A sus 35 años, Gerardo Ortiz CONFIESA todo: lo que por años se negó a admitir
Gerardo Ortiz, uno de los íconos más influyentes de la música regional mexicana, ha vuelto a ser noticia.
Esta vez, no por un nuevo lanzamiento o un escándalo mediático, sino por abrir su corazón y contar lo que por años mantuvo en silencio.
A sus 35 años, el cantante ha decidido romper con el hermetismo que siempre lo caracterizó para hablar, por primera vez, de los fantasmas que lo han perseguido desde el inicio de su carrera.
Durante una entrevista reciente, Gerardo apareció más vulnerable que nunca.
Sentado en una sala sencilla, con una expresión serena pero visiblemente conmovida, el intérprete de “Dámaso” y “¿Por qué terminamos?” compartió detalles íntimos de su vida personal y profesional que, hasta ahora, había preferido mantener en la sombra.
“Ya no tengo miedo”, confesó.
“Durante mucho tiempo sentí que debía mantener una imagen.
Pero ya no quiero esconderme.Soy humano, como todos los demás.
Uno de los temas más delicados que abordó fue el peso de la fama desde temprana edad.
Gerardo comenzó su carrera musical siendo apenas un adolescente, y rápidamente alcanzó el estrellato gracias a su voz inconfundible y a sus letras directas.
Sin embargo, detrás del éxito se escondía un joven abrumado por las expectativas y las presiones del entorno.
“Yo tenía 19 años y ya estaba encabezando giras, firmando contratos millonarios, y rodeado de personas que querían algo de mí.
Pero nadie preguntaba cómo me sentía”, reveló.
Otra de las confesiones más impactantes tuvo que ver con su salud mental.
Ortiz admitió que durante varios años luchó en silencio contra episodios de ansiedad y depresión.
Una lucha que, en sus propias palabras, lo llevó a momentos muy oscuros.
“Hubo días en los que no quería salir de la cama.
Me sentía vacío, y no entendía por qué, si lo tenía todo”, compartió con la voz entrecortada.
Agregó que incluso pensó en alejarse por completo de la música, pero que el amor de su familia y el apoyo de algunos amigos verdaderos lo ayudaron a mantenerse firme.
También habló de la controversia que, hace algunos años, casi termina con su carrera.
El polémico video de una de sus canciones, en el que se representaba un feminicidio, desató una ola de críticas que lo obligó a cancelar conciertos y a pedir disculpas públicamente.
En aquel entonces, muchos lo vieron como una figura arrogante y desafiante.
Hoy, en cambio, Ortiz reconoce que fue un momento de profunda ignorancia y desconexión.
“Yo creía que estaba haciendo arte.
Nunca quise ofender a nadie.
Pero entendí que mis decisiones tienen consecuencias.
Y aprendí la lección”, declaró.
Una parte especialmente emotiva de la entrevista fue cuando habló sobre su padre, quien también fue músico y una figura central en su vida.
Gerardo confesó que la muerte de su papá lo dejó marcado para siempre.
“No estuve con él en sus últimos momentos.
Me encontraba de gira, cumpliendo compromisos, y no pude despedirme.
Eso es algo que aún me duele”, expresó con lágrimas en los ojos.
Desde entonces, dice, ha aprendido a priorizar lo verdaderamente importante: la familia, la salud, el tiempo.
Sobre el amor, Gerardo fue más reservado, aunque dejó entrever que ha tenido relaciones intensas y complicadas.
“Me han roto el corazón, y también lo he roto.
No soy perfecto, pero he aprendido a querer de una manera más sana.
Ya no busco algo superficial, sino una conexión real”, dijo con una sonrisa nostálgica.
Aseguró que actualmente se encuentra en paz consigo mismo, y que esa tranquilidad ha influido positivamente en su proceso creativo.
En cuanto a la música, Ortiz adelantó que se encuentra trabajando en un nuevo álbum, uno muy distinto a todo lo que ha hecho antes.
Este proyecto, según explicó, será más íntimo, más personal, y menos enfocado en los corridos tradicionales que lo hicieron famoso.
“Quiero hablar de lo que siento.
De lo que he vivido.
De lo que duele, pero también de lo que sana.
Ya no tengo que fingir que soy invulnerable”, expresó.
Al final de la charla, Gerardo dejó un mensaje poderoso para sus seguidores.
“Durante años me puse una máscara.Una armadura.Hoy me la quito.
Porque entiendo que mostrarme tal como soy no me hace débil, me hace real.
Y eso es lo que quiero que mi música transmita de ahora en adelante: verdad.
La entrevista ha causado un fuerte impacto en sus fans y en la industria.
Muchos lo han aplaudido por su valentía y por la madurez con la que ha abordado temas tan personales.
Otros, que alguna vez lo criticaron, ahora lo miran con nuevos ojos.
Gerardo Ortiz ha demostrado que, incluso después de años de carrera, uno puede reinventarse, sanar y crecer.
A sus 35 años, más que un artista, se muestra como un hombre que ha aprendido a abrazar sus errores, a enfrentar sus miedos y a vivir con autenticidad.
Y quizás, esa sea su confesión más importante.