Barry Gibb, el legendario músico y compositor británico, conocido mundialmente por ser el mayor de los hermanos Bee Gees, ha compartido recientemente una reflexión profunda y emotiva sobre su relación con su hermano Robin Gibb, fallecido en 2012.
A sus 79 años, Barry abre su corazón y revela la complejidad de una hermandad marcada por la genialidad, la rivalidad, el amor y el dolor, ofreciéndonos una mirada íntima a la historia detrás de una de las bandas más influyentes de la música pop y disco.
Barry Allen Crompton Gibb nació el 1 de septiembre de 1946 en Douglas, Isla de Man. Desde pequeño, estuvo inmerso en un ambiente musical, junto a sus hermanos gemelos Robin y Maurice.
La familia Gibb se mudó a Manchester, Inglaterra, y posteriormente a Redcliffe, Queensland, Australia, donde Barry y sus hermanos comenzaron a experimentar con armonías y composición musical bajo el nombre inicial de The Rattlesnakes, que luego evolucionó a Bee Gees, abreviatura de Brothers Gibb.
Durante los años 60, tras regresar a Inglaterra, los Bee Gees lograron su primer gran éxito con canciones como *To Love Somebody*, *Massachusetts* y *New York Mining Disaster 1941*.
La voz característica de Barry, especialmente su falsete, junto con su talento para la composición, definieron el sonido único del grupo que trascendió generaciones.
La década de los 70 fue testigo de una transformación radical en la carrera de los Bee Gees, liderada por Barry.
Ante el cambio de gustos musicales, el grupo pasó de ser una banda de pop melódico a pioneros del sonido disco, alcanzando un éxito monumental con la banda sonora de *Saturday Night Fever* en 1977.
Canciones como *Stayin’ Alive*, *Night Fever* y *How Deep Is Your Love* se convirtieron en himnos globales, impulsando ventas millonarias y consolidando a Barry como uno de los compositores y productores más influyentes de la época.
Además de su trabajo con los Bee Gees, Barry destacó como productor y compositor para otros artistas legendarios como Barbra Streisand, Diana Ross, Kenny Rogers, Dolly Parton y Céline Dion, demostrando su versatilidad y profundo entendimiento de la música y la emoción.
A pesar del éxito profesional, la relación entre Barry y Robin no siempre fue sencilla.
Barry describe a Robin como un espíritu diferente, casi etéreo, con una voz capaz de transmitir emociones indescriptibles.
Sin embargo, las diferencias creativas y personales generaron tensiones frecuentes.
Barry admite que tuvieron peleas que duraban días, muchas veces no relacionadas con la música sino con quién tenía la razón o quién era escuchado.
Robin era el soñador, poético e impredecible, mientras Barry era el líder creativo y más aterrizado. Maurice, el tercer hermano, actuaba como pacificador entre ellos.
A pesar de los conflictos, Barry nunca dudó del talento de Robin, cuyo timbre vocal aportó una profundidad emocional esencial a éxitos como *I Started a Joke* y *Massachusetts*.
La muerte de Maurice en 2003 fue un momento de unión para Barry y Robin, aunque también los obligó a enfrentar años de emociones reprimidas y tensiones no resueltas.
Barry recuerda que la pérdida les hizo darse cuenta del tiempo perdido en peleas insignificantes.
En 2012, durante los últimos días de Robin, Barry estuvo a su lado en el hospital.
Recordó cómo, a pesar de su fragilidad, Robin mantuvo su espíritu y les dijo: “Lo logramos, ¿verdad, Baz?” Ese momento fue un cierre simbólico de un ciclo que comenzó en su infancia y que selló una paz emocional entre ellos.
Desde la muerte de Robin, Barry ha continuado llevando el legado de los Bee Gees en solitario, enfrentando la soledad de ser el último sobreviviente del trío.
A menudo siente la presencia de sus hermanos en el escenario y en los momentos de introspección, rodeado de recuerdos y fotografías que evocan no solo la fama, sino la hermandad, el amor y los sueños compartidos.
La vida personal de Barry también ha sido un reflejo de amor, compromiso y resiliencia.
Se ha casado dos veces: primero con Morin Bates, con quien estuvo casado desde 1966 hasta 1970, y luego con Linda Gray, su esposa desde 1970 hasta la actualidad.
Linda ha sido un pilar fundamental en la vida de Barry, apoyándolo en los momentos de éxito y en las tragedias personales, incluyendo la pérdida de sus hermanos.
Juntos han formado una familia sólida con cinco hijos y han mantenido una vida relativamente privada en Miami, Florida, lejos del bullicio de la fama.
Barry ha reconocido públicamente que sin el apoyo inquebrantable de Linda, no habría podido sobrellevar las presiones de su carrera y las dificultades personales.
Los Bee Gees dejaron una huella indeleble en la historia de la música, redefiniendo el pop, el rock y el disco con su estilo único y sus armonías inconfundibles.
Barry Gibb, como líder creativo, ha sido fundamental en ese legado, y hoy, al contar la verdad sobre su relación con Robin, nos muestra una historia humana detrás de la leyenda.
Su relato es un testimonio de cómo el amor fraternal puede coexistir con la rivalidad y el dolor, y cómo la música puede ser un puente para sanar heridas y mantener viva la memoria de quienes ya no están.
Barry concluye con una declaración conmovedora: “Los Bee Gees siempre seremos tres. Robin y Maurice forman parte de mí. Siempre estaremos juntos en la música, en los recuerdos y en los corazones de quienes aún nos escuchan.”
Así, Barry Gibb no solo honra la memoria de sus hermanos, sino que también reafirma el poder eterno de la hermandad y la música.
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