Carlos Lehder, uno de los capos más notorios del cartel de Medellín, ha decidido contar su versión de la historia tras pasar más de 33 años encarcelado en Estados Unidos.
Su testimonio revela aspectos poco conocidos del narcotráfico en Colombia durante las décadas de los 70 y 80, así como su relación con Pablo Escobar, el líder del cartel.
Lehder, quien fue extraditado en 1987, ofrece una mirada desde dentro de una de las organizaciones criminales más violentas y poderosas de la historia reciente.
Nacido en 1949 en Armenia, Colombia, de padre alemán y madre colombiana, Carlos Lehder dejó los estudios a los 16 años y se trasladó a Nueva York, donde comenzó su vida delictiva robando autos.
Tras cumplir una condena y ser deportado, regresó a Colombia y rápidamente se involucró en el tráfico de drogas, especializándose en el transporte de cocaína desde Bolivia hacia Estados Unidos.
Su habilidad para innovar lo llevó a desarrollar rutas marítimas y aéreas que multiplicaron el volumen de droga enviada, lo que le valió el apodo de “el Henry Ford del narcotráfico”.
Su fortuna llegó a tal nivel que compró una isla en las Bahamas, Norman Island, desde donde coordinaba envíos de cocaína con aviones y embarcaciones.
Esta isla se convirtió en uno de los centros neurálgicos del cartel, hasta que fue confiscada por el gobierno estadounidense.
Lehder describe su relación con Pablo Escobar como compleja y llena de contradicciones.
Aunque ambos formaron parte del cartel de Medellín y compartían intereses económicos, filosóficamente eran como el agua y el aceite.
Mientras Escobar era brutal y violento, Lehder se consideraba un jefe más pacífico y político, incluso llegó a formar un movimiento político en Armenia para denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos.
El único crimen político que Lehder reconoce como autor intelectual de Escobar fue el asesinato del ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla en 1984, un hecho que inicialmente celebró pero del que luego se arrepintió.
Lehder insiste en que no participó en actos violentos ni en guerras contra el Estado colombiano, y niega haber cometido asesinatos.
Uno de los capítulos más oscuros del cartel de Medellín fue la lucha encarnizada contra la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos.
Lehder y Escobar lideraron esta batalla, combinando violencia, amenazas y campañas políticas para impedir que sus miembros fueran entregados a la justicia estadounidense.
En este contexto, surgió el grupo paramilitar conocido como “Los Extraditables”, creado para combatir a guerrilleros, delincuentes comunes y secuestradores.
Lehder relata que aunque fue secuestrado y herido, logró escapar y expresó su odio hacia los secuestradores, respaldando la creación de este grupo.
Sin embargo, la violencia y los asesinatos cometidos por “Los Extraditables” se salieron de control, generando aún más caos.
Lehder revela que la convivencia dentro del cartel estuvo marcada por traiciones y asesinatos entre sus propios miembros.
Él mismo fue víctima de un intento de asesinato en la hacienda Nápoles, propiedad de Escobar, tras descubrir que Pablo estaba implicado en el secuestro y asesinato de varios socios.
La paranoia y la violencia interna llevaron al desmantelamiento progresivo del cartel.
Lehder fue capturado en 1987 y extraditado inmediatamente a Estados Unidos, donde fue condenado a cadena perpetua más 135 años en prisión.
Durante casi 34 años, Lehder vivió en aislamiento casi total en cárceles estadounidenses, enfrentando una condena que parecía eterna.
Sin embargo, aprovechó este tiempo para leer extensamente y mantener la lucidez.
En 2020, en plena pandemia, logró recuperar su libertad tras colaborar con la justicia en el juicio contra el dictador panameño Manuel Noriega, aportando testimonios clave.
Tras su liberación, fue deportado a Alemania, país del que también tiene ciudadanía, y donde enfrentó y superó un diagnóstico de cáncer gracias a tratamientos médicos.
Carlos Lehder se define ahora como un hombre rehabilitado y arrepentido, que reconoce sus errores y pide respeto para quienes, como él, han decidido cambiar de vida.
Ha escrito un libro donde narra su versión de los hechos, buscando dejar un testimonio que aporte claridad sobre una época oscura de Colombia.
A pesar de su pasado criminal, Lehder insiste en que no busca vivir oculto ni con miedo, sino en paz y tranquilidad. Su regreso a Colombia es un intento de reconciliación con su país y con su historia.
La historia de Carlos Lehder es un relato fascinante y complejo que muestra el funcionamiento interno del cartel de Medellín, sus alianzas, traiciones y la brutalidad que marcó una época en Colombia.
Su testimonio aporta una perspectiva única sobre Pablo Escobar y el narcotráfico, pero también invita a reflexionar sobre las consecuencias sociales y humanas de este fenómeno.
Lehder, el hombre que fue uno de los grandes capos y que vivió en la sombra por décadas, ahora busca dejar atrás su pasado para construir un futuro diferente, mostrando que incluso en las vidas más oscuras puede haber espacio para la redención.
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