Rosario despierta con horror: tres cuerpos decapitados y una cartulina que anuncia venganza, muerte y poder absoluto
“Así te voy a dejar, flaco”: el aterrador mensaje que acompañó el hallazgo de tres cuerpos sin cabeza en Rosario, Sinaloa, ha estremecido a toda la región y desatado una nueva ola de miedo e incertidumbre en el corazón del estado.
Los hechos ocurrieron en las primeras horas de la mañana, cuando residentes de la comunidad de Chametla, ubicada en el municipio de Rosario, alertaron a las autoridades sobre la presencia de tres cuerpos abandonados en un paraje solitario, muy cerca de la carretera estatal que conecta con la cabecera municipal.
Lo que más impactó a los testigos fue que los cadáveres se encontraban sin cabeza y con señales evidentes de violencia extrema.
Junto a ellos, un pedazo de cartón con una amenaza escrita en letras grandes y agresivas: “ASÍ TE VOY A DEJAR FL4CO.
ATTE: IVÁN”.
Las autoridades locales respondieron al llamado y acordonaron de inmediato la zona.
Personal de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa se presentó en el lugar, acompañado de elementos forenses y policías estatales.
Los peritos iniciaron los trabajos correspondientes para el levantamiento de los cuerpos y la recolección de pruebas.
Hasta el momento, no se han identificado oficialmente a las víctimas, pero se estima que los tres hombres tendrían entre 25 y 40 años.
Sus cabezas no fueron localizadas en el sitio, lo que hace suponer que podrían haber sido retiradas intencionalmente para generar mayor impacto mediático y enviar un mensaje directo a los rivales del grupo criminal que opera en la zona.
La mención directa de “Iván” en la cartulina ha generado especulación inmediata sobre la posible autoría del crimen.
Habitantes de la región y analistas en temas de seguridad asocian el nombre con Iván Archivaldo Guzmán Salazar, uno de los hijos del exlíder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Sin embargo, hasta ahora no existe confirmación oficial sobre la implicación de esta figura ni del grupo denominado “Los Chapitos”, aunque la forma del crimen y la naturaleza del mensaje se alinean con los patrones de violencia utilizados por células delictivas vinculadas a dicho cártel.
Los hechos ocurren en un contexto de creciente tensión en el sur de Sinaloa.
En las últimas semanas, se han registrado diversos enfrentamientos armados, “levantones” y ejecuciones en municipios cercanos como Escuinapa, Concordia y Mazatlán.
Las autoridades estatales han reconocido la existencia de disputas territoriales entre células del narcotráfico, que buscan controlar rutas estratégicas de trasiego y puntos clave para el almacenamiento y distribución de droga.
La violencia que vive Rosario no es un fenómeno aislado.
Este municipio, que por años fue considerado una zona tranquila, se ha visto cada vez más envuelto en las dinámicas del crimen organizado.
El hallazgo de los tres cuerpos sin cabeza confirma la brutalidad con la que están operando ciertos grupos, que no solo eliminan a sus enemigos, sino que lo hacen de forma pública y simbólica, con mensajes explícitos que buscan infundir miedo entre la población y advertir a sus adversarios.
Los habitantes de Chametla, aún conmocionados por el descubrimiento, expresaron su temor por lo que está ocurriendo en su comunidad.
“Nunca habíamos visto algo así, y menos tan cerca de nuestras casas.
Fue horrible ver esas escenas.
No es justo que nos dejen esto frente a nosotros”, comentó una vecina, cuya identidad fue reservada por seguridad.
Otros pobladores aseguran que en los últimos días se han visto vehículos extraños circular por caminos de terracería, y que algunas personas han optado por no salir de noche por miedo a ser víctimas colaterales de la violencia.
La Fiscalía de Sinaloa anunció que se abrió una carpeta de investigación por homicidio calificado y delitos vinculados a la delincuencia organizada.
A pesar del hermetismo con el que se ha manejado el caso, fuentes cercanas aseguran que ya se tiene una línea de investigación sólida basada en testimonios recabados en la zona y en el análisis de cámaras de vigilancia cercanas al lugar del hallazgo.
La Secretaría de Seguridad Pública también confirmó el refuerzo de patrullajes en la región, aunque muchos ciudadanos expresan escepticismo ante la efectividad de estas medidas, ya que consideran que la presencia de las fuerzas del orden es esporádica y poco contundente frente a la capacidad de fuego de los grupos criminales.
En redes sociales, la noticia se volvió viral, acompañada de imágenes impactantes que circularon en grupos locales de WhatsApp y Facebook.
Aunque muchas de estas fotografías fueron eliminadas por su contenido explícito, dejaron una huella de pánico en la comunidad virtual.
Activistas en derechos humanos exigieron a las autoridades estatales y federales una respuesta firme ante la situación, y pidieron que no se permita que Sinaloa siga siendo un campo de batalla entre cárteles.
La brutalidad del mensaje “ASÍ TE VOY A DEJAR FL4CO” ha generado diversas interpretaciones.
Algunos creen que se trata de una amenaza directa a otro miembro de un grupo rival, con el objetivo de demostrar fuerza y control territorial.
Otros opinan que puede tener un trasfondo personal, y que la violencia fue usada como un recurso de escarnio público.
Lo cierto es que el estilo, el lenguaje y la exposición pública de los cuerpos son elementos característicos de la guerra entre cárteles, en donde la muerte no solo es un castigo, sino un espectáculo de poder.
Las autoridades locales han pedido a la población mantener la calma y colaborar con cualquier información que pueda ayudar a esclarecer los hechos.
Sin embargo, la desconfianza en las instituciones y el temor a represalias impide que muchos ciudadanos se atrevan a hablar.
El silencio se vuelve entonces un escudo ante la amenaza latente que representa el crimen organizado.
Mientras tanto, Rosario y sus comunidades vecinas se sumen en una sensación de inseguridad y abandono.
La violencia ha roto la tranquilidad de los pueblos sinaloenses, donde antes se vivía de la pesca, la agricultura y el comercio local.
Hoy, el nombre de su municipio resuena en titulares nacionales no por su riqueza natural ni su historia, sino por la brutalidad de un mensaje que dejó tres cuerpos sin vida y un miedo profundo entre todos sus habitantes.