Joan Manuel Serrat se despide de Madrid con un emotivo concierto en el Wizink Center

El 14 de diciembre de 2022 será una fecha que quedará grabada en la memoria de miles de admiradores de Joan Manuel Serrat. Esa noche, el icónico cantautor catalán ofreció su último concierto en Madrid, en el majestuoso Wizink Center, como parte de su gira de despedida El vicio de cantar 1965-2022.

Con un recorrido musical que abarca más de cinco décadas, Serrat cerró un capítulo crucial de su carrera con una velada llena de emociones, nostalgia y gratitud. Acompañado de un público entregado, interpretó algunos de los temas más emblemáticos de su trayectoria, convirtiendo el recinto en un espacio de celebración y despedida.

Desde el primer momento, Serrat dejó claro que este concierto no sería un adiós melancólico, sino un homenaje a la música y al público que lo ha acompañado durante tantos años. Con su característica calidez y carisma, abrió la noche con “Ara que tinc vint anys”, un tema que marcó sus inicios y que resonó con fuerza entre los asistentes.

El repertorio de la noche fue una mezcla cuidadosamente seleccionada de sus grandes éxitos en catalán y castellano. Canciones como “Mediterráneo”, “Lucía”, “Cantares” y “Penélope” desataron aplausos y ovaciones de pie. Cada interpretación fue recibida con entusiasmo, mientras los asistentes coreaban las letras que han formado parte de la banda sonora de varias generaciones.

El Wizink Center, con capacidad para más de 17.000 personas, estuvo completamente lleno. El ambiente era electrizante, con una mezcla de alegría y melancolía palpable en el aire. Las luces del escenario crearon una atmósfera íntima, pese a la magnitud del recinto, haciendo que cada persona sintiera una conexión especial con Serrat.

“Esta noche no es un adiós, es un hasta siempre”, expresó Serrat en un momento de la velada, visiblemente emocionado. Sus palabras resonaron en el corazón de los asistentes, que no dudaron en responder con aplausos interminables.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando Serrat recordó a aquellos artistas y compañeros que han sido fundamentales en su carrera. Aunque no hubo grandes colaboraciones en vivo, su homenaje a figuras como Antonio Machado y Miguel Hernández, cuyas poesías ha musicalizado a lo largo de los años, tocó fibras sensibles en el público.

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Además, Serrat no dejó pasar la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de la música como un vehículo para la expresión y la resistencia. Con su característico humor y sensibilidad, habló sobre la situación actual del mundo, recordando que las canciones son un refugio y una herramienta para mantener viva la esperanza.

Uno de los aspectos más destacados de esta gira de despedida es la diversidad del público que ha acompañado a Serrat. Desde jóvenes que descubrieron su música a través de sus padres, hasta seguidores que lo han escuchado desde sus inicios en los años 60, la audiencia reflejaba el alcance atemporal de su arte.

La conexión entre Serrat y su público fue evidente durante todo el concierto. Cada pausa, cada palabra y cada nota eran recibidas con una calidez que solo se logra después de décadas de complicidad.

El cierre del concierto fue un momento mágico. Serrat interpretó “Fiesta”, una de sus canciones más icónicas, que llenó el Wizink Center de alegría y energía. El público, de pie, bailó y cantó junto al artista, mientras miles de luces de los móviles iluminaban el recinto, creando una imagen imborrable.

Con lágrimas en los ojos, Serrat se despidió con una profunda reverencia, agradeciendo el amor y apoyo incondicional de sus seguidores a lo largo de los años. “Gracias por tanto, Madrid. Hasta siempre”, dijo antes de abandonar el escenario entre ovaciones que parecían no tener fin.

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La gira El vicio de cantar 1965-2022 marca el final de una era en la música en español. Joan Manuel Serrat deja un legado insuperable, no solo como cantautor, sino también como un poeta y narrador que ha sabido capturar la esencia de la vida, el amor y la lucha a través de sus canciones.

El concierto del 14 de diciembre en Madrid fue más que un evento musical; fue una celebración de una carrera única y una oportunidad para agradecer a un artista que ha dejado una huella profunda en la cultura iberoamericana. Aunque Serrat se retire de los escenarios, su música seguirá viva en los corazones de millones de personas alrededor del mundo.