“No la nombren, no la busquen”: la emotiva confesión de Terence Hill sobre su nuevo amor a los 86 años
A sus 86 años, Terence Hill, el eterno galán del cine italiano y una de las leyendas más queridas del spaghetti western, ha vuelto a emocionar al mundo con una confesión que nadie esperaba.
En una entrevista íntima, llena de silencios, nostalgia y una sorprendente ternura, el actor rompió su habitual discreción y habló de lo que él mismo llamó “su nuevo amor”.
Pero sus palabras no fueron una simple revelación romántica: fueron un pedido desesperado de respeto, una súplica casi poética.
“Sí, tengo un nuevo amor —dijo con voz temblorosa—.
Pero por favor… no la vuelvan a mencionar.
Nadie en el estudio respiró durante unos segundos.
Terence Hill, que durante décadas evitó hablar de su vida privada, había abierto una puerta que mantenía cerrada desde la muerte de su esposa, Lori Zwicklbauer, con quien compartió más de medio siglo de amor y complicidad.
Desde su fallecimiento, en 2021, el actor se refugió en el silencio y en la naturaleza, lejos de los reflectores, viviendo entre Roma y su casa en Gubbio, un pequeño pueblo italiano donde el tiempo parece detenido.
Pero esta vez, algo cambió.
El hombre que siempre sonreía ante la cámara decidió hablar de lo que el corazón ya no podía callar.
“Creí que nunca volvería a sentir algo así”, confesó mirando al suelo.
“Durante mucho tiempo pensé que el amor solo ocurre una vez en la vida, y que cuando lo pierdes, todo se apaga.
Pero la vida… la vida es más sabia que nosotros.
” Su voz se quebró.
Los periodistas presentes aseguran que Hill hizo largas pausas entre cada palabra, como si pesara cada frase antes de entregarla al mundo.
“Ella apareció cuando yo ya no esperaba nada.
No buscaba amor, buscaba paz.
Y de pronto, en esa paz, encontré amor.
La identidad de la mujer, según confesó, no será revelada.
“No quiero que su nombre se publique, ni su rostro.
No pertenece a este mundo de luces, y no quiero que la lastimen por estar conmigo.
Ya sufrí mucho viendo cómo la prensa destrozaba mi intimidad cuando era joven.
No quiero volver a pasar por eso.
” Con esa declaración, Terence Hill dejó claro que su intención no era causar escándalo ni alimentar titulares, sino proteger lo único que le queda sagrado: su corazón.
El actor, que ha vivido más de seis décadas bajo el ojo del público, explicó que esta relación llegó en un momento de profunda soledad.
“Después de perder a Lori, pasé noches enteras mirando el techo, hablando con ella en mi mente.
Le decía: ‘No sé cómo seguir’.
Y un día, sin darme cuenta, alguien me escuchó.
Fue una amistad, nada más.
Pero con el tiempo, esa amistad se volvió compañía, y la compañía… se volvió amor.
Hill aseguró que su nueva pareja no pertenece al mundo del cine ni de la fama, sino a “la vida real”.
“Ella no tiene redes sociales, no sabe nada de cámaras, ni le interesa.
Y eso me salvó.
Me devolvió algo que creí perdido: la sencillez.
Con ella puedo caminar por un mercado sin que nadie me mire como a una leyenda.
Solo soy un viejo con un sombrero y una sonrisa.
Las redes sociales explotaron en cuanto la entrevista salió al aire.
Millones de fans alrededor del mundo reaccionaron con emoción y respeto.
Algunos expresaron alegría por verlo renacer después de tanto dolor, mientras otros se sorprendieron con la intensidad de sus palabras.
“Terence Hill aún cree en el amor.
Y eso nos da esperanza a todos”, escribió un fan italiano.
“A sus 86 años, nos demuestra que el corazón no envejece”, comentó otra seguidora en Twitter.
Pero detrás del romanticismo, también hubo un tono de advertencia.
“No la busquen, no pregunten, no la nombren.
No quiero convertir mi felicidad en un espectáculo”, insistió el actor.
“Ya lo viví una vez, y fue suficiente para toda una vida.
” Su mirada, firme y serena, reflejaba una mezcla de amor y miedo, de ternura y cansancio.
“Quiero protegerla de la curiosidad, del ruido, de los comentarios.
Lo que tengo ahora no necesita ser explicado, solo vivido.
En otro momento de la entrevista, Hill reflexionó sobre el paso del tiempo y la soledad.
“A veces creemos que la vejez es el final de todo, pero no.
Es un nuevo comienzo.
Es cuando dejas de correr detrás de lo que no importa, y empiezas a cuidar lo que realmente tiene valor.
” El actor reconoció que el amor a esa edad se vive distinto, más lento, más consciente.
“Ya no hay promesas eternas ni fuegos artificiales.
Solo hay una mano que te acompaña, una voz que te escucha, y una mirada que te recuerda que todavía estás vivo.
El conductor, visiblemente conmovido, le preguntó si su esposa fallecida aprobaría esta nueva relación.
Hill sonrió con ternura.
“Lori era pura bondad.
Sé que, donde esté, sonríe por mí.
Ella me enseñó a amar, y creo que me habría dicho: ‘No te quedes solo, sigue adelante’.
Yo no la olvido, nunca la olvidaré.
Pero aprendí que el amor no se acaba cuando alguien se va.
Solo cambia de forma.
Su testimonio fue tan profundo que trascendió las páginas de espectáculos y llegó a los noticieros de todo el mundo.
Muchos lo consideraron uno de los momentos más sinceros en la historia reciente del cine europeo.
“Es la confesión de un hombre que ha amado con el alma”, escribió un crítico italiano.
“Y que, al final, solo pide lo que todos deseamos: que no profanen su felicidad.
En sus últimas palabras, Terence Hill dejó una reflexión que conmovió a todos: “No busco que el mundo me entienda.
Solo quiero que me dejen vivir este último amor en paz.
Si algo he aprendido en la vida es que no hay edad para volver a sentir.
Mientras el corazón lata, hay esperanza.
El público aplaudió de pie.
Y aunque Hill se retiró con su característica humildad, su mensaje quedó grabado en millones de corazones: incluso las leyendas, detrás del mito, solo desean amar sin ser observadas.
