Patrick Hernández y el éxito inmortal: ¿Cómo una sola canción lo hizo millonario?
En la historia de la música, pocos artistas pueden presumir de haber conquistado el mundo con una sola canción.
Este es el caso de Patrick Hernández, el cantante francés de ascendencia española que, a finales de los años 70, alcanzó la fama mundial con su icónico tema Born to Be Alive.
Con esta canción, no solo marcó una era, sino que también aseguró su futuro financiero para siempre, viviendo cómodamente de las ganancias de este éxito único.
Patrick Hernández nació el 6 de abril de 1949 en Francia, en el seno de una familia profundamente artística.
Su padre, guitarrista español, y su madre, cantante ítalo-austriaca, le transmitieron el amor por la música desde temprana edad.
Durante su juventud, Patrick formó parte de varias agrupaciones menores en París, pero su verdadero momento de gloria llegaría años después.
En 1978, con 29 años, Patrick escribió Born to Be Alive, una declaración personal sobre la importancia de vivir la vida al máximo y disfrutar cada momento.
La canción, con una letra sencilla pero poderosa, reflejaba su deseo de no complicar su existencia con las convenciones sociales.
Sin embargo, convencer a los ejecutivos musicales no fue tarea fácil.
La mayoría rechazó el tema, argumentando que no tenía potencial para convertirse en un éxito.
Fue entonces cuando conoció al productor Jean Vanloo, quien vio algo especial en la canción.
Ambos se trasladaron a Bélgica para trabajar en el primer disco como solista de Patrick.
En un estudio en la ciudad de Waterloo, grabaron la versión definitiva de Born to Be Alive, que sería lanzada como sencillo en noviembre de 1978.
El éxito fue instantáneo y abrumador.
En menos de dos meses, Patrick recibió su primer disco de oro en Italia por vender 50,000 copias.
A finales de 1979, el tema ya había ganado 52 discos de oro y platino en todo el mundo, vendiendo más de 25 millones de copias con el tiempo.
La canción, con su pegajoso ritmo disco y su mensaje positivo, se convirtió en un himno global, a pesar de que la música disco estaba en declive en aquella época.
El impacto de Born to Be Alive trascendió fronteras.
Patrick se preparó para una gira por Estados Unidos, donde se realizó una audición en Nueva York para seleccionar a las bailarinas que lo acompañarían.
Entre las elegidas estaba una joven llamada Louise Veronica Ciccone, mejor conocida años después como Madonna.
En aquel entonces, Madonna no pensaba en cantar y se concentraba únicamente en el baile.
Participó en la gira y en uno de los videoclips promocionales de la canción, donde apareció con el cabello corto y oscuro, vestida con pantalones morados y una camisa azul.
La producción quedó tan impresionada con Madonna que decidieron llevarla a Francia con la idea de grabar algunas canciones.
Sin embargo, el proyecto no prosperó y Madonna regresó a Estados Unidos, donde cambiaría el baile por el canto, transformándose en una de las mayores estrellas de la música.
Para Patrick Hernández, el éxito de Born to Be Alive significó no solo fama, sino también una estabilidad económica inigualable.
A pesar de intentar lanzar un par de álbumes más, Patrick decidió retirarse de los escenarios para disfrutar de las ganancias de su gran éxito.
En una entrevista de 2017, declaró que cada mañana se despierta sabiendo que gana entre 800 y 1,500 euros diarios gracias a su canción, cifra que puede aumentar considerablemente cuando el tema es utilizado en comerciales o proyectos especiales.
Desde su lanzamiento, Born to Be Alive ha sido empleada en programas deportivos, eventos de ejercicio y como banda sonora de numerosos proyectos.
En España, por ejemplo, fue la sintonía oficial de la Vuelta Ciclista, e incluso se convirtió en un fenómeno en discotecas, donde la gente imitaba el movimiento del pedaleo mientras bailaba.
La canción también ha sido versionada por artistas como Sabrina Salerno y el grupo Disco Kings, y sigue siendo remezclada por DJs de todo el mundo.
Una de las versiones más curiosas es Me voy a Benidorm, interpretada por el grupo español Los Nikis.
Hoy en día, Patrick Hernández es considerado un ejemplo único entre los artistas llamados “one-hit wonders”.
Mientras muchos luchan por mantenerse vigentes, Patrick eligió disfrutar de la vida, tal como lo proclamaba en su canción.
Aunque ocasionalmente aparece en programas de televisión y eventos especiales para interpretar su éxito, nunca volvió a preocuparse por alcanzar nuevamente la cima de las listas.
La historia de Born to Be Alive y de Patrick Hernández es una lección sobre el impacto que una sola canción puede tener, no solo en la vida de un artista, sino también en la cultura popular global.
A más de cuatro décadas de su lanzamiento, el tema sigue generando ingresos, recordándonos que, en ocasiones, basta un solo éxito para dejar una huella imborrable en la historia de la música.