El ROMANCE que definió una ERA y terminó en TRAGEDIA | El corazón roto de la COOL BRITANNIA.

Durante la segunda mitad de los años noventa, no hubo una pareja más observada, debatida y simbólica en el Reino Unido que la formada por Liam Gallagher y Patsy Kensit.

Patsy Kensit reacts to Oasis reunion as son Lennon Gallagher revealed to  attend his dad's show | HELLO!
Su romance no solo capturó la atención de la prensa del corazón, sino que se convirtió en un reflejo exacto del espíritu de una época marcada por el exceso, la fama desbordada y la ilusión de una nueva identidad cultural británica conocida como la Cool Britannia.

Cuando se casaron el 7 de abril de 1997, muchos creyeron estar presenciando la consolidación de una historia destinada a definir una generación.

Sin embargo, aquella unión terminó convirtiéndose en una de las tragedias sentimentales más comentadas del panorama cultural británico.

 

El primer encuentro entre Liam Gallagher y Patsy Kensit ocurrió en diciembre de 1995, en Manchester.

Patsy había viajado a la ciudad para grabar un programa de televisión y decidió sumergirse en la vibrante escena nocturna local.

La noche avanzó entre conversaciones despreocupadas y risas hasta que terminó en el hotel donde ella se hospedaba.

Fue allí donde Liam, con su actitud desafiante y magnética, se acercó para darle un beso fugaz antes de pedirle su número de teléfono.

Para los amigos de Patsy, aquel músico de fama conflictiva representaba una mala noticia, pero para ella, ese caos resultaba extrañamente familiar y atractivo.

 

La vida de Patsy Kensit siempre había estado marcada por los contrastes.

Criada entre el crimen y el espectáculo, era hija de un conocido delincuente londinense vinculado al mundo mafioso, y su padrino fue nada menos que Reggie Kray, uno de los legendarios gemelos del crimen organizado británico.

El tormentoso amor entre Liam Gallagher y Patsy Kensit: una química  irresistible, infidelidades y mucha ira | Vanity Fair
Desde muy pequeña, su madre la introdujo en el mundo artístico y, a los seis años, ya aparecía en el cine junto a Mia Farrow en El Gran Gatsby.

Su adolescencia estuvo definida por una fama precoz, una imagen seductora y una constante exposición mediática.

 

A los dieciséis años, Patsy dio un salto decisivo al protagonizar Absolute Beginners junto a David Bowie.

Aunque la película fue un fracaso comercial, consolidó su figura como icono juvenil.

Más tarde incursionó en la música con el grupo Eighth Wonder, logrando un éxito moderado antes de volver a centrarse en la actuación.

Su vida sentimental tampoco pasó desapercibida: se casó muy joven con Dan Donovan y más tarde con Jim Kerr, vocalista de Simple Minds, con quien tuvo un hijo.

Sin embargo, la muerte de su madre en 1993 marcó el inicio de un periodo oscuro, dominado por excesos, relaciones fallidas y una profunda inestabilidad emocional.

 

Mientras tanto, Liam Gallagher vivía el punto más alto de su carrera.

Oasis era la banda más grande del Reino Unido y una de las más influyentes del mundo.

Su rivalidad con Blur dividía al país y representaba un conflicto de clases, estilos y actitudes.

Pero detrás de la batalla musical se escondían rivalidades personales, infidelidades cruzadas y un entorno emocional tan caótico como la música que definía aquellos años.

Patsy Kensit 'cried every day' she was with Liam Gallagher as she lifts lid  on nightmare marriage - The Mirror

Cuando Liam y Patsy comenzaron su relación, la atención mediática fue inmediata.

Para muchos, ella era la sofisticación londinense; él, la irreverencia obrera de Manchester.

Juntos encarnaban una mezcla explosiva que fascinaba y escandalizaba a partes iguales.

La prensa no tardó en etiquetar a Patsy como “la Yoko Ono de Oasis”, acusándola de ser una influencia negativa en la vida del cantante.

Ella, cansada de las críticas, llegó a declarar que no entendía si la veían como una manipuladora calculadora o como una mujer ingenua sin carácter.

 

A pesar de todo, la conexión entre ambos era real.

Patsy describía a Liam como protector, cariñoso y profundamente magnético.

Se quedaban despiertos hasta el amanecer hablando de música, de sueños y de miedos, como dos adolescentes enamorados.

Se vestían igual, compartían una intimidad intensa y creían haber encontrado algo auténtico en medio del ruido mediático.

Su imagen conjunta alcanzó su punto más icónico cuando protagonizaron la portada de Vanity Fair, envueltos en la bandera británica, convertidos en el símbolo definitivo de la Cool Britannia.

liam gallagher & patsy kensit

Sin embargo, el contexto empezó a cambiar.

La muerte de la princesa Diana en 1997 marcó el fin simbólico de aquella era optimista y hedonista.

Aunque el país comenzaba a despertar de su fantasía colectiva, la relación entre Liam y Patsy seguía siendo el centro de atención.

Finalmente, decidieron casarse en una ceremonia íntima, sin prensa ni celebridades, buscando una paz que nunca llegó a consolidarse.

 

Poco después de la boda, la traición golpeó con fuerza.

Liam viajó a Los Ángeles y dejó embarazada a Lisa Moorish, amiga cercana de Patsy.

El golpe fue devastador.

Aunque intentaron seguir adelante, la confianza estaba rota.

En 1998 nació Molly Gallagher, hija de Liam y Lisa, a quien el cantante no conocería hasta veinte años después.

La relación entre Liam y Patsy entró en una espiral de alcohol, ausencias, discusiones y violencia emocional.

Patsy Kensit on life with Liam Gallagher: I knew about his womanising but I  regretted leaving him - Irish Mirror

En 1999 nació su hijo Lennon, pero ni siquiera la paternidad logró cambiar el comportamiento autodestructivo de Liam.

Patsy, afectada por la ansiedad, el alcoholismo y la depresión, ingresó en una clínica de rehabilitación en el año 2000.

Meses después, solicitó el divorcio. Describió el matrimonio como una farsa y confesó que había pasado años intentando llamar la atención de un hombre que nunca estuvo realmente presente.

 

Tras la separación, ambos tomaron caminos distintos.

Liam continuó con nuevas relaciones y escándalos, mientras Patsy intentaba reconstruirse emocionalmente.

Con el paso del tiempo, ella reconoció que aquel amor la había roto por dentro, pero también le había dejado lecciones profundas sobre la identidad, la dependencia emocional y la necesidad de dejar de vivir para complacer a los demás.

 

Hoy, la historia de Liam Gallagher y Patsy Kensit permanece como una de las más representativas del fin de una era.

No fue solo un romance entre una actriz y una estrella del rock, sino el reflejo de una generación que confundió libertad con exceso y amor con caos.

Una historia intensa, brillante y dolorosa que, como la Cool Britannia, ardió con fuerza antes de desmoronarse.

 

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