, un interno llamado Luis Gabriel Valencia, conocido como “El Cholo”, fue pieza clave para la acusación contra Bezares y otros.
Sin embargo, Valencia posteriormente se retractó de sus declaraciones, denunciando que había sido torturado y presionado por autoridades para incriminar falsamente a los acusados.
Este giro evidenció la manipulación y las presiones políticas detrás del caso.
Finalmente, en enero de 2001, un juez penal dictaminó que no existían pruebas suficientes para vincular a Mario con el crimen, ordenando su liberación inmediata.
A pesar de esto, el daño personal y profesional ya estaba hecho.
Mario perdió la estabilidad, su familia sufrió y su nombre quedó marcado por un escándalo que aún despierta controversia.
El caso también estuvo rodeado de rumores que involucraban a personas cercanas a Mario, incluyendo una supuesta relación entre Paco Stanley y Brenda, esposa de Bezares.
Estos rumores afectaron profundamente a la familia, generando tensiones y desconfianza.
Pruebas de ADN descartaron cualquier vínculo biológico entre Stanley y los hijos de Bezares, pero el daño emocional persistió.
Mario describió su experiencia en prisión como un retiro espiritual que, aunque doloroso, le permitió crecer y reflexionar.
También destacó el sufrimiento de su esposa, quien fue obligada a limpiar celdas y dormir en condiciones inhumanas.
Para él, el caso fue llevado al extremo para ocultar problemas mayores del país y desviar la atención pública.
En un momento inesperado y conmovedor, Mario Bezares se reencontró en televisión con Paul Stanley, hijo de Paco.
Este encuentro, ocurrido en el programa *Hoy* tras la victoria de Mario en *La Casa de los Famosos México 2024*, estuvo cargado de emoción y reconciliación.
Ambos hombres, unidos por el dolor y la incertidumbre, compartieron palabras de comprensión y perdón.
Mario expresó su amor y respeto hacia Paul, reconociendo el sufrimiento que ambos han vivido.
“Eres parte de mi vida… Te veo como a un hijo”, dijo con sinceridad.
Paul, visiblemente conmovido, reconoció tener pocos pero buenos recuerdos de su padre y agradeció la presencia de Mario en su vida, aunque fuera por poco tiempo.
Este gesto de humanidad y perdón representa un paso importante para cerrar un capítulo lleno de dolor y controversia, ofreciendo un mensaje de paz y esperanza para todos los afectados.
El asesinato de Paco Stanley sigue siendo un misterio sin resolver que ha dejado una marca indeleble en la memoria colectiva de México.
Más allá de la polémica y el sensacionalismo, la historia de Mario Bezares y Paco Stanley es una historia de amistad, tragedia y búsqueda de justicia.
Mario instó al público y a los medios a dejar de reabrir heridas que tal vez nunca sanen del todo y a permitir que Paco descanse en paz.
Su testimonio es un llamado a la reflexión sobre el impacto de la fama, la justicia y la manipulación política en la vida de las personas.
A 25 años del asesinato que conmocionó a México, esta historia sigue viva en el corazón de muchos, recordándonos que detrás de los titulares hay vidas humanas con historias complejas, emociones profundas y un deseo común de verdad y reconciliación.
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