El asesinato de Paco Stanley, uno de los presentadores más icónicos de la televisión mexicana en los años 80 y 90, sigue siendo uno de los crímenes más controversiales y enigmáticos en la historia del espectáculo nacional.
A casi tres décadas de aquel trágico suceso ocurrido el 27 de octubre de 1994, las teorías y especulaciones no cesan, y un nombre sigue siendo el centro de atención: Mario Bezares, su compañero y amigo más cercano en la pantalla.
Aunque fue absuelto tras pasar casi dos años en prisión, las múltiples contradicciones en sus declaraciones mantienen viva la sospecha sobre su posible implicación.
Mario Bezares comenzó su carrera en la televisión más enfocado en la producción y dirección, pero fue gracias a Paco Stanley que logró despuntar como presentador.
Juntos formaron una dupla exitosa en programas como “Pacatelas”, donde su química y carisma conquistaron al público mexicano.
Mientras Stanley ya era una estrella consolidada, Mario iba ganando terreno frente a las cámaras, y su relación laboral se fortaleció en esos años dorados del espectáculo.
Sin embargo, esa cercanía también estuvo marcada por excesos.
En una entrevista concedida en 2021, Mario confesó que ambos compartían una rutina diaria de consumo excesivo de alcohol durante seis años, con largas jornadas de bebida que terminaban en la madrugada.
Esta confesión contrasta con otra entrevista en 2023, donde negó la cercanía que antes había admitido y minimizó su relación con Paco, afirmando que cada uno trabajaba en oficinas separadas y que no eran amigos íntimos.
Estas discrepancias son solo el inicio de una serie de contradicciones que han generado dudas sobre su versión de los hechos.
Uno de los episodios más polémicos relacionados con Mario Bezares fue cuando, durante un programa en vivo, se le cayó una pequeña bolsa que algunos interpretaron como droga.
Bezares ha negado esta acusación, explicando que la bolsa contenía cerillos envueltos en un pañuelo con el número telefónico de una mujer que pretendía a Paco Stanley, y que él guardó el contacto para molestar a su amigo.
Sin embargo, el tiempo en que ocurrieron estos hechos varía según sus relatos: en una entrevista dijo que habían pasado meses entre la presentación y el momento en que se cayó la bolsa, mientras que en un documental afirmó que solo habían pasado quince días.
Este tipo de inconsistencias alimentan la desconfianza hacia su testimonio.
Además, cuando se le preguntó sobre el consumo de drogas, Mario negó inicialmente que formaran parte de su vida, aunque luego admitió que en ocasiones muy puntuales y cuando estaban “muy madreados” sí consumían.
La ambigüedad y cambios en sus declaraciones han generado más preguntas que respuestas, dificultando la reconstrucción clara de los hechos previos al asesinato de Stanley.
Tras la muerte de Paco Stanley, Mario Bezares se acercó al hijo menor del presentador, Paul Stanley, ofreciéndole su apoyo y una tarjeta con su número telefónico para cualquier necesidad.
Sin embargo, Paul denunció que el número era falso y que nunca pudo contactarlo, lo que generó una profunda decepción y sospechas sobre las verdaderas intenciones de Mario.
Este episodio aumentó la tensión entre la familia de Stanley y Bezares, y contribuyó a la imagen negativa que persiste en torno a él.
El caso de Paco Stanley ha sido catalogado como “el crimen perfecto” por la falta de pruebas concluyentes y la impunidad que ha rodeado el proceso.
Entre las teorías más discutidas está la supuesta relación de Stanley con figuras del narcotráfico, como Amado Carrillo “El Señor de los Cielos”, un famoso capo de los años 90.
Mario Bezares reconoció haber sabido de estas conexiones, aunque nunca aclaró si tuvo algún involucramiento directo.
La relación de Stanley con el mundo del narcotráfico añade una capa más de complejidad al caso, y ha sido motivo de especulación sobre si su asesinato fue resultado de conflictos en ese entorno.
Sin embargo, ninguna de estas hipótesis ha sido probada oficialmente, y el caso sigue abierto en la memoria colectiva.
Mario Bezares fue detenido y encarcelado durante más de un año y medio por su presunta participación en el asesinato de Paco Stanley.
A pesar de su liberación por insuficiencia de pruebas, la opinión pública y los medios han mantenido una postura crítica hacia él, influenciada por sus contradicciones y comportamientos polémicos.
El propio Mario ha reconocido que sus múltiples versiones y errores en las declaraciones complicaron su defensa y alimentaron la percepción de culpabilidad.
Ha justificado estas inconsistencias alegando el impacto emocional y el shock que vivió tras el crimen, pero para muchos esto no basta para limpiar su imagen.
Recientemente, se está produciendo una serie sobre Paco Stanley que promete revivir el caso y traer a la luz detalles que hasta ahora permanecían ocultos o poco explorados.
Mientras la familia Stanley no ha detenido este proyecto, Mario Bezares ha manifestado su intención de tomar acciones legales para evitar que el tema vuelva a ser tendencia y afecte su vida personal y profesional.
Esta nueva producción ha generado expectativa y temor, pues podría aportar nuevas revelaciones o, por el contrario, complicar aún más la narrativa alrededor de la muerte de Stanley y la figura de Bezares.
El caso de Mario Bezares y Paco Stanley es un ejemplo claro de cómo la fama, el poder y las contradicciones pueden entrelazarse en un misterio difícil de resolver.
Las múltiples versiones, las declaraciones cambiantes y las sospechas no confirmadas mantienen vivo el debate sobre la verdadera responsabilidad de Bezares.
Si bien la justicia lo absolvió formalmente, la sombra de la duda lo acompaña hasta hoy, y su historia es una mezcla de talento, tragedia y controversia que sigue fascinando y perturbando a México.
El crimen de Paco Stanley permanece como un enigma, y Mario Bezares, con sus contradicciones, sigue siendo una pieza clave en ese rompecabezas sin resolver.
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