La esposa de Miguel Uribe revela secretos y amenazas que rodearon los últimos días de su esposo.
Confirma que Miguel fue víctima de un atentado y que su muerte estuvo relacionada con corrupción y encubrimientos.

Después de años de silencio, la esposa de Miguel Uribe, a sus 49 años, ha decidido romper el silencio y revelar una verdad que ha estremecido al país.
Durante años, se pensó que Miguel había muerto por causas naturales, que su fallecimiento era solo una tragedia política más, una estadística más en la historia de Colombia.
Sin embargo, lo que su esposa ha desenterrado es un relato lleno de secretos, amenazas y verdades ocultas que nadie estaba preparado para escuchar.
La mujer, que vivió a la sombra del poder, ha decidido hablar sin miedo, sin filtros.
En una emotiva entrevista, relató las noches de paranoia que vivió junto a Miguel, quien, según sus palabras, estaba constantemente alerta, revisando las cerraduras y escondiendo documentos en lugares insólitos.
“Una vez lo sorprendí escondiendo un USB dentro de un frasco de talco en el baño”, confesó, con la voz entrecortada. “Me dijo que si algo le pasaba, debía entregar eso a los medios, pero no a cualquiera”.
El relato se vuelve aún más escalofriante cuando ella revela que Miguel había estado recibiendo amenazas.
“Si hablas, te vas con él”, le advirtieron. Pero ya era tarde para el miedo. El dolor la volvió más fuerte y ahora está decidida a revelar lo que el país intentó enterrar junto a su esposo.
La esposa de Miguel también habló sobre una mujer misteriosa que apareció en su funeral, dejando una rosa blanca que contenía un sobre que Miguel le había entregado días antes de su muerte.
“Te advertí que no te metieras”, murmuró la desconocida. Esa frase se convirtió en una daga en la mente de la viuda, quien ahora se pregunta quién era realmente esa mujer y qué relación tenía con el poder.

El momento más impactante de la entrevista llegó cuando la esposa reveló que Miguel tenía una amante, una mujer que trabajaba en un alto nivel del gobierno.
“Él me confesó que había caído en ese juego para acceder a archivos secretos”, explicó. “No la amaba, la usó, pero cuando quiso cortar, ella lo amenazó”.
Esta revelación encendió las redes sociales, desatando teorías sobre la identidad de la amante y su conexión con el atentado que silenciara a Miguel.
La esposa compartió también que la noche antes del atentado, Miguel pasó horas escribiendo una carta de cuatro páginas que guardó en un sobre con su nombre.
“Si estás leyendo esto, es porque ya no estoy”, decía la carta. “Me están siguiendo. He descubierto cosas que nadie debería saber”.
Al leer estas palabras, la esposa no pudo contener las lágrimas, preguntándose cómo podía el estado dormir sabiendo que su esposo había sido asesinado y que la verdad había sido enterrada.
Tras el atentado, su vida cambió drásticamente. Recibió amenazas constantes, desde llamadas anónimas hasta cartas sin remitente que la advertían sobre el silencio.
“Me seguían hasta el supermercado. No sabía quién era enemigo y quién no”, relató. Una noche, una piedra rompió la ventana de su habitación, lo que la llevó a tomar la decisión de abandonar el país con sus hijos.
Pasó ocho meses en Europa, donde comenzó a reconstruir los últimos días de Miguel. “No solo se trataba de proteger a mis hijos, sino de proteger su legado”, explicó.
Durante su estancia, recopiló documentos, audios y nombres que podrían desvelar la verdad detrás de la muerte de su esposo. “Esto no fue un accidente, fue un asesinato”, afirmó con determinación.

Al regresar a Colombia, la esposa de Miguel decidió que era hora de hablar. “No voy a permitir que el nombre de Miguel se diluya en el olvido”, declaró.
En una conferencia a puerta cerrada, sorprendió a todos al presentarse y tomar el micrófono. “Soy la esposa de Miguel Uribe y hoy voy a mostrarles la verdad que muchos intentaron enterrar con él”, anunció con firmeza.
Con un sobre en la mano, sacó una carta amarillenta escrita a mano por Miguel, en la que él le pedía que continuara su lucha por la verdad. “No me llores, hazme eterno”, decía la carta.
La esposa, con lágrimas en los ojos pero con una voz firme, levantó una memoria USB frente a las cámaras, afirmando: “Este es el testamento de un hombre que se enfrentó al monstruo y murió por ello”.
La grabación que presentó contenía conversaciones secretas y documentos que revelaban la corrupción y el encubrimiento detrás de su muerte. “Miguel no murió por accidente, fue silenciado y yo lo voy a demostrar”, concluyó.
Su determinación resonó en el auditorio, dejando claro que no se detendría hasta que se hiciera justicia.
La historia de Miguel Uribe ya no pertenece a los expedientes oficiales. Ahora vive en las voces de quienes se atreven a contar la verdad y en la lucha incansable de su esposa, quien ha decidido que su historia no será olvidada.
“Haré que el mundo sepa por qué te mataron”, prometió, y con esa declaración, el país comenzó a escuchar lo que nunca se atrevió a decir en voz alta.
