El caso de Valeria Afanador, la niña de 10 años que fue encontrada sin vida en el Río Frío tras desaparecer del colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, continúa generando inquietud y preguntas sin respuesta.
Aunque la necropsia preliminar indica que la causa de la muerte fue un ahogamiento, la familia de Valeria no está convencida de que se trate de un accidente.
Su padre, Manuel Afanador, ha revelado detalles que ponen en duda la versión oficial y sugieren la posible intervención de terceros en los hechos.
Valeria desapareció el 12 de agosto mientras estaba bajo la responsabilidad del colegio.
Durante 18 días, familiares, amigos y voluntarios realizaron una exhaustiva búsqueda en la zona del Río Frío, incluso utilizando drones y botes para inspeccionar el área cercana al colegio.
Sin embargo, el cuerpo de la niña apareció a unos 200 metros del colegio, en un punto que ya había sido revisado en las primeras jornadas de búsqueda.
Este hecho generó suspicacias en la familia, especialmente en el padre de Valeria, quien cuestiona cómo es posible que el cuerpo haya permanecido oculto en un lugar tan cercano y revisado durante tanto tiempo.
Para Manuel Afanador, este detalle es clave para entender que algo más complejo ocurrió y que la hipótesis de un accidente no explica todos los hechos.
El informe preliminar de Medicina Legal establece que la causa de la muerte fue un ahogamiento.
Sin embargo, esta conclusión no satisface a los padres de Valeria, quienes insisten en que la niña no pudo haber caído al río por voluntad propia ni por accidente.
Manuel Afanador afirma que Valeria, que tenía síndrome de Down, siempre seguía las instrucciones de no salir sola del colegio y que era una niña temerosa al agua, lo que hace improbable que haya decidido aventurarse cerca del río sin compañía.
Además, el comportamiento que se observa en los videos captados en el colegio muestra que Valeria insistía en cruzar la malla de seguridad, algo que su familia considera fuera de lo común y que podría indicar que alguien desde afuera la estaba persuadiendo o llamando.
Esta situación abre la puerta a la hipótesis de que pudo haber una tercera persona involucrada, ya sea para raptarla o para causarle daño.
Desde el primer momento, la familia Afanador ha pedido que se investigue a fondo el caso y que no se cierre la investigación con la sola conclusión de un accidente.
Manuel Afanador ha expresado públicamente su deseo de que se esclarezcan todas las circunstancias que rodearon la desaparición y muerte de su hija, incluyendo la posibilidad de que haya habido intencionalidad criminal.
En una reunión reciente con la Fiscalía, la familia recibió el apoyo para continuar con la investigación y se les aseguró que se seguirán explorando todas las hipótesis posibles.
El padre de Valeria enfatizó que están dispuestos a colaborar para que se haga justicia y para que se conozca la verdad sobre lo que realmente pasó.
El abogado de la familia, Julián Quintana, ha reforzado la posición de los padres señalando que, según entrevistas forenses, Valeria no era una niña exploradora ni aventurera, y que no solía salir de espacios seguros sin la autorización de un adulto.
Además, destacó que en los videos se evidencia la presencia de una tercera persona detrás de la reja del colegio, que parece estar insinuándole a Valeria que salga.
Quintana explicó que aunque el dictamen científico indica muerte por ahogamiento, esto no descarta la posibilidad de un homicidio o de violencia.
Señaló que incluso un empujón o una acción de terceros que conduzca a que una niña que no sabe nadar caiga al agua puede ser considerado un acto criminal bajo el derecho penal.
Uno de los aspectos más importantes que ha revelado Manuel Afanador es que Valeria le tenía miedo al agua.
Este dato es fundamental porque contradice la idea de que la niña haya decidido por sí sola acercarse al río y cruzar la malla de seguridad para aventurarse en un lugar que le generaba temor.
Para la familia, este detalle refuerza la sospecha de que Valeria fue persuadida o incluso forzada a salir del colegio, lo que hace aún más urgente una investigación profunda que permita esclarecer si hubo una tercera persona involucrada y cuáles fueron sus motivos.
La Fiscalía ha manifestado su compromiso para continuar con la investigación y no cerrar el caso con un dictamen preliminar.
La delegada de asuntos territoriales, Dra. Dija Jaramillo, ha garantizado el apoyo necesario para que se analicen todas las posibles causas, incluyendo la hipótesis de un acto criminal.
La familia y sus abogados han reiterado que no descansarán hasta que se haga justicia y se esclarezca la verdad.
La búsqueda de respuestas es también un llamado a la sociedad para estar atentos y exigir que casos como el de Valeria no queden en la impunidad.
El trágico caso de Valeria Afanador ha conmocionado a la comunidad y ha puesto en evidencia la importancia de proteger a los niños y niñas, especialmente a aquellos con condiciones especiales que requieren cuidados adicionales.
La insistencia de la familia en buscar la verdad es un ejemplo de la lucha por la justicia y la memoria de Valeria.
Mientras la investigación continúa, la sociedad espera que se esclarezcan los hechos y que se tomen las medidas necesarias para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir.
La historia de Valeria no debe ser solo un caso más, sino un llamado a la acción para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los niños.
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