Jacobo Sabludowski fue mucho más que un periodista; fue una figura emblemática que definió el periodismo televisivo en México durante gran parte del siglo XX.

Su voz se convirtió en sinónimo de información confiable y su presencia, un rostro familiar en millones de hogares mexicanos.

Sin embargo, detrás de la pantalla y el profesionalismo, su vida personal estuvo rodeada de rumores, especulaciones y un escándalo que aún hoy despierta intriga: la misteriosa muerte de un joven actor vinculado sentimentalmente con él.

 

Jacobo Sabludowski nació en la Ciudad de México en una época en la que algunos barrios aún conservaban un aire rural y modesto.

Creció en la calle Doctor Barragán, un camino de tierra con casas sencillas, y desde muy pequeño vivió un evento trágico que quedó grabado en su memoria: el incendio del circo Veas Modelo cuando apenas tenía un año y medio.

 

Poco después, su familia se mudó al barrio de La Merced, una zona bulliciosa y llena de vida, donde Jacobo pasó sus primeros 20 años.

A pesar de las limitaciones económicas, su infancia estuvo llena de estímulos culturales gracias a la influencia de su padre, David Sabludowski, un inmigrante polaco exiliado que trabajaba como vendedor ambulante de libros y que inculcó en sus hijos el amor por la literatura y el conocimiento.

 

Jacobo se consideraba un niño tranquilo, introspectivo y observador, con una gran curiosidad por el mundo.

Su formación académica comenzó en escuelas públicas y continuó en la histórica Escuela Nacional Preparatoria de San Ildefonso, donde se enfocó en humanidades, motivado por el deseo de comprender el mundo desde una perspectiva crítica y cultural.

Aunque en 1943 se inscribió en la Facultad de Derecho, su verdadera pasión era el periodismo.

Comenzó su carrera como corrector de pruebas en el periódico *El Nacional*, un trabajo que le permitió familiarizarse con el mundo de la prensa escrita.

Paralelamente, soñaba con ser locutor de radio y en enero de 1945 obtuvo su licencia de radiodifusión.

 

Su mentor en la radio fue Alonso Sordo Noriega, un reconocido locutor y reportero, y en la escritura periodística tuvo como guía a José Pajés Yergo, fundador de la revista *Siempre*.

Estas influencias marcaron profundamente su estilo y ética profesional.

 

Jacobo Sabludowski se convirtió en una figura clave de Televisa, donde su voz y estilo definieron el noticiero *24 Horas* durante décadas.

Su relación con la televisora no solo fue laboral, sino también personal, forjando una conexión profunda que terminó abruptamente en el año 2000.

Ese año, tras una serie de cambios internos en Televisa, el sucesor de Jacobo, Guillermo Ortega, fue reemplazado por Joaquín López Dóriga, lo que generó tensiones y llevó a la renuncia de Abraham Sabludowski, hijo de Jacobo y colaborador cercano.

Jacobo, respetando la decisión de su hijo, también decidió cerrar su ciclo en la televisora, un momento que describió como un “segundo nacimiento”, lleno de incertidumbre y dolor.

 

La vida personal de Jacobo siempre estuvo envuelta en un halo de misterio y especulación.

Aunque estuvo casado con Sara Nerubai Liberman, con quien tuvo tres hijos y mantuvo una relación sólida y estable, los rumores sobre su sexualidad y relaciones sentimentales con figuras del espectáculo circularon durante años.

 

Se le vinculó con varias vedettes y actrices del cine mexicano, como Gloria Cárdenas Sandoval, conocida como Gloria; la princesa Yamal, una figura controvertida del cine de cabaret; y Rossy Mendoza, apodada “la cintura más breve del espectáculo”.

Ninguna de estas relaciones fue confirmada oficialmente, pero alimentaron el interés público y la leyenda que rodeaba su figura.

Uno de los episodios más oscuros y polémicos asociados a Jacobo Sabludowski fue la trágica muerte del joven actor Gerardo Hemmer en 1995.

Hemmer, una promesa del entretenimiento mexicano, fue hallado sin vida en su departamento en circunstancias que inicialmente se atribuyeron a una fuga de gas.

 

Sin embargo, con el tiempo surgieron versiones que apuntaban a un posible crimen pasional relacionado con una relación sentimental entre Hemmer y una persona identificada como “Saudi”, que algunos rumores vincularon con Jacobo.

Se dijo que Hemmer había amenazado con hacer pública la relación y que poseía pruebas fotográficas que podrían haber comprometido a alguien importante.

 

Estas versiones nunca fueron confirmadas oficialmente, y la investigación cerró el caso como un accidente.

No obstante, periodistas como Víctor Hugo Sánchez han afirmado que Televisa encubrió la verdadera historia, basándose en testimonios que sugerían un asesinato y una relación romántica entre Jacobo y Hemmer.

 

Además de Hemmer, Jacobo fue vinculado con otras figuras del medio artístico como el actor costarricense Rafael Rojas y los periodistas Miguel Pizarro y Heriberto Murrieta.

Se especuló sobre su bisexualidad, apoyada en testimonios que señalaban su apoyo a jóvenes actores y reporteros en sus carreras.

 

A pesar de la constante circulación de rumores, Jacobo mantuvo una postura reservada y nunca abordó públicamente su vida privada ni su orientación sexual.

Su imagen pública siempre fue la de un profesional serio y conservador, aunque su círculo social incluía nombres destacados como Rubén Olivares y Paco Malgesto.

 

En sus últimos años, Jacobo enfrentó serios problemas de salud.

Fue diagnosticado con melanoma maligno, una agresiva forma de cáncer de piel, y también padeció cáncer de próstata, aunque esta última enfermedad estaba en remisión.

Estos diagnósticos tuvieron un profundo impacto emocional en él, quien decidió luchar con determinación frente a la enfermedad.

 

En 2015 sufrió un derrame cerebral que resultó fatal, y falleció el 2 de julio a los 87 años.

Su muerte marcó el fin de una era en el periodismo mexicano.

 

El funeral de Jacobo Sabludowski se llevó a cabo conforme a las tradiciones judías en el Panteón Israelita, en medio de una intensa lluvia que añadió solemnidad al acto.

Asistieron figuras destacadas como la primera dama Angélica Rivera, el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, y personalidades del periodismo y la cultura.

 

Su hijo Abraham pronunció un emotivo discurso, destacando la ética, cultura y trabajo incansable de su padre, así como su fidelidad a sus raíces humildes y su compromiso con el periodismo.

Recordó que para Jacobo, el periodismo no era solo una profesión, sino parte fundamental de su identidad.

Jacobo Sabludowski dejó un legado imborrable en el periodismo mexicano, transformando la manera en que se presentan las noticias y estableciendo estándares de profesionalismo y ética.

Su vida estuvo marcada por éxitos, controversias y misterios que aún hoy despiertan interés y debate.

 

A pesar de las especulaciones, su contribución al país y a la comunicación social permanece como un referente para las nuevas generaciones.

Su historia es un reflejo de la complejidad humana detrás de la figura pública, un recordatorio de que detrás de la voz que informa siempre hay una vida con luces y sombras.

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