María Socas fue una reconocida actriz argentina que dejó una huella profunda en el mundo del teatro y la televisión.
Con una carrera que abarcó más de 40 años, su vida estuvo llena de momentos de gloria, pero también de desafíos personales que la convirtieron en un ejemplo de fortaleza y entrega.
La historia de María no solo es la de una artista talentosa, sino también la de una mujer que enfrentó con valentía las adversidades, incluyendo una enfermedad que finalmente le arrebató la vida en diciembre de 2024.
Desde sus primeros pasos en la década de los 80, María Socas se destacó por su talento y carisma.
Participó en obras emblemáticas como *Brujas*, donde compartió escenario con otras grandes actrices argentinas.
La obra, que fue un éxito durante más de diez años, se convirtió en un símbolo de su carrera y en un reflejo de su espíritu luchador.
Para María, formar parte de esa producción significaba continuar una tradición y llevar adelante el espíritu de mujeres fuertes y valientes, que desafían las convenciones sociales y culturales.
Su relación con Jorge Marrale, uno de los actores más destacados de Argentina, fue una historia de amor que duró aproximadamente 12 años.
Iniciaron su relación a fines de los años 80, cuando ella tenía 30 años y él 42.
Aunque su matrimonio duró solo unos meses, ese vínculo dejó una marca indeleble en su vida.
En varias entrevistas, María desmintió los rumores que señalaban que la separación había sido causada por un romance de ella con Miguel Ángel Solá, quien en ese momento reemplazaba a Marrale en la obra *Erraren Human Est*.
La actriz explicó que la ruptura fue dolorosa, pero que aprendió mucho de esa etapa, valorando cada experiencia como un aprendizaje en su camino personal y profesional.

La vida de María Socas estuvo marcada por la pasión por su trabajo y por su familia.
Fue madre de dos hijos, Wanda y Saya, fruto de su relación con Rubert Brenner, un músico con quien mantuvo una relación desde 1999 hasta su separación en 2000.
La actriz siempre habló con cariño sobre su pareja, describiéndola como un remanso de paz y felicidad.
La maternidad fue uno de los aspectos más importantes de su vida, y a pesar de los altibajos, siempre priorizó el bienestar de sus hijos.
En su trayectoria artística, María participó en numerosos proyectos televisivos y teatrales, dejando una marca imborrable en el público.
Desde sus inicios en el teatro, donde formó parte de producciones como *Brujas* y *El secreto de la vida*, hasta su incursión en la televisión con más de 30 programas, su presencia fue siempre sinónimo de talento y dedicación.
La actriz también fue una mujer comprometida con su salud y con la lucha contra el cáncer, enfermedad que finalmente se llevó su vida en diciembre de 2024, a los 65 años.
Su último posteo en redes sociales, realizado el 18 de julio de ese mismo año, fue una muestra de su fortaleza y aceptación.
En una imagen acompañada de la frase “85 velas y 85 rosas”, María compartió un mensaje que reflejaba su profunda espiritualidad y su lucha contra la enfermedad.
En ese momento, había estado internada en el Instituto Fleming durante 10 días, enfrentando con valentía su batalla contra el cáncer.

La actriz dejó un legado de inspiración para quienes la conocieron y admiraron, demostrando que la verdadera fuerza reside en aceptar la realidad con dignidad y esperanza.
La despedida de María Socas fue un momento de gran tristeza para sus colegas, amigos y seguidores.
La actriz fue recordada como una mujer joven, con mucho para dar todavía, que supo dejar una huella profunda en la cultura argentina.
Su mirada profunda y su cabello renegrido, siempre peinado con raya al medio, se convirtieron en su sello distintivo.
La pérdida de María no solo representa la desaparición de una artista excepcional, sino también la partida de una mujer que luchó con dignidad hasta el último momento.
Su historia también nos invita a reflexionar sobre la importancia de nombrar las enfermedades con honestidad.
En sus discursos, María habló abiertamente sobre la necesidad de llamar a las cosas por su nombre, especialmente en el caso del cáncer.
Consideraba que desmitificar la enfermedad ayudaba a reducir el miedo y a promover una actitud de lucha y aceptación.
La actriz fue una defensora de la verdad y la transparencia, y su ejemplo sigue inspirando a muchas personas a enfrentar sus propios desafíos con coraje y sinceridad.

La vida de María Socas fue, sin duda, una historia de amor por la actuación, por su familia y por la vida misma.
Su paso por el escenario y la pantalla dejó una marca imborrable en el corazón del público argentino.
La actriz, que siempre se caracterizó por su sensibilidad y compromiso, nos enseñó que la verdadera belleza reside en la valentía de aceptar la realidad y seguir adelante, sin importar los obstáculos.
Hoy, recordamos a María Socas no solo por su talento artístico, sino también por su ejemplo de vida.
Su lucha contra el cáncer, su amor por sus hijos y su pasión por el teatro y la televisión la convierten en un símbolo de fortaleza y esperanza.
Que su legado perdure en cada acto de amor y valentía que nos dejó como enseñanza para afrontar nuestras propias batallas.