El domingo 1 de diciembre de 2024, Colombia despertó con una noticia que llenó de tristeza los corazones de millones.
Sandra Reyes, una de las actrices más queridas y talentosas del país, falleció a causa de un cáncer de seno.
La actriz decidió mantener su enfermedad en privado, lejos de los reflectores y las cámaras.
Sandra siempre se caracterizó por su autenticidad, tanto en su vida personal como profesional.
Optó por no someterse a quimioterapias, calificándolas como tratamientos invasivos y dolorosos.
Esta decisión refleja su filosofía de vida, basada en la conexión con la naturaleza y la energía.
A pesar de la controversia que esta postura pudiera generar, Sandra siempre fue fiel a sus principios.
Su enfoque de vida era único, y su compromiso con sus creencias la convirtió en una figura admirable.
Sandra Reyes nació el 31 de mayo de 1975 y desde joven mostró interés por la actuación.
Su debut fue en 1995, y rápidamente se consolidó como una actriz talentosa y carismática.
Producciones icónicas como Pedro el escamoso, La mujer del presidente y El cartel de los sapos marcaron su carrera.
En Pedro el escamoso, interpretó a la doctora Paula, un papel completamente opuesto a su personalidad real.
Sandra no usaba minifaldas, tacones ni maquillaje en su vida diaria, pero supo encarnar este personaje magistralmente.
Este papel la catapultó al estrellato, siendo recordado como uno de los más emblemáticos de la televisión colombiana.
En 2024, se lanzó una segunda temporada de Pedro el escamoso, donde, irónicamente, su personaje falleció de cáncer de seno.
Esta coincidencia impactó profundamente a sus seguidores, quienes la despidieron con gran dolor.
Sandra era conocida por su estilo de vida “hippy”, basado en prácticas espirituales y sostenibilidad.
Renunció al uso de desodorantes antitranspirantes, argumentando que bloquean las toxinas y afectan la salud.
También decidió no usar productos de higiene convencionales, como toallas sanitarias, prefiriendo ofrendar su sangre menstrual a la tierra.
Para Sandra, estas prácticas eran una forma de devolver energía a la naturaleza y honrar su conexión con ella.
En su finca, alejada del bullicio de la ciudad, cultivaba gran parte de su alimentación y vivía en armonía con el medio ambiente.
A través de ceremonias espirituales como los temascales y el uso de plantas medicinales, buscaba su crecimiento personal.
En entrevistas, Sandra expresó su rechazo a los estereotipos de belleza impuestos por la sociedad.
Afirmaba estar orgullosa de sus canas, arrugas y aspecto natural, priorizando su bienestar interno sobre lo externo.
Sandra también compartió experiencias que ella calificaba como sobrenaturales.
En una ocasión, afirmó haber sido abducida por extraterrestres, describiendo a estas entidades como seres altos y azules.
Estas declaraciones generaron polémica, pero reflejaban su interés por explorar lo desconocido y trascender los límites de lo convencional.
Su enfoque espiritual incluía la creencia en energías superiores que nos conectan con el universo.
Para Sandra, todos somos parte de un “todo”, una conexión que guía nuestras vidas y decisiones.
En una de sus últimas producciones, Rigo, interpretó a Araceli, un personaje que quedó grabado en el corazón de los colombianos.
La serie, basada en la vida del ciclista Rigoberto Urán, fue un éxito y destacó el talento de Sandra una vez más.
A pesar de su enfermedad, nunca dejó de transmitir autenticidad y pasión en cada uno de sus proyectos.
Sandra Reyes no solo fue una actriz, sino también un símbolo de valentía y fidelidad a sus convicciones.
Hoy, su partida deja un vacío inmenso en el mundo del espectáculo y en los corazones de quienes la admiraron.
Sin embargo, su legado artístico y humano seguirá vivo en la memoria colectiva.
En cada personaje, Sandra nos enseñó a reír, llorar y reflexionar sobre la vida y sus complejidades.
Sandra Reyes nos deja un mensaje claro: la importancia de vivir una vida auténtica y conectada con nuestros valores.
Aunque físicamente ya no esté entre nosotros, su esencia perdurará en cada obra y en cada recuerdo.
Gracias, Sandra, por regalarnos momentos inolvidables y por inspirarnos con tu arte y tu espíritu libre.
Tu legado vivirá para siempre en la historia de la televisión y el cine colombiano.
Descansa en paz.