Laura Branigan es recordada como una de las cantantes más talentosas y carismáticas de los años 80, una época dorada para la música pop.
Su potente voz y su presencia escénica la convirtieron en una figura icónica, no solo en Estados Unidos, sino también en el ámbito internacional.
A lo largo de su carrera, Branigan no solo se destacó por su belleza, sino también por su habilidad para conectar con el público a través de sus emotivas interpretaciones.
A continuación, exploraremos la vida y carrera de esta extraordinaria artista.
Nacida el 3 de julio de 1952 en Nueva York, Laura Branigan creció en un entorno familiar de ascendencia irlandesa e italiana.
Desde joven mostró un interés por la actuación y la música.
Sin embargo, su familia no contaba con los recursos económicos suficientes para apoyarla en su sueño.
Para financiar sus clases de actuación en la Academia de Artes Dramáticas de Nueva York, trabajó como camarera, demostrando desde entonces su determinación y pasión por el arte.
Branigan comenzó su carrera musical como corista del cantautor canadiense Leonard Cohen y también formó parte de una banda llamada Ávido.
Sin embargo, su gran oportunidad llegó en 1979 cuando firmó su primer contrato con Atlantic Records.
A pesar de las dificultades iniciales para lanzar su primer álbum, su perseverancia pronto daría frutos.
En marzo de 1982, Laura Branigan lanzó su álbum debut titulado “Branigan”, que la catapultó al estrellato internacional.
El sencillo “Gloria”, escrito e interpretado originalmente por el italiano Umberto Tozzi, se convirtió en un fenómeno mundial.
La versión en inglés de Branigan alcanzó un éxito masivo, convirtiéndose en una de las canciones más emblemáticas de la década.
Su interpretación poderosa y su estilo único hicieron que “Gloria” se consolidara como un clásico atemporal.
La combinación de su belleza y su talento vocal le valió una nominación al Grammy, marcando el inicio de una exitosa carrera que la llevaría a convertirse en una de las voces más reconocidas de su tiempo.
En marzo de 1983, Branigan lanzó su segundo álbum, “Self Control”, que consolidó su estatus como estrella.
Este trabajo incluyó éxitos como “How Am I Supposed to Live Without You”, una canción escrita por Michael Bolton que se convertiría en un hito en su carrera.
La canción logró un gran reconocimiento y más tarde sería interpretada también por Bolton, pero fue Branigan quien le dio vida inicialmente.
Otro tema destacado de este álbum fue “Solitaire”, una versión de una canción francesa que alcanzó el puesto número 7 en la lista Billboard.
La capacidad de Laura para interpretar y adaptar canciones de diferentes géneros y orígenes le permitió expandir su audiencia y mantener su relevancia en la industria musical.
En abril de 1984, Laura lanzó su tercer álbum, también titulado “Self Control”.
Este álbum continuó la tendencia de incluir versiones de canciones europeas, y su interpretación de “Self Control”, escrita por Raf, se convirtió en otro gran éxito.
La conexión con el público se fortaleció a medida que sus canciones resonaban en las listas de popularidad tanto en Estados Unidos como en Europa.
En este álbum, también incluyó “Ti amo”, otra colaboración con Umberto Tozzi, lo que reafirmó su relación con el cantante italiano y su influencia en su música.
Durante esta época, Laura Branigan se convirtió en una figura popular en la televisión, apareciendo en series como “CHiPs” y “El auto fantástico”, lo que aumentó aún más su visibilidad.
En julio de 1985, lanzó su cuarto álbum, “Hold Me”, que incluyó el exitoso sencillo “Spanish Eddie”.
Este tema se convirtió en uno de sus mayores éxitos y consolidó su popularidad en América Latina.
En 1986, Laura se presentó con gran éxito en el prestigioso Festival de Viña del Mar en Chile, donde fue aclamada por el público, aumentando su popularidad en toda la región.
En 1987, Branigan continuó su éxito con su versión de “Power of Love”, originalmente interpretada por Jennifer Rush.
Además, tuvo la oportunidad de cantar en español, realizando un dueto con el famoso cantante mexicano Luis Miguel titulado “Sin Hablar”, que apareció en el álbum “Soy como quiero ser”.
Este cruce cultural no solo diversificó su carrera, sino que también la acercó a nuevos públicos.
A pesar de su éxito, la vida personal de Laura Branigan estuvo marcada por desafíos.
A principios de los años 90, decidió alejarse del ambiente musical para cuidar a su esposo Lawrence, quien fue diagnosticado con cáncer de colon.
Lamentablemente, él falleció en 1996, un golpe devastador para la cantante.
Durante la década de 2000, Laura continuó haciendo giras y grabando ocasionalmente.
También tuvo la oportunidad de personificar a Janis Joplin en un musical de Broadway llamado “Love, Janis”, recibiendo excelentes críticas por su interpretación.
Sin embargo, su vida se vio truncada de manera repentina.
En agosto de 2004, Laura comenzó a experimentar fuertes dolores de cabeza y mareos.
A pesar de la gravedad de sus síntomas, no buscó atención médica, creyendo que se trataría de un mal pasajero.
Trágicamente, el 26 de agosto de 2004, Laura Branigan falleció mientras dormía debido a un aneurisma cerebral, una condición que también había afectado a su padre y su abuelo. Tenía solo 52 años.
Su cuerpo fue incinerado y sus cenizas se esparcieron sobre Long Island, Nueva York, un lugar que siempre había significado mucho para ella.
La noticia de su muerte conmovió a sus fans y a la industria musical, que perdió a una de sus voces más queridas.
Laura Branigan dejó un legado imborrable en la música mundial.
Sus canciones continúan resonando en la memoria colectiva, y su influencia se siente en artistas contemporáneos que la citan como inspiración.
Su capacidad para conectar emocionalmente con su audiencia y su talento innegable la convierten en una figura atemporal en la historia de la música.
Hoy, recordamos a Laura Branigan no solo como una diva de los años 80, sino como una artista que rompió barreras y dejó una huella profunda en el corazón de sus fans.
Su música sigue viva, y su legado perdurará por generaciones, recordándonos la belleza y el poder de la música en nuestras vidas.
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