Le quitaron a su hija Lilia Prado por el vicio del alcoholismo

En los archivos amarillentos del cine mexicano, se esconden historias que pocas veces se cuentan, relatos que revelan las sombras detrás del brillo de la Época de Oro del cine nacional.

Una de esas historias es la de Lilia Prado, una de las actrices más deslumbrantes y talentosas de México, cuya vida estuvo marcada por el drama familiar y el alcoholismo.

Esta es la historia de cómo le arrebataron a su hija y cómo el vicio destruyó la vida de su madre.

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La historia comienza en 1928 con Matilde Palao, una mujer de origen chileno que llegó a México en los años 20 con el sueño de conquistar la pantalla grande.

Matilde era una mujer de belleza imponente, porte aristocrático y un acento extranjero que la hacía única en un medio dominado por mexicanas de rasgos indígenas.

Sin embargo, detrás de esa fachada sofisticada, Matilde luchaba contra un demonio que la perseguiría toda su vida: el alcoholismo.

 

A pesar de su talento, Matilde tenía fama de ser impredecible en el trabajo cuando bebía, pasando de la dulzura al descontrol.

En las fiestas del naciente cine mexicano, era conocida por ser la última en irse, con la copa en mano, cantando y riendo con estridencia.

Su belleza y personalidad la hacían irresistible para los hombres, pero su vida personal era turbulenta.

 

En 1926, Matilde conoció a Gregorio, un hombre adinerado y riguroso de Michoacán, mucho mayor que ella y con una posición social muy respetada.

La relación fue intensa y secreta, y de ese amor prohibido nació una niña el 30 de marzo de 1928 en la Ciudad de México, a quien llamaron Lilia.

 

El nacimiento de Lilia fue mantenido en secreto, ya que Gregorio no podía permitirse el escándalo de tener una hija con una actriz extranjera conocida por su indisciplina.

Ante la noticia del embarazo, Gregorio reaccionó con frialdad y se distanció de Matilde.

LILIA PRADO INTERPRETO A RAQUEL QUINTANA EN LA TELENOVELA DE 1988, "DULCE  DESAFÍO" SIENDO ESTA UNA DE SUS ULTIMAS APARICIONES ARTISTICAS. EN LA  FOTOGRAFÍA JUNTO A ADELA NORIEGA.

La maternidad no trajo paz a Matilde, sino un tormento aún mayor. La actriz, ya afectada por el alcoholismo, comenzó a beber con más frecuencia y de manera descontrolada.

Su carrera se vino abajo; llegaba ebria a los ensayos, lloraba en escena y sus amigos comenzaron a alejarse.

 

Aprovechando la situación, Gregorio viajó a la Ciudad de México con un notario y varios hombres armados para arrebatarle a la niña a Matilde, argumentando que Lilia estaría mejor lejos del ambiente escandaloso y del alcoholismo de su madre.

Matilde, en un estado emocional y físico deplorable, firmó documentos que no comprendió y perdió a su hija en cuestión de horas.

 

Lilia creció en la hacienda de Gregorio, rodeada de lujos, educada por institutrices y en colegios religiosos.

Nunca supo de su madre biológica y creyó que esta había muerto. Gregorio nunca mencionó a Matilde y en los registros oficiales, Lilia aparecía como su hija legítima.

 

Sin embargo, dentro de Lilia había un vacío inexplicable. Desde niña tenía pesadillas recurrentes con una mujer de cabellos oscuros que la abrazaba llorando y la llamaba por su nombre.

A los 17 años, impulsada por un deseo de independencia y búsqueda de su identidad, Lilia huyó a la Ciudad de México para convertirse en actriz.

Lilia Prado en una escena de la película "¿Cuánto Vale Tu Hijo? de 1962🎥💞  - - - #liliaprado #mexico #mexicana #cine #cinema #cinemexicano #cinedeoro  #marilynmonroemexicana #cinedeoromexicano #epocadorada  #epocadeorodelcinemexicano #diva #divamexicana ...

Con su belleza deslumbrante y carisma natural, Lilia pronto llamó la atención de productores y fotógrafos.

Su debut fue un escándalo de sensualidad y frescura, consolidándose como una estrella que marcó una época en el cine nacional.

Bajo el nombre artístico de Lilia Prado, brilló en la Época de Oro del cine mexicano, dejando un legado imborrable.

 

A pesar del éxito, la sombra de su origen y la ausencia de su madre siempre la acompañaron.

La historia de su vida refleja la compleja relación entre fama, familia y las luchas personales que muchas veces quedan ocultas tras las luces del espectáculo.

 

La historia de Matilde y Lilia es un claro ejemplo de cómo el alcoholismo puede destruir vidas y separar familias.

Matilde, atrapada en su adicción, perdió no solo su carrera sino también a su hija, a quien amaba profundamente.

La sociedad y el poder de la época contribuyeron a silenciar esta tragedia, prefiriendo ocultar los escándalos para proteger reputaciones.

 

Este relato nos invita a reflexionar sobre la importancia de la empatía, el apoyo a las personas con adicciones y la necesidad de proteger a los niños y familias afectadas por estas situaciones.

Cinegrafías: Lilia Prado : Cinescopia

La vida de Lilia Prado, marcada por la pérdida y el reencuentro con su identidad, es una historia que merece ser recordada.

Más allá de su éxito en el cine, su historia personal revela las heridas profundas que a menudo se esconden detrás del glamour.

La tragedia de Matilde Palao y la separación de una madre y su hija por el alcoholismo y el poder es un capítulo oscuro de la historia del cine mexicano que no debe olvidarse.

 

Lilia Prado no solo fue una estrella en la pantalla, sino también un símbolo de resiliencia y búsqueda de verdad en medio de la adversidad.

Su legado artístico y humano sigue vivo, recordándonos que detrás de cada figura pública hay una historia que merece ser contada con respeto y comprensión.

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