La vida de María Isabel Santos, viuda de Pablo Escobar, ha estado marcada por el dolor y la complejidad de su relación con uno de los narcotraficantes más notorios de la historia.
En una reciente entrevista, Santos compartió sus sentimientos sobre las mujeres que tuvieron una relación con su difunto esposo, revelando una mezcla de gratitud y tristeza.
A través de sus palabras, se vislumbra no solo su lucha personal, sino también el impacto que el narcotráfico ha tenido en la vida de muchas mujeres.
María Isabel Santos sorprendió a muchos al expresar **gratitud** hacia las amantes de Escobar.
En la entrevista, mencionó que gracias al tiempo que estas mujeres dedicaron a Pablo, ella pudo concentrarse en criar a sus hijos.
“En mi proceso de matrimonio sufrí mucho, me dolió un montón, pero al final me di cuenta de que gracias al tiempo que ellas le pudieron dedicar a él, yo le pude dedicar ese tiempo a mis hijos”, afirmó.
Esta perspectiva refleja una resiliencia notable, así como una capacidad para encontrar luz en medio de la oscuridad.
Uno de los nombres que surgió durante la conversación fue el de Virginia Vallejo, una famosa modelo y presentadora colombiana que tuvo una relación con Escobar.
Tras la muerte de Pablo, Vallejo acusó a Santos de haberle robado la fortuna de su esposo.
En respuesta, Santos enfatizó que **no ha gastado ni un solo peso** de esa supuesta fortuna y que tanto la justicia colombiana como la argentina no han podido probar lo contrario.
Esto resalta la lucha de Santos no solo por su reputación, sino también por la búsqueda de verdad en medio de las acusaciones.
Santos también reflexionó sobre cómo sería su vida si Pablo Escobar estuviera vivo.
Afirmó que probablemente estaría muerta junto a sus hijos, sugiriendo que la vida que llevaron estaba marcada por el peligro constante y la violencia.
“Yo creo que si Pablo estuviera vivo, yo estaría muerta con mis hijos hace mucho rato”, dijo.
Este comentario resalta la realidad brutal que enfrentaron muchas familias en Colombia durante la época del narcotráfico.
Durante la entrevista, Santos habló sobre su conexión emocional con Escobar, afirmando que habla con él desde la distancia.
Esta comunicación imaginaria le permite procesar el dolor y sanar las heridas que dejó su ausencia.
“Le digo que por su manera de ser y por sus equivocaciones, se perdió la fortuna de disfrutar un nieto tan maravilloso como el que tenemos”, comentó.
Este aspecto de su vida revela la complejidad de sus sentimientos hacia un hombre que, a pesar de sus crímenes, sigue siendo parte de su historia personal.
La conversación se amplió a otras mujeres que han estado al lado de narcotraficantes, como Emma Coronel, esposa de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Santos sugirió que la historia de Coronel podría ser similar a la suya, destacando cómo las mujeres en estas situaciones a menudo enfrentan un estigma social y personal.
“Imagínense Emma Coronel, que escriba también cómo es que le ha ido a lo largo de todos estos años al lado de El Chapo”, propuso.
Esta comparación no solo ilustra la continuidad de las luchas de las mujeres en el mundo del narcotráfico, sino que también invita a una reflexión más profunda sobre su papel en estas narrativas.
Santos destacó que las mujeres que están al lado de narcotraficantes a menudo son las que realmente sufren las consecuencias de esta vida.
A pesar de los lujos y la aparente gloria, la realidad es que están constantemente al borde de la muerte y el rechazo social.
“Las mujeres que están al lado de los narcotraficantes son las que de verdad no sufren”, comentó, sugiriendo que muchas de ellas, como ella misma, han tenido que lidiar con el dolor y la pérdida de manera constante.
La historia de María Isabel Santos es un reflejo de las complejidades de vivir al lado de una figura tan controvertida como Pablo Escobar.
Su capacidad para encontrar gratitud en medio del dolor y su deseo de proteger a sus hijos son aspectos que destacan en su relato.
A pesar del sufrimiento y las acusaciones, Santos sigue adelante, buscando sanar las heridas del pasado y mantener viva la memoria de su familia.
Su vida es un testimonio de la resiliencia y la lucha de muchas mujeres que, como ella, han estado atrapadas en las redes del narcotráfico, enfrentando desafíos que a menudo son invisibles para el mundo exterior.
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