Armando Arcos fue una figura emblemática de la música tropical mexicana, cuya voz y ritmo alegre hicieron bailar a generaciones enteras.

Fundador y vocalista del legendario grupo Los Joao, Armando dejó un legado imborrable con éxitos como “¿Dónde vas chiquilla?”, “Disco Samba” y “Vamos a la playa”.
Sin embargo, detrás del brillo y la fama, su vida estuvo marcada por luchas personales y un trágico desenlace que conmovió al mundo de la música.
Nacido en Shalapa, Veracruz, una ciudad con profundas raíces musicales, Armando creció rodeado de sonidos que marcaron su vida.
Inspirado por su hermano mayor Monchi, quien a los 15 años ya lideraba una banda local, Armando se sumergió en la música desde muy joven.
En 1962, junto a su hermano y un amigo, formó Los Jetters Chagó, grupo que luego sería rebautizado como Los Monkeys, en un intento de captar la atención en la escena musical de Ciudad de México.
Aunque la vida en la capital fue dura, Armando nunca perdió la fe.
Después de un tiempo, regresó a Shalapa para continuar sus estudios de arquitectura y para estar junto a María Eugenia Alvarado, su gran amor, con quien se casó y formó una familia.
Mientras Armando estudiaba arquitectura, la música seguía llamándolo.
En 1967, junto a compañeros de la facultad, formó Los Joao, un grupo que fusionaba ritmos tropicales con el pop latino y la bossa nova brasileña.
Su estilo único pronto conquistó a Veracruz y luego a todo México.

En 1974, con el lanzamiento del álbum *Chiquilla*, Los Joao alcanzaron el estrellato internacional.
Canciones como “María Isabel”, “La muerta viva” y “Pedro Navaja” se convirtieron en clásicos, llevando alegría y ritmo a las pistas de baile en América Latina y Europa.
Además, el grupo incursionó en el cine, participando en películas icónicas que reflejaban el espíritu popular mexicano.
Armando no solo fue músico, sino también un hombre comprometido con su comunidad.
A finales de los años 70, fundó la revista *Escúchame*, dedicada a promover a artistas emergentes sin apoyo discográfico.
Su labor como mentor influyó en toda una generación de músicos.
Posteriormente, incursionó en la política como funcionario público en Veracruz, buscando contribuir desde otra trinchera.
Para Armando, la música y el servicio social eran dos caras de la misma moneda: ayudar a la gente a sentirse vista y escuchada.

En 2020, Armando fue diagnosticado con cáncer.
Aunque inicialmente logró una remisión tras una cirugía, la enfermedad regresó con fuerza.
Durante la pandemia de COVID-19, Armando abrió un canal de YouTube donde compartía recuerdos, anécdotas y entrevistas, manteniendo viva la conexión con sus seguidores.
En 2021, lanzó la canción *Pasado 60*, un himno a la resiliencia y a la belleza de envejecer con alegría y pasión.
A pesar del deterioro físico, su espíritu optimista nunca flaqueó.
El 18 de septiembre de 2022, Armando Arcos falleció en León, Guanajuato, tras una larga y valiente lucha contra el cáncer.
Su muerte fue confirmada por amigos y familiares, quienes destacaron su bondad, humildad y su incansable amor por la música.
Los homenajes no se hicieron esperar.
Figuras del mundo artístico y musical mexicano expresaron su dolor y gratitud por el legado de Armando.
Su funeral se celebró en León, y sus cenizas fueron trasladadas a su querido Shalapa, Veracruz, donde fue despedido con amor y respeto.

Armando Arcos Suárez fue mucho más que un músico; fue un símbolo de alegría, perseverancia y compromiso.
Su música sigue sonando en las radios, en las fiestas y en el corazón de quienes crecieron bailando al ritmo de Los Joao.
Su vida, llena de éxitos y desafíos, es un testimonio de cómo el arte puede trascender el tiempo y las adversidades.
Aunque su cuerpo ya no esté, su voz y su ritmo continúan haciendo bailar al mundo, recordándonos que la música es, y siempre será, la celebración de la vida.