La época dorada del cine mexicano, que abarcó aproximadamente desde los años 30 hasta los 50, fue una era de esplendor artístico y cultural que marcó un antes y un después en la historia del cine en América Latina.
Sin embargo, detrás de las cámaras y los reflectores, muchas historias oscuras y llenas de misterio se tejieron en torno a las figuras que brillaban en la pantalla grande.
Una de las más impactantes y menos conocidas es la vida y muerte de Nelly Montiel, una actriz argentina que buscó el éxito en México y terminó envuelta en una red de intrigas políticas y personales que, según rumores persistentes, la llevaron a un final trágico y sospechoso.
En esta historia, el entonces político Adolfo López Mateos, quien años después sería presidente de México, juega un papel central.
Nelly Montiel, cuyo nombre completo y fecha exacta de nacimiento son motivo de debate, nació en Argentina entre 1921 y 1928, según distintas versiones y testimonios contradictorios.
Antes de llegar a México, ya había participado en varias películas en su país natal, acumulando experiencia y ganas de triunfar.
Sin embargo, fue en México donde decidió apostar por una carrera que la llevara a la fama y al reconocimiento, en una época en la que el cine mexicano vivía su máximo esplendor y se había convertido en la meca del cine en español.
Su llegada a México no fue sencilla.
Como extranjera, enfrentó múltiples barreras, entre ellas la dificultad para obtener la nacionalidad mexicana, un requisito fundamental para evitar que el gobierno le cobrara el 50% de sus ingresos como actriz extranjera.
Según se cuenta, gracias a la intervención de su representante, un productor argentino que también fungía como su apoderado, Nelly logró obtener la ciudadanía mexicana en tiempo récord.
Se rumorea que para ello fue necesario recurrir a favores políticos y relaciones personales con altos funcionarios, incluyendo al gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Vélez, quien supuestamente quedó prendado de ella desde el primer encuentro.
Nelly Montiel rápidamente comenzó a destacar en el cine mexicano.
Su porte, belleza y talento la hicieron ideal para interpretar papeles de mujer fatal, esos personajes que dejaban huella con solo aparecer en escena.
Su debut en México fue con la película *El secreto de la solterona* en 1945, pero fue al año siguiente, con su participación en *Campeón sin corona* junto a David Silva, cuando empezó a consolidar su fama.
Posteriormente, Nelly participó en películas exitosas como *Ustedes los ricos* (1948), donde compartió créditos con Pedro Infante, uno de los ídolos más queridos del público mexicano.
Se dice que entre Nelly y Pedro hubo un breve romance, más como un coqueteo pasajero que una relación seria, ya que Pedro estaba comprometido con Lupita Torrentera en ese momento.
Aunque Nelly tenía talento y carisma, su carrera estuvo marcada por relaciones con personajes poderosos que influían en la industria cinematográfica y política.
Su representante, además de manejar su carrera, gestionaba romances estratégicos con políticos y productores para asegurar papeles y favores, lo que generaba situaciones incómodas y presiones para la joven actriz.
Entre estos hombres influyentes destacó Adolfo López Mateos, un político elegante, carismático y mujeriego que comenzaba a ganar terreno en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y aspiraba a la presidencia de México.
López Mateos tenía fama de seductor y mantenía múltiples relaciones simultáneas, utilizando su poder para atraer a las figuras femeninas más destacadas del medio.
La relación entre Nelly Montiel y Adolfo López Mateos fue intensa pero también tormentosa.
A pesar de que López Mateos estaba casado, Nelly se entregó por completo a este romance, creyendo en las promesas de amor y compromiso que nunca llegaron a concretarse.
López Mateos, consciente de su imagen pública y de sus aspiraciones políticas, no tenía intención alguna de formalizar la relación ni dejar a su esposa.
Para él, Nelly era solo una aventura más, una mujer a la que podía seducir y descartar cuando quisiera.
Nelly, joven e ingenua, soportaba celos y desilusiones, aferrándose a López Mateos como su único apoyo emocional en México.
Pero la situación se volvió insostenible cuando descubrió que él la reemplazaba por otras mujeres, incluyendo a la actriz Lilia Prado, con quien López Mateos mantenía encuentros frecuentes y prolongados.
Este descubrimiento desató escenas públicas de celos y confrontaciones.
Nelly, fuera de sí, llegó a enfrentarse con Lilia Prado en la calle, siendo contenida por los guardaespaldas del político, quienes protegían a la actriz como si fuera la primera dama.
La joven actriz se encontraba cada vez más sola y dolida.
En 1951, tras una fuerte discusión y el distanciamiento definitivo de López Mateos, Nelly decidió regresar a su casa en Acapulco para intentar recomponer su vida lejos del drama y las traiciones.
Sin embargo, nunca llegó a su destino. En la carretera México-Acapulco, a la altura de Iguala, sufrió un accidente automovilístico fatal.
Aunque oficialmente su muerte fue catalogada como un accidente, desde entonces han circulado rumores y teorías que apuntan a que fue un acto intencionado para silenciarla y proteger la imagen del político que años después se convertiría en presidente de México.
Se dice que López Mateos, molesto por la amenaza que representaba Nelly con sus declaraciones y su descontento, ordenó que se le hiciera daño para evitar escándalos.
Su representante, que conocía todos los detalles de su vida y relaciones, desapareció poco después, regresando a Argentina sin dar explicaciones.
Nelly Montiel fue enterrada en el Panteón Jardín de la Ciudad de México, dejando tras de sí un legado de talento, misterio y tragedia.
La historia de Nelly Montiel no es un caso aislado.
Muchas actrices extranjeras que llegaron a México en busca de éxito tuvieron que navegar un ambiente lleno de intereses políticos y personales.
Por ejemplo, Sarita Montiel, otra estrella de la época, también obtuvo la ciudadanía mexicana en tiempo récord gracias a un romance con el expresidente Miguel Alemán, lo que le abrió las puertas del cine nacional.
Estas relaciones generaron rivalidades y envidias dentro del medio artístico.
La famosa María Félix, por ejemplo, no podía ver con buenos ojos a Sarita Montiel, no solo por su belleza y talento, sino también porque ambas se disputaban el amor del mismo hombre, el presidente Alemán.
Adolfo López Mateos, además de su relación con Nelly, mantuvo romances con otras figuras públicas como Kitty de Hoyos, Silvia Pinal y Ana Berta Lepe, consolidando su fama de mujeriego y hombre poderoso.
Su vida personal estuvo marcada por escándalos y tragedias, como la muerte de Agustín de Anda, pareja de Ana Berta Lepe, en un incidente vinculado a conflictos familiares y políticos.
La vida de Nelly Montiel es un ejemplo doloroso de cómo el glamour y la fama pueden ocultar historias de manipulación, abuso y explotación.
Una joven que llegó a México con sueños de éxito y terminó atrapada en una red de intereses y traiciones que la llevaron a un final prematuro y trágico.
Esta historia invita a reflexionar sobre el papel que juegan el poder y la política en la vida de las figuras públicas, y cómo muchas veces las mujeres son las que pagan el precio más alto.
Aunque oficialmente su muerte fue un accidente, la sombra de la sospecha y el silencio que la rodean siguen siendo un recordatorio de los peligros que enfrentan quienes se atreven a amar y luchar en un mundo dominado por hombres poderosos.
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