CONOCE LA HISTORIA DE CORNELIO REYNA | ¿SE PELEÓ CON RAMÓN AYALA?
Cornelio Reyna es uno de los nombres más importantes en la historia de la música norteña, un hombre cuya voz, carisma y talento marcaron a generaciones enteras, pero también un artista cuya trayectoria estuvo marcada por momentos de gloria, decisiones controversiales y una separación que aún hoy sigue generando preguntas: ¿qué pasó realmente entre él y Ramón Ayala?
Nacido el 16 de septiembre de 1940 en Parras de la Fuente, Coahuila, Cornelio Reyna creció en un entorno humilde donde la música era una forma de expresión cotidiana.
Desde temprana edad, mostró una fuerte inclinación por el canto y la composición.
Pero no fue sino hasta que emigró a Reynosa, Tamaulipas, que su destino comenzó a tomar forma.
Fue allí donde conoció a otro joven apasionado por la música: Ramón Ayala.
El encuentro entre ambos fue el punto de partida de una de las duplas más legendarias del regional mexicano.
Juntos formaron el icónico grupo Los Relámpagos del Norte, una agrupación que revolucionó el sonido norteño a principios de los años 60.
La combinación de la potente voz de Cornelio con el acordeón virtuoso de Ramón fue simplemente explosiva.
Canciones como “Ya no llores”, “Te vas ángel mío” o “Me caí de la nube” se convirtieron en clásicos inmediatos.
En una época donde el género estaba aún en consolidación, ellos abrieron camino, dándole una frescura que conectó profundamente con el público.
Durante varios años, Los Relámpagos del Norte dominaron la escena musical.
Las giras eran constantes, las ventas de discos aumentaban, y cada vez que se presentaban en algún lugar, la respuesta del público era abrumadora.
La química entre ambos artistas parecía inquebrantable, y nadie imaginaba que ese éxito terminaría de forma tan abrupta.
A mediados de los años 70, Cornelio Reyna tomó una decisión que sorprendió a todos: dejar el grupo para iniciar una carrera como solista y actor.
Esta decisión dio pie a todo tipo de especulaciones.
Algunos aseguraban que Cornelio se sentía limitado creativamente y buscaba nuevas oportunidades.
Otros hablaban de diferencias personales y profesionales con Ramón Ayala.
Lo cierto es que, a pesar del éxito, algo se rompió entre ellos.
El propio Cornelio, en entrevistas posteriores, confesó que su salida fue una mezcla de factores.
Quería probar suerte en el cine, explorar otros estilos musicales y tener mayor control sobre su carrera.
En efecto, poco tiempo después comenzó a aparecer en películas mexicanas, muchas de ellas del género ranchero, donde además de actuar, interpretaba sus propias canciones.
Su carrera como solista fue exitosa, aunque nunca alcanzó el mismo impacto que con Los Relámpagos del Norte.
Ramón Ayala, por su parte, siguió adelante y formó su propio grupo: Los Bravos del Norte.
Con ellos, no solo mantuvo su popularidad, sino que la incrementó, convirtiéndose en una leyenda viviente del acordeón.
La carrera de ambos continuó de manera paralela, con estilos diferentes y públicos que los seguían con devoción.
Durante años, la pregunta sobre si hubo una pelea real entre Cornelio y Ramón persistió.
Algunos afirmaban que dejaron de hablarse por completo, que no podían ni verse.
Otros decían que simplemente fue una decisión profesional y que el respeto mutuo nunca se perdió.
Lo cierto es que, aunque nunca protagonizaron una reconciliación pública ni volvieron a trabajar juntos, tampoco se atacaron ni hablaron mal uno del otro en los medios, lo cual sugiere que quizás no fue tanto una enemistad como una distancia inevitable por caminos distintos.
En la memoria de muchos fans, la separación fue un golpe duro.
Las canciones que habían marcado su juventud ya no serían interpretadas por sus creadores originales juntos.
A pesar de ello, tanto Cornelio como Ramón siguieron llenando escenarios, grabando discos y dejando huella en la música mexicana.
Cada uno, con su estilo y su esencia, supo mantenerse vigente durante décadas.
La vida de Cornelio Reyna tuvo momentos complejos.
A lo largo de su carrera, enfrentó altibajos personales, luchas con el alcohol y problemas de salud.
Sin embargo, nunca dejó de componer ni de cantar.
Su entrega en el escenario era total, y su conexión con el pueblo, profunda.
Hasta sus últimos días, fue recordado como un artista auténtico, cercano, con una voz que transmitía dolor, alegría, amor y desamor en cada nota.
Cornelio falleció el 22 de enero de 1997, a los 56 años, a causa de una úlcera estomacal que se complicó.
Su partida dejó un vacío inmenso en la música regional, y una ola de homenajes se multiplicó por todo México y Estados Unidos.
Ramón Ayala expresó su tristeza por la muerte de su antiguo compañero, lo que muchos interpretaron como una muestra de que, a pesar de la distancia, el cariño y el respeto nunca desaparecieron del todo.
Hoy, más de dos décadas después de su muerte, el legado de Cornelio Reyna sigue vivo.
Sus canciones siguen sonando en radios, plataformas digitales y fiestas populares.
Su voz continúa acompañando a quienes sufren una pena de amor o simplemente quieren recordar otros tiempos.
Y su historia, llena de pasión, decisiones valientes y momentos difíciles, sigue siendo objeto de admiración y debate.
La pregunta sobre si se peleó realmente con Ramón Ayala probablemente nunca tenga una respuesta definitiva.
Tal vez, como en muchas historias de grandes dúos, hubo una mezcla de orgullo, diferencias artísticas y caminos distintos.
Pero lo que nadie puede negar es que juntos hicieron historia, y por separado, construyeron dos legados inmensos que hoy forman parte del corazón de la música mexicana.