Los Cabos Bajo Fuego: Explosiones, Operativos Militares y Vehículos Ardiendo Dejan a la Ciudad en Estado de Alerta Máxima
La tarde del martes se vivió una jornada de alta tensión en Los Cabos, Baja California Sur, luego de que se registraran múltiples operativos de seguridad, enfrentamientos armados y la quema de vehículos en diferentes puntos del municipio.
Los hechos comenzaron a circular rápidamente por redes sociales, donde ciudadanos compartieron imágenes y videos de lo que parecía una situación fuera de control.
Las autoridades estatales y federales activaron de inmediato protocolos de emergencia, desplegando elementos de la Guardia Nacional, Marina y policía estatal para contener la violencia que sacudió a la región.
Los reportes iniciales indican que alrededor de las 3:00 de la tarde comenzaron los disturbios, cuando unidades de fuerzas federales intentaron realizar un operativo en una zona identificada como punto estratégico para grupos delictivos.
Al parecer, la presencia de las autoridades fue detectada por integrantes del crimen organizado, quienes respondieron con agresiones armadas y acciones coordinadas para bloquear caminos y generar caos en la zona.
En minutos, varios vehículos fueron incendiados sobre la carretera Transpeninsular, en zonas cercanas a Cabo San Lucas y San José del Cabo, lo que provocó el cierre de vialidades y una ola de temor entre los habitantes.
Las imágenes de las llamas consumiendo automóviles en plena vía pública y el estruendo de detonaciones de arma de fuego rápidamente comenzaron a circular en plataformas como Facebook, X (antes Twitter) y WhatsApp.
Varios comercios decidieron cerrar sus puertas ante el temor de ser alcanzados por la violencia.
Algunos centros escolares suspendieron clases o activaron protocolos internos de seguridad para resguardar a estudiantes y personal.
La ciudadanía, alarmada por la magnitud de los hechos, pidió a través de redes sociales la intervención urgente de las autoridades.
Testigos relatan que los bloqueos fueron realizados con vehículos particulares que fueron despojados a sus propietarios, los cuales posteriormente fueron incendiados por sujetos armados.
En algunos casos, incluso se reportó que los agresores colocaron objetos punzocortantes sobre el asfalto para impedir el paso de patrullas.
La finalidad de estas acciones, según analistas en temas de seguridad, era distraer y obstaculizar los operativos policiales, además de enviar un mensaje de poderío e impunidad por parte de los grupos criminales.
Mientras los enfrentamientos se intensificaban, las autoridades estatales emitieron un comunicado urgente pidiendo a la población evitar circular por zonas de riesgo, especialmente en las inmediaciones de colonias como El Zacatal, Lomas del Sol y El Caribe.
Al mismo tiempo, unidades del Ejército Mexicano comenzaron a patrullar las calles con el apoyo de vehículos blindados y helicópteros que sobrevolaban el área, intentando localizar a los responsables de los hechos violentos.
El gobernador del estado, en una rueda de prensa realizada horas después, confirmó que los hechos estaban relacionados con el combate frontal a grupos del crimen organizado que operan en la zona.
Afirmó que los operativos no se detendrán y que se reforzará la presencia de elementos de seguridad en todo el municipio de Los Cabos.
Asimismo, solicitó el apoyo de la ciudadanía para mantener la calma y denunciar cualquier actividad sospechosa que pudiera poner en riesgo la seguridad colectiva.
Aunque no se han confirmado de manera oficial víctimas mortales, algunas fuentes locales señalaron que podría haber al menos tres personas heridas durante los enfrentamientos, incluyendo a un civil que fue alcanzado por una bala perdida mientras se encontraba dentro de su vehículo.
Esta versión aún no ha sido verificada por las autoridades, pero medios locales ya comenzaron a documentar testimonios de personas afectadas por la violencia del día.
Los Cabos, conocido por ser uno de los destinos turísticos más importantes del país, con una fuerte afluencia internacional, especialmente desde Estados Unidos y Canadá, ha vivido en los últimos años una relativa calma respecto a hechos delictivos de alto impacto.
Sin embargo, lo ocurrido en esta jornada rompe con esa aparente tranquilidad y enciende las alertas sobre el resurgimiento de disputas entre organizaciones criminales que buscan el control de rutas, territorios y actividades ilícitas en la región.
Especialistas en seguridad señalan que este tipo de eventos no son espontáneos ni aislados, sino que obedecen a movimientos estratégicos de grupos delictivos que se reconfiguran ante la presión de las autoridades.
En este caso particular, se habla de la posibilidad de una célula criminal que intentó impedir la detención de uno de sus líderes o bien responder de forma violenta a un cateo o aseguramiento importante realizado en días recientes.
En tanto, los ciudadanos de Los Cabos exigen respuestas concretas y medidas de protección más efectivas.
Durante la noche, la mayoría de la población optó por resguardarse en sus hogares, mientras que elementos de la policía estatal y fuerzas federales continuaron patrullando las calles y realizando inspecciones.
Algunas zonas fueron declaradas como de “riesgo moderado”, aunque no se ha activado un estado de emergencia formal.
Por su parte, el sector hotelero ha manifestado su preocupación, pues este tipo de situaciones no solo afectan la seguridad local, sino también la imagen internacional del destino.
En respuesta, las autoridades aseguraron que se están implementando medidas especiales para garantizar la seguridad en las zonas turísticas y que los visitantes no se verán afectados por lo ocurrido.
Las investigaciones continúan y se espera que en los próximos días las autoridades puedan ofrecer detalles más precisos sobre las causas del operativo, los responsables de los actos violentos y las acciones que se tomarán para prevenir nuevos brotes de violencia.
Mientras tanto, la sociedad cabeña permanece en estado de alerta, esperando que la calma vuelva a sus calles y que estos lamentables hechos no se repitan.
La plaza, como popularmente se le llama en el lenguaje del crimen organizado, “se calentó” como no se había visto en mucho tiempo.
Lo que parecía ser un día común se transformó en una jornada marcada por el miedo, la incertidumbre y la desconfianza.
El fuego que consumió los vehículos en las calles también encendió una preocupación más profunda: la sensación de que, en cualquier momento, la violencia puede volver a irrumpir en la vida cotidiana de una comunidad que solo desea vivir en paz.