A casi tres meses del trágico colapso de la discoteca donde Ruby Pérez perdió la vida, un hallazgo inesperado ha sacudido no solo a la familia sino también a toda la opinión pública.

La policía encontró un segundo celular perteneciente a Ruby, un dispositivo completamente desconocido para la familia y las autoridades, que contenía grabaciones, audios y documentos que confirman las inquietantes confesiones que su hija Zulinka había hecho sobre el oscuro lado de su padre.

Este hallazgo ha abierto un nuevo capítulo en una historia que parecía cerrada, revelando secretos perturbadores y una verdad que nadie se atrevía a enfrentar.

 

Durante un operativo especial para revisar los escombros de la discoteca colapsada, un rescatista encontró una mochila aplastada entre bloques de concreto y fierros oxidados.

En su interior había un celular golpeado y chamuscado, sin carcasa pero milagrosamente encendido.

Este dispositivo fue entregado al Departamento de Criminalística Digital para su análisis.

Lo que encontraron dentro superó toda expectativa: no era el celular que se había entregado tras la muerte de Ruby, sino un segundo teléfono oculto, con archivos secretos que mostraban una realidad escalofriante.

 

Al acceder a la galería oculta del celular, los peritos encontraron grabaciones en voz baja, notas de audio con frases ambiguas y perturbadoras, y videos grabados en la habitación privada de Ruby.

En algunos de estos videos se veía a Zulinka siendo observada mientras dormía, y en otros Ruby hablaba solo, con una copa en la mano, divagando sobre el amor incondicional y el derecho de un padre a amar “como quiera”.

 

Uno de los audios más impactantes contenía la voz de Ruby diciendo: “Tú siempre fuiste mía, Zulinka. Mía desde el primer momento y nadie lo va a entender.”

La fiscal general ordenó detener la revisión y reforzar la seguridad para proteger a Zulinka, quien confirmó que esas palabras eran reales y que su denuncia nunca había sido escuchada como debía.

 

Entre los archivos protegidos por contraseña, que se lograron abrir tras probar fechas significativas, apareció un video en el que Ruby hablaba directamente a la cámara, confesando sin arrepentimiento que la relación con su hija era algo más que un vínculo de sangre.

“Si esto alguna vez sale, solo quiero que entiendan que yo nunca lo vi como algo sucio.

Zulinka siempre supo que entre nosotros había algo más,” decía Ruby en el video, dejando claro un patrón de abuso emocional disfrazado de amor enfermizo.

 

Además, se encontró una carta escrita a mano donde Ruby afirmaba: “Este es mi legado. Que me juzguen si quieren, pero la verdad es esta. Y si muero, que se sepa.Zulinka era lo único puro que tuve.”

 

Estas palabras estremecieron a quienes las leyeron, pues revelaban la complejidad y oscuridad de una relación marcada por la manipulación y el control.

 

El impacto del hallazgo fue inmediato.

Las redes sociales se inundaron de teorías, reacciones y apoyo a Zulinka, quien se convirtió en la voz de muchas personas que han sufrido abusos emocionales similares.

Su hermano Julio Alberto rompió el silencio y expresó: “Mi hermana fue valiente. Yo no lo vi, pero ahora lo entiendo todo.”

 

Los expertos confirmaron la autenticidad de los archivos y el contenido, descartando cualquier tipo de edición o montaje.

El material es ahora una pieza clave para entender no solo la muerte de Ruby, sino también el patrón de abuso que vivió Zulinka durante años.

 

Los psicólogos forenses que analizaron los audios y videos coincidieron en que el comportamiento de Ruby reflejaba un abuso emocional profundo, con manipulación, culpa y justificaciones disfrazadas de cariño.

En una nota de voz, Ruby susurraba: “Si me descubren me hundo, pero ella también, por eso no va a hablar.

” Esta frase revela el miedo y la conciencia plena de sus actos, así como la intención de silenciar a Zulinka.

 

Este caso ha abierto un debate nacional sobre la importancia de reconocer y denunciar el abuso emocional, un tipo de maltrato que muchas veces pasa desapercibido porque se camufla detrás del amor y la protección.

 

Debido a la gravedad de las pruebas, las autoridades ordenaron una revisión exhaustiva de todas las pertenencias y dispositivos electrónicos de Ruby Pérez, buscando otros posibles celulares o archivos ocultos.

Zulinka recibió protección inmediata por parte de un equipo de psicólogos y especialistas en víctimas de abuso, quienes la acompañan en este proceso.

 

Zulinka decidió no ocultarse más y habló con claridad sobre su experiencia, afirmando que su intención no es la venganza, sino que se conozca la verdad para que ninguna otra persona tenga que vivir con miedo en una relación familiar.

 

Uno de los videos más perturbadores encontrados en el celular muestra a Ruby hablando a la cámara, con una mezcla de confesión y orgullo enfermizo.

En él dice: “Me pueden odiar, pueden juzgarme, pero si alguno sintiera lo que yo sentí, entendería.

Zulinka fue el amor más sincero que tuve y sí, me equivoqué, pero ya es tarde.

” Este mensaje ha sido analizado como una manifestación clara de un trastorno emocional consciente.

 

Mientras el país intenta digerir esta nueva realidad, Zulinka continúa recopilando testimonios y trabajando con documentalistas para contar su historia, que ya no es solo una confesión, sino un testimonio que está sacudiendo a toda una nación.

El caso de Ruby Pérez y el hallazgo del segundo celular no solo revela la verdad oculta detrás de una tragedia, sino que también pone en evidencia la complejidad y el impacto del abuso emocional en las relaciones familiares.

Zulinka, con valentía y determinación, ha roto el silencio y ha dado voz a quienes han sufrido en silencio.

 

Este caso invita a la sociedad a reflexionar sobre la importancia de escuchar, creer y proteger a las víctimas de cualquier tipo de abuso, y a reconocer que el amor puede esconder formas muy oscuras de control y manipulación.

La verdad ha salido a la luz, y con ella, la esperanza de justicia y reparación para quienes han vivido historias similares.

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