Camilo Sesto es una de las figuras más icónicas e influyentes de la música española y latina.
Su voz inconfundible, su talento para componer y su carisma lo convirtieron en un fenómeno mundial durante las décadas de los 70 y 80.
Sin embargo, detrás del éxito y la fama, se esconde una historia familiar llena de conflictos, controversias y tragedias que hoy conmueven a España, especialmente en torno a la vida de su único hijo, Camilo Blanes Ornela, conocido ahora como Sheila Devil.
Camilo Blanes Cortés nació en Alcoy, una pequeña localidad en la provincia de Alicante, España.
Desde joven mostró un gran interés por la música y el arte.
Participó en coros escolares y grupos de rock durante los años 60, donde comenzó a forjar su estilo único que fusionaba baladas románticas con rock y pop.
Su primer álbum, *Algo de mí* (1971), fue un éxito rotundo, catapultándolo a la fama en España y América Latina.
Durante la década de los 70, Camilo Sesto consolidó su carrera con álbumes como *Solo un hombre*, *Algo más* y *Camilo*, llenos de canciones que se convirtieron en clásicos, tales como “Perdóname”, “Melina” y “Amor libre”.
Su voz potente y versátil, junto a su capacidad para transmitir emociones profundas, lo convirtieron en uno de los artistas más queridos y respetados.
Además, Camilo Sesto fue pionero en llevar al público español la ópera rock *Jesucristo Superstar*, que produjo y protagonizó en España con gran éxito.
Esta producción marcó un antes y un después en la música y el teatro español, mostrando la versatilidad artística de Camilo y su capacidad para innovar.
Aunque su carrera fue brillante, la vida personal de Camilo estuvo llena de altibajos.
Durante sus primeros años, mantuvo relaciones sentimentales complejas y a menudo problemáticas.
Algunas de sus parejas, como Laura Casales y Roseta, lo mantuvieron económicamente en momentos difíciles, pero también se volvieron tóxicas, llegando incluso a encerrarlo contra su voluntad.
Su relación más duradera fue con Andrea Bronston, corista y hija de un cineasta español, con quien mantuvo un romance abierto durante diez años.
Sin embargo, este vínculo terminó cuando Camilo conoció a Lourdes Ornelas, una fan mexicana que trabajaba como secretaria de la actriz Lucía Méndez.
Lourdes quedó embarazada y, tras un aborto provocado, finalmente dio a luz a su hijo en 1983.
La relación con Lourdes fue conflictiva.
Camilo se desentendió inicialmente del embarazo y del niño, pero luego reconoció al hijo y lo llevó a vivir con él en España.
Esto generó tensiones familiares, pues Lourdes no pudo acompañar al niño y enfrentó dificultades económicas y emocionales, mientras Camilo asumía la custodia exclusiva del niño.
Camilo Blanes Ornela, conocido cariñosamente como Camilín en su infancia, ha vivido una vida marcada por la controversia y el sufrimiento.
En los últimos años, tomó la decisión de cambiar su nombre a Sheila Devil y se declaró mujer, un cambio que refleja una búsqueda personal de identidad y una ruptura con el legado paterno.
Sheila Devil ha sido protagonista de numerosos escándalos en España.
Su apariencia deteriorada, con dientes dañados y signos visibles de consumo de drogas, ha sido motivo de preocupación pública.
Se le ha visto en fiestas constantes, rodeada de un ambiente caótico y amistades cuestionables.
Además, enfrenta problemas legales por posesión de drogas, lo que podría acarrearle varios años de prisión.
La relación entre Sheila y su madre es prácticamente inexistente.
Lourdes ha intentado limitar el acceso de Sheila a la herencia de Camilo Sesto, valorada en unos diez millones de euros, incluyendo propiedades y derechos musicales, pero legalmente no ha podido hacerlo debido a la mayoría de edad de Sheila.
La fortuna heredada parece estar siendo malgastada, lo que ha generado gran preocupación entre familiares y seguidores.
Camilo Sesto, conocido por su inteligencia, carisma y humildad durante sus años de gloria, mostró una imagen muy distinta en sus últimos años.
Tras retirarse en 1987 para dedicarse a su hijo, reapareció en los años 90 con una actitud arrogante y distante, muy diferente a la persona que el público recordaba.
Su salud también se vio afectada por problemas renales y un trasplante de hígado debido a complicaciones relacionadas con el alcohol.
A pesar del deterioro de su voz y su condición física, continuó trabajando hasta principios de los 2000, dejando un legado artístico invaluable.
A pesar de las dificultades personales, Camilo Sesto dejó una huella imborrable en la música latina y española.
Con millones de discos vendidos y canciones que siguen siendo referentes para varias generaciones, su influencia es profunda y duradera.
Su adaptación de *Jesucristo Superstar* marcó un hito en la cultura pop española, y su estilo único que combinaba baladas románticas con rock lo hizo inolvidable.
Muchos artistas han reconocido la inspiración que les brindó, y su música sigue sonando en radios y escenarios de todo el mundo.
La historia de Camilo Sesto y Sheila Devil es un reflejo de los altibajos que puede traer la fama.
Mientras Camilo alcanzó la cima del éxito, su familia enfrentó conflictos y tragedias que marcaron profundamente su vida personal.
La difícil relación entre padre e hijo, los problemas de identidad y adicciones de Sheila, y las tensiones con la madre del niño muestran la complejidad de manejar un legado tan grande bajo la presión pública y las expectativas sociales.
Este relato también pone en evidencia la importancia del apoyo familiar, la salud mental y la responsabilidad que conlleva la fama.
La historia de Camilo y su hijo es una mezcla de éxito, amor, conflicto y dolor, un drama humano que trasciende la música y toca las fibras más íntimas de la vida.
Actualmente, Sheila enfrenta un futuro incierto.
Sus problemas legales y de salud mental generan preocupación en quienes lo conocen y en el público.
La herencia de Camilo Sesto representa una oportunidad para rehacer su vida, pero también un riesgo si no se maneja con responsabilidad.
La sociedad española y los medios de comunicación siguen atentos a esta historia, que combina el brillo de una leyenda musical con la fragilidad humana y el drama familiar.
La esperanza es que Sheila pueda encontrar el apoyo necesario para superar sus dificultades y honrar el legado de su padre de una manera positiva.
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