El 31 de marzo de 1995, el mundo perdió a una de sus estrellas más brillantes: Selena Quintanilla, la reina del Tex-Mex.
Su muerte fue un golpe devastador para millones de fans en Estados Unidos, México y toda Latinoamérica.
Pero más allá de la tristeza y el dolor, el funeral de Selena estuvo marcado por hechos y secretos que pocos conocen y que han permanecido en la sombra durante décadas.
Este artículo revela los detalles más impactantes y desconocidos sobre las últimas horas y la despedida de esta icónica artista.

La noche del 1 de abril de 1995, en la ciudad de Corpus Christi, Texas, se reunió una multitud desconsolada en la emblemática Bayron Plaza, justo donde Selena había exhalado su último suspiro.
Cerca de 3,000 fanáticos se congregaron para rendir homenaje a la cantante, cuyo legado musical y carisma habían conquistado a jóvenes y adultos por igual.
La vigilia fue una expresión genuina de amor y dolor colectivo, que evidenciaba el impacto profundo que Selena había dejado en sus seguidores.
Al día siguiente, en el Auditorio de la Base Front en Corpus Christi, se abrió una exhibición pública del ataúd de Selena.
Más de 40,000 personas hicieron fila durante horas para presentar sus respetos a la joven estrella.
Sin embargo, justo antes de la apertura, comenzó a circular un rumor inquietante: algunos dudaban que el cuerpo de Selena realmente estuviera en ese lugar.
La desconfianza se propagó rápidamente, generando tensión y preocupación entre los presentes.
Ante esta situación, Abraham Quintanilla, padre de Selena, tomó una decisión controvertida: ordenó abrir el ataúd para que se confirmara la presencia del cuerpo de su hija.
Esta acción, aunque entendible por la angustia de la familia, se convertiría en un momento que el propio Abraham lamentaría profundamente años después.
El ataúd fue abierto por Abraham Quintanilla Jr., hermano de Selena, bajo la orden de su padre.

A pesar de las estrictas prohibiciones para evitar fotografías con flash o videos, se tomaron imágenes que luego circularon en revistas, programas de televisión e incluso camisetas.
Este lamentable espectáculo fue una herida más para la familia y para los fans, pues la despedida se transformó en un evento mediático que Selena, conocida por su sencillez y privacidad, seguramente habría detestado.
Abraham Quintanilla describió este momento como una debilidad emocional, un instante de sensibilidad que no repetiría si pudiera regresar el tiempo.
La decisión, aunque motivada por el deseo de calmar las dudas, terminó generando controversia y dolor adicional.
Selena nació el 16 de abril de 1971 y desde pequeña mostró un talento excepcional para la música.
A los seis años, comenzó a presentarse junto a sus hermanos en el restaurante familiar, formando el grupo “Selena y Los Dinos”.
Con esfuerzo y perseverancia, Selena se convirtió en la primera cantante femenina en destacar en géneros dominados por hombres, como la música tejana y la cumbia.
Su carisma, sencillez y letras emotivas conquistaron a millones, no solo en Estados Unidos y México, sino en toda Latinoamérica.
A sus 23 años, Selena ya era una estrella consolidada, con ingresos millonarios y una base sólida de fans.
Además, incursionó en la moda, diseñando y abriendo boutiques que manejaba Yolanda Saldívar, su confidente y representante.
Lo que parecía una relación de confianza se tornó en tragedia. Yolanda Saldívar, quien manejaba los negocios de Selena, fue descubierta robando hasta 60,000 dólares de ingresos.
A pesar de las sospechas y quejas de empleados y fans, Selena mantuvo la confianza en Yolanda, quizás por ingenuidad o por el vínculo afectivo que habían desarrollado.
El 31 de marzo de 1995, Selena confrontó a Yolanda en un motel para exigirle la entrega de documentos legales que le pertenecían.
La discusión escaló hasta que Yolanda, en un acto desesperado, sacó un revólver y disparó por la espalda a Selena, quien intentaba abandonar la habitación.
A pesar de que Selena fue trasladada rápidamente al hospital, falleció a la 1:05 p.m.de ese mismo día.
Su muerte conmocionó al mundo de la música latina y dejó un vacío imposible de llenar.
Su funeral, televisado y seguido por millones, fue una mezcla de tristeza, amor y controversia.
La familia Quintanilla decoró el ataúd con flores importadas de los Países Bajos, y Selena fue vestida con un traje morado, color que solía usar y que simbolizaba su esencia.
La despedida se convirtió en una última presentación para sus fans, quienes firmaban libros de condolencias y dejaban flores en señal de respeto.

Durante la transmisión en vivo del funeral, ocurrió un suceso extraño que muchos interpretaron como la presencia espiritual de Selena.
Mientras Chris Pérez, su viudo, estaba sentado, una sombra parecía posarse en su hombro derecho y mover su camiseta.
Aunque algunos explicaron que se trataba de un efecto de las cámaras, para otros fue un último adiós de la cantante a su esposo.
Chris y Selena habían vivido un amor prohibido, casándose en secreto en 1992 debido a la oposición familiar.
A pesar de todo, su vínculo se mantuvo fuerte hasta el final y más allá.
Yolanda fue encontrada culpable de homicidio en primer grado y sentenciada a cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional en 2025.
Durante el juicio, siempre sostuvo que el disparo fue accidental, pero la evidencia y testimonios demostraron lo contrario.
A pesar de su corta carrera, Selena dejó una huella imborrable en la música latina y en la cultura popular.
Álbumes como “Amor Prohibido” se convirtieron en éxitos rotundos, y su influencia sigue vigente en nuevas generaciones.
Su historia es un recordatorio del talento, la pasión y la fragilidad de la vida.