Alba Marina Escobar, hermana de Pablo Emilio Escobar Gaviria, figura emblemática y controvertida del narcotráfico colombiano, se sentó con Semana Televisión para ofrecer una mirada íntima y reveladora sobre la vida de su hermano, el cartel de Medellín y episodios históricos que han marcado a Colombia.
En esta entrevista, Alba Marina desmiente rumores, comparte recuerdos personales y aporta su versión sobre hechos claves como el regreso de Carlos Lehder, la toma del Palacio de Justicia y la relación con expresidentes y figuras políticas.
Uno de los temas recientes que ha generado revuelo es el regreso a Colombia de Carlos Lehder, exnarcotraficante que purgó más de 33 años en prisión en Estados Unidos.
Alba Marina expresa sentimientos encontrados: tristeza por los años que Lehder pasó en prisión, pero alegría por su retorno.
Sobre la posibilidad de que Pablo Escobar hubiera tenido un destino similar si se hubiera entregado a la justicia, ella asegura que su hermano siempre prefirió morir en Colombia antes que vivir en una cárcel estadounidense.
La relación entre Pablo y Lehder fue cercana en un momento, con Pablo protegiéndolo y considerándolo un amigo.
Alba Marina recuerda anécdotas como cuando Lehder sufrió paludismo y ella misma le llevó un médico.
Sin embargo, la amistad terminó abruptamente cuando Lehder asesinó a uno de los guardaespaldas de Pablo, hecho que marcó la ruptura definitiva entre ambos.
A pesar de afirmaciones de Lehder sobre que Pablo lo entregó a Estados Unidos, Alba Marina niega rotundamente esta versión, afirmando que Pablo odiaba a los “sapos” y nunca habría traicionado a nadie.
El asesinato del ministro Rodrigo Lara Bonilla es uno de los episodios más dolorosos para la familia Escobar.
Lehder ha afirmado que Pablo ordenó este asesinato, pero Alba Marina señala que no estuvo presente en ninguna conversación sobre ese tema y que muchas personas del cartel estaban involucradas en la lucha contra la extradición, no sólo Pablo.
Reconoce que fue un error enviar a matar a Lara Bonilla, ya que cambió la vida de todos ellos, pero no puede confirmar quién fue el responsable directo.
Alba Marina comparte recuerdos personales con su hermano, destacando que para ella lo más valioso fue que Pablo le enseñó a leer, nadar y montar bicicleta.
Conserva objetos personales de Pablo, como ropa, libros con dedicatorias y una agenda donde estaban anotados los nombres y direcciones de enemigos, la cual usaban sus guardaespaldas para llevar a cabo acciones contra ellos.
Sobre la Hacienda Nápoles, la famosa finca de Pablo Escobar, Alba Marina la describe como un lugar espectacular y organizado, abierto al público sin cobrar entrada, como un gesto de cariño hacia la gente.
Sin embargo, lamenta que tras la muerte de Pablo, la hacienda quedó destruida y que no volvió a visitarla.
Contrario a la imagen de un hombre que llevaba grandes cantidades de dinero consigo, Alba Marina explica que Pablo no manejaba dinero en efectivo personalmente; lo hacía su equipo.
Aunque encontró algo de dinero en algunas caletas, asegura que la mayoría de las propiedades estaban a nombre de testaferros, y no sabe con certeza qué sucedió con gran parte del dinero.
También desmiente acusaciones de robo de caletas que se le hicieron a ella, aclarando que cualquier dinero que encontró lo entregó a Victoria, la esposa de Pablo.
Actualmente, Alba Marina no mantiene relación con los hijos de Pablo Escobar, a quienes no considera sus sobrinos debido a las críticas que han hecho contra su hermano.
Expresa decepción por las declaraciones de Juan Pablo y Manuela, y asegura que ella siempre defendió la memoria de Pablo, incluso salvando vidas durante la guerra que enfrentaron.
Alba Marina habla con cautela sobre personajes como Alberto Santofimio y sobre la supuesta participación de Pablo en la toma del Palacio de Justicia.
Según su versión, Pablo financió la operación con la intención de quemar documentos que lo comprometían, pero no para causar muertes.
Esta versión contrasta con la negación de Lehder sobre la implicación de Pablo en este hecho.
También menciona a Fabio Ochoa, a quien Pablo consideraba un posible traidor, y a Popelle, un pistolero del cartel que, según Alba Marina, decía muchas mentiras para ganar dinero.
Alba Marina Escobar es enfática en su mensaje contra el narcotráfico y la violencia.
Aconseja a quienes estén involucrados en estas actividades a reconsiderar su camino, porque aunque puedan obtener dinero, el mal no paga y las consecuencias afectan no solo a ellos sino a sus familias y a la sociedad entera.
Ella misma vivió el dolor de las bombas y la guerra, y desea paz y una mente sana para Colombia.
A pesar de la controversia, Alba Marina mantiene un fuerte vínculo emocional con su hermano.
Defiende su memoria y rechaza las versiones que lo presentan como un monstruo absoluto.
Afirma que Pablo fue un hombre complejo, que también mostró cariño y generosidad hacia su familia y su comunidad.
Sobre las acusaciones de que Pablo murió asesinado, ella sostiene que fue un suicidio, basado en detalles que observó en el cuerpo y en conversaciones con él.
Reconoce que existen muchas versiones, pero invita a respetar su verdad.
Alba Marina comenta sobre el turismo relacionado con la historia de Pablo Escobar en Medellín.
Aunque valora que la gente venga a conocer la historia, lamenta que también haya turismo vinculado a la prostitución y al consumo de drogas, lo cual no aprueba.
Cree que es importante que el turismo sirva para entender que el narcotráfico no paga y que la violencia solo genera más violencia.
La entrevista con Alba Marina Escobar ofrece una mirada humana y compleja sobre uno de los personajes más polémicos de la historia reciente de Colombia.
A través de sus palabras, se desmitifican versiones oficiales, se revelan detalles íntimos y se invita a la reflexión sobre el costo real del narcotráfico y la violencia.
Su testimonio es un recordatorio de que detrás de la leyenda hay una familia marcada por el dolor, la lucha y el deseo de encontrar paz y justicia en medio del caos.
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