La Trágica Historia de María Elena Márquez: La Estrella de la Época de Oro que Falleció Sola pero Dejó una Herencia Inesperada

La vida de María Elena Márquez, una de las figuras más representativas de la época de oro del cine mexicano, estuvo marcada por un ascenso meteórico, una carrera internacional admirada, amores intensos, pérdidas devastadoras y un final tan inesperado como doloroso.

María Elena Marqués - EcuRed
Tras décadas brillando en la pantalla grande, la actriz terminó enfrentando en su vejez una tragedia derivada de un masaje mal aplicado que jamás debió haber recibido, un episodio que cambió para siempre el curso de sus últimos días y que abrió un capítulo de incertidumbre alrededor de su legado familiar.

Su historia, llena de luces y sombras, continúa despertando el interés del público que la vio crecer desde su adolescencia hasta convertirse en un ícono cinematográfico cuya memoria permanece viva.

 

María Elena era apenas una adolescente cuando su destino tomó un rumbo decisivo.

Caminaba de regreso a casa con sus libros escolares cuando su vecino, el reconocido director Fernando de Fuentes, quedó impresionado por su naturalidad y presencia.

Convencido de que la joven poseía un talento innato, habló con sus padres para que realizara una prueba cinematográfica.

A pesar de no contar con estudios formales de actuación, superó la audición y obtuvo su primera oportunidad en la industria fílmica.

Ese paso inicial la llevaría rápidamente a su debut en 1942 en la película Dos corazones y un tango, compartiendo escena con el cantante argentino Andrés Falgas.

Lo que pudo haber sido apenas una aparición efímera se convirtió en el comienzo de una carrera destinada a marcar un antes y un después dentro del cine mexicano.

 

A los 16 años, su confirmación como una estrella en ascenso llegó con fuerza.

María Elena Marqués - Wikipedia
En 1943 interpretó a Maricela en Doña Bárbara, donde dio vida a la hija del personaje interpretado por María Félix, bajo la dirección nuevamente de Fernando de Fuentes.

Ese mismo año protagonizó Romeo y Julieta junto al inolvidable Cantinflas, y participó en Así se quiere en Jalisco con Jorge Negrete.

En apenas dos años, aquella joven sin experiencia había pasado de ser descubierta en una calle a convertirse en una de las actrices más solicitadas del país.

Su carisma, naturalidad y disciplina la colocaron rápidamente entre los rostros más destacados de la época dorada del cine.

 

Su salto internacional llegó de la mano de una de sus interpretaciones más memorables: La Perla, dirigida por Emilio “Indio” Fernández y protagonizada junto a Pedro Armendáriz.

El papel no solo le valió el reconocimiento del público, sino que también la llevó a ganar el premio a Mejor Actriz en la Bienal de Venecia, convirtiéndose en la primera mexicana en obtener dicho galardón.

La película recibió además un Globo de Oro, consolidando su reputación a nivel mundial.

Ese éxito la proyectó hacia Hollywood, donde participó en Across the Wide Missouri en 1951 con Clark Gable, y posteriormente en Ambush at Tomahawk Gap en 1953, mostrando una versatilidad que pocas actrices de su generación lograron.

María Elena Marqués falleció hace 9 años – Hasta que el Cuerpo Aguante

Su vida sentimental estuvo marcada por momentos intensos y también por profundas tragedias.

En 1945 se casó con el actor Joaquín Cordero, aunque la relación terminó apenas tres años después sin hijos.

Pero sería su segundo matrimonio, con el actor y exaviador Miguel Torruco, el que definiría una etapa importante en su vida.

Torruco, a quien ella misma impulsó a ingresar al cine, se convirtió en su compañero tanto en lo personal como en lo profesional, y juntos tuvieron dos hijos.

En 1955 protagonizaron Historia de un abrigo de mink, la única película en la que compartieron créditos estelares.

Sin embargo, la felicidad duró poco: en 1956 Torruco falleció a los 38 años tras caer de un caballo durante una filmación, un accidente que derivó en un infarto fatal.

María Elena quedó viuda a los 29 años con dos niños pequeños, una responsabilidad que la obligó a mantenerse activa en su carrera para sostener a su familia.

 

Con el paso de las décadas, su talento se expandió a otros ámbitos.

Participó en más de 30 programas de radio y alrededor de 15 radionovelas, además de grabar canciones rancheras como “Échame a mí la culpa” y “La cigarra”.

La televisión también la recibió con los brazos abiertos, permitiéndole destacar en telenovelas como Claudia, La Mesera y más tarde El carruaje.

Su presencia en el teatro fue igualmente notable, formando parte de montajes de gran prestigio y giras nacionales que consolidaron su figura como una actriz multifacética.

Maria Elena Marques - Infobae

A finales de los años 70 tomó una decisión firme: retirarse del cine porque no quería formar parte de la creciente moda de películas con violencia y erotismo, que consideraba indignas.

Su última cinta fue El Testamento en 1981, cerrando una filmografía de más de 50 películas.

Aunque dejó la pantalla grande, no abandonó el mundo artístico.

Participó activamente en la política interna del gremio actoral y llegó a presidir la sección de jubilaciones y pensiones.

Durante los años 2000 recibió homenajes que reconocían su trayectoria y su aporte invaluable a la cultura cinematográfica mexicana.

 

Lamentablemente, el final de su vida estuvo marcado por un episodio que resultó trágico e inesperado.

En sus últimos meses acudió a un establecimiento donde se ofrecían masajes aplicados por personas sin preparación profesional.

The Tragic Death of María Elena Marqués and Her Husband, a Love in Heaven -  YouTube
Durante una sesión recibió una manipulación excesiva en la espalda que, según especialistas, puede alterar el ritmo cardíaco en adultos mayores con fragilidad arterial o condiciones silenciosas.

Aquella intervención mal realizada aceleró un deterioro cardiovascular que ya estaba presente y desencadenó complicaciones graves.

El 11 de noviembre de 2008, María Elena Márquez falleció en la Ciudad de México a los 81 años, víctima de un paro cardíaco agravado por ese masaje.

 

Murió acompañada por sus hijos, quienes cumplieron su deseo de descansar junto a Miguel Torruco.

Aunque su vida estuvo marcada por grandes pérdidas y un final injusto, dejó como legado no solo una carrera impecable, sino también la estabilidad económica que heredó a su familia, en especial a su nieta, quien quedó en una posición sólida gracias a los bienes acumulados por la actriz.

Su memoria permanece intacta en la historia del cine mexicano, donde su nombre sigue brillando con la misma fuerza con la que lo hizo en sus años dorados.

 

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