Durante más de siete décadas, Marco Antonio Muñiz fue la voz que definió la música romántica latina, primero como parte del legendario grupo Los Tres Ases y luego como solista, consolidándose como una leyenda viva.
A sus 92 años, el icónico cantante finalmente ha confirmado lo que muchos ya sospechaban: su retiro no fue producto de la falta de pasión ni de oportunidades, sino del desgaste inevitable del tiempo y las enfermedades que han marcado sus últimos años.
Conocido cariñosamente como “El lujo de México”, Muñiz inició su carrera desde muy joven, enfrentando con perseverancia y talento el difícil camino del artista.
A lo largo de casi 70 años en los escenarios, grabó 70 discos como solista y una trilogía con Los Tres Ases, interpretando a los grandes compositores de América Latina con una voz que se convirtió en sinónimo de bolero y balada romántica.
Su profesionalismo y disciplina le valieron un respeto intachable, evitando escándalos y manteniendo una imagen ejemplar que lo distinguió en la industria musical.
En 2014, anunció su gira de despedida, que comenzó en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México y recorrió ciudades como Monterrey, Guadalajara, Tijuana y Mérida.
Más que un adiós, sus conciertos fueron celebraciones íntimas, acompañadas por su familia y marcadas por la calidez y la nostalgia, lejos de lágrimas y despedidas tristes.
Contrario a lo que se podría pensar, Muñiz aclaró que no se retiró por problemas de salud graves, sino por un deseo profundo de disfrutar más tiempo con su familia y atender asuntos personales que había postergado durante años.
Su salud sí comenzó a deteriorarse con el tiempo, especialmente a partir de la osteoporosis crónica que le provoca dolores intensos en los huesos y limita su movilidad, obligándolo a usar silla de ruedas en ocasiones.
Además, enfrentó una cirugía de hernia que, aunque planificada y no urgente, requirió cuidados especiales debido a su edad avanzada.
Su recuperación demandó fisioterapia y un manejo cuidadoso del dolor, siempre bajo la supervisión constante de su familia y equipo médico.
A pesar de estas dificultades, Muñiz mantiene una lucidez mental admirable y continúa recordando con cariño su trayectoria, sus colaboradores y la evolución de la música romántica.
Su retiro representa una transición cuidadosa y digna, en la que su espíritu permanece intacto y su legado sigue vivo en la memoria colectiva.
Nacido en Guadalajara, Jalisco, en 1933, Marco Antonio Muñiz comenzó su camino musical desde niño, cantando en coros de iglesia y trabajando en diversos oficios para sostenerse mientras perseguía su sueño.
Su salto a la fama llegó con Los Tres Ases, grupo con el que grabó ocho álbumes y recorrió América Latina, conquistando audiencias en México, Venezuela, Puerto Rico y Argentina.
En 1959, decidió iniciar su carrera como solista, logrando un éxito que lo llevó a grabar clásicos inolvidables como “Por Amor”, “Capullito de Alelí” y “Compréndeme”.
Su voz de barítono, llena de calidez y contención, lo convirtió en un símbolo del romanticismo refinado, actuando en escenarios internacionales y acumulando discos de oro y reconocimientos.
Su vida personal estuvo marcada por un fuerte compromiso familiar.
En 1978 se casó con Jessica Munguía, con quien formó una familia numerosa y unida, criando a ocho hijos.
Su hogar fue un refugio de música, amor y apoyo mutuo, donde la tradición y el arte se transmitieron de generación en generación.
Varios de sus hijos siguen sus pasos artísticos, destacando Jorge “Coque” Muñiz, cantante y conductor reconocido en México.
En enero de 2023, la familia Muñiz enfrentó una profunda tristeza con la muerte de Marco Antonio Muñiz Junior, su segundo hijo mayor.
Este golpe personal fue sentido en toda la industria musical y por el público, que mostró su apoyo y respeto en un momento difícil para el patriarca y su familia.
Muñiz expresó su dolor con emotivas palabras en redes sociales, mostrando la profundidad del vínculo con su hijo y la fortaleza que mantiene a pesar de las pérdidas.
El cariño y respeto que inspira su familia se reflejan en el apoyo constante de colegas y admiradores, quienes reconocen la humanidad detrás de la leyenda.
Aunque ya no se presenta en vivo, la voz de Marco Antonio Muñiz sigue resonando en radios, plataformas digitales y reuniones familiares.
Su música es un patrimonio cultural que acompaña momentos de amor, nostalgia y celebración en toda América Latina.
Sony Music ha lanzado ediciones especiales que recogen lo mejor de su carrera, incluyendo álbumes en vivo y colaboraciones con destacados músicos, asegurando que su arte continúe llegando a nuevas audiencias.
Además, Muñiz planea dedicarse a la pintura y otros proyectos creativos, mostrando que su espíritu artístico sigue vivo más allá del canto.
Muñiz ha sido un crítico respetuoso pero firme de las nuevas generaciones de artistas, enfatizando la importancia del respeto, la disciplina y el profesionalismo.
Para él, el verdadero arte musical implica puntualidad, compromiso y una actitud que honre al público y a los colegas.
Su ejemplo de vida y carrera es un modelo de integridad y dedicación, que contrasta con las modas pasajeras y la superficialidad que a veces se observa en la industria actual.
Su legado no solo es musical, sino también ético y humano.
Marco Antonio Muñiz es mucho más que una voz legendaria; es un símbolo de perseverancia, humildad y amor por la música y la familia.
A sus 92 años, su retiro marca el cierre de un capítulo glorioso, pero su influencia perdura en cada nota y en cada corazón que ha tocado.
Su historia es una inspiración para artistas y admiradores, un recordatorio de que el verdadero éxito se construye con pasión, respeto y dedicación constante.
Mientras su voz sigue sonando en el tiempo, Marco Antonio Muñiz se despide con satisfacción, dejando un legado imborrable que seguirá vivo por siempre.
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