Camilo Blanes Cortés, conocido mundialmente como Camilo Sesto, fue mucho más que una cara bonita o una voz excepcional.

Nacido el 16 de septiembre de 1946 en Alcoy, España, su vida estuvo marcada por un meteórico ascenso a la fama, una carrera musical impresionante, pero también por controversias, secretos y luchas personales que pocos conocieron en profundidad.
Este artículo explora la historia real detrás del ícono de la balada romántica, sus amores, sus conflictos familiares y las sombras que acompañaron su trayectoria.
Desde pequeño, Camilo destacó por su belleza casi idílica y un talento natural para el canto que comenzó a manifestar en el coro de su colegio.
A los 16 años, decidió que la música sería su destino y formó parte de un grupo llamado Los Dason, interpretando covers de los Beatles y los Bee Gees en bodas y bautizos.
Su carisma y voz hipnótica lo hicieron destacar rápidamente, y no tardó en comenzar su carrera como solista bajo el nombre artístico de Camilo VI, que luego cambió a Camilo Sesto para facilitar su pronunciación y por motivos estéticos.
Su primer álbum, *Algo de mí* (1971), marcó el inicio de una carrera que lo llevaría a registrar más de 600 canciones y vender más de 200 millones de discos en todo el mundo.
Durante las décadas de los 70 y 80, Camilo se convirtió en un emblema de la música romántica, realizando giras por Iberoamérica, Estados Unidos y Japón.
A pesar del éxito, Camilo confesó en su biografía *Todo de mí* (1985) que su ascenso rápido le provocó una fuerte depresión y un intento de suicidio a los 26 años.
Su vida personal siempre estuvo rodeada de misterio y polémica, especialmente en torno a su orientación sexual y sus relaciones amorosas.

Los medios lo apodaron “el soltero de oro” debido a la ausencia pública de relaciones femeninas o masculinas confirmadas.
Se rumoreaba que sus romances con famosas eran tapaderas para ocultar su homosexualidad, algo que él nunca negó ni confirmó abiertamente, pero sí mostró respeto hacia la comunidad LGBT en una época poco tolerante.
Entre sus relaciones más conocidas estuvo la actriz italiana Lucía Bosé, a quien consideró una musa, aunque siempre mantuvieron una amistad.
También tuvo un romance oficial con la actriz argentina Marcia Bell, que terminó tras rumores de infidelidad con hombres.
Su relación más duradera fue con Andrea Bronston, su corista, con quien mantuvo un idilio secreto de aproximadamente diez años.
Andrea afirmó en un documental que Camilo le era infiel para mantener una imagen en las revistas, pero siempre regresaba a ella.
Se dice que Andrea estuvo embarazada, pero sufrió un aborto.
Camilo la consideraba la mujer de su vida, pero la relación terminó debido a diferencias personales y la imposibilidad de tener hijos juntos.
En la década de 1980, Camilo tuvo un hijo llamado Camilo Jr.
, fruto de su relación con Lourdes de Sornelas, una seguidora que logró captar su atención durante una fiesta.
Aunque inicialmente se distanció, años después Camilo apareció públicamente con Lourdes y el bebé, explicando que no deseaban casarse pero que el niño era su fuente de felicidad.
Sin embargo, Lourdes reveló que Camilo tardó ocho meses en reconocer al niño, y algunos sugirieron que la relación fue utilizada por Camilo para convertirse en padre.
La familia vivió momentos difíciles, con disputas por la custodia de la niña, quien más tarde inició una transición de género y cambió su nombre a Sheila Devil.

Con el paso de los años, Camilo se alejó de la música para dedicarse a la crianza de su hija, aunque su relación con ella se deterioró, especialmente cuando Sheila se mudó a México y enfrentó problemas de salud mental y adicciones.
En 1992, cansado del acoso mediático y la presión pública, Camilo se retiró a vivir en una casona cerca de Madrid, donde continuó trabajando en música pero evitó la exposición pública.
Su salud comenzó a deteriorarse, sufriendo un trasplante de hígado que fue rechazado, problemas renales y lesiones físicas.
A pesar de sus problemas de salud y controversias, Camilo siguió siendo una leyenda viva, llenando conciertos especialmente en Latinoamérica.
En 2016, sorprendió a sus fans con una presentación en silla de ruedas, visiblemente frágil.
Su última aparición pública fue en 2018, y en 2019 falleció debido a complicaciones renales.
Tras su muerte, surgieron disputas familiares por su herencia y debates sobre su vida privada, incluyendo la relación con su hija Sheila y las polémicas en torno a su identidad sexual.

Camilo Sesto fue un artista único, cuya música tocó el corazón de millones.
Sin embargo, su vida estuvo marcada por secretos y desafíos personales que nunca se mostraron completamente al público.
Su historia nos recuerda que detrás del éxito y la fama, las figuras públicas también enfrentan luchas humanas profundas.
En un mundo donde la privacidad es cada vez más escasa, el legado de Camilo Sesto es también un testimonio del valor de mantener ciertas sombras para preservar la magia de un mito.