⚡ “Gibran Araige en la cuerda floja: el regreso que nadie vio venir”
Mauricio Ymay fue, durante años, una de las figuras más sólidas de la información deportiva en México.

Su estilo directo, su voz firme y su habilidad para dominar la pantalla lo convirtieron en un rostro imprescindible de Televisa Deportes.
Pero cuando decidió abandonar la empresa hace algunos años para unirse a ESPN, su salida fue vista por muchos como un portazo definitivo, una ruptura sin retorno.
Por eso, cuando su rostro volvió a aparecer recientemente en los foros de Televisa, el impacto fue inmediato.
Las cámaras lo captaron caminando por los pasillos del corporativo, saludando con esa misma seguridad que siempre lo caracterizó.
Pero detrás de las cámaras, la tensión era palpable.
Fuentes cercanas a la producción aseguran que su regreso no fue tan amistoso como se quiere hacer ver.

“No fue una invitación…fue una estrategia”, susurra una fuente interna.
Ymay habría sido llamado para ocupar un espacio que estaba en disputa, uno que casualmente estaba vinculado a Gibran Araige, otro rostro fuerte del área deportiva.
Gibran, quien se había consolidado en los últimos años como una figura confiable y cercana al público, no tardó en notar el cambio de atmósfera.
Su nombre comenzó a desaparecer de algunas transmisiones clave, y su presencia en los segmentos principales se redujo drásticamente.
“Fue como si alguien apagara la luz sin previo aviso”, comenta un productor que trabajó con ambos.
La versión oficial que se difundió fue que Mauricio Ymay “regresaba para reforzar los proyectos especiales de la casa”, pero en el fondo, todo parece apuntar a un reacomodo interno lleno de intereses cruzados.

Algunos aseguran que fue el propio Ymay quien negoció directamente su regreso con altos ejecutivos, aprovechando una crisis reciente en la dirección de contenidos deportivos.
Su regreso, dicen, fue una jugada calculada, casi quirúrgica, pensada para retomar el lugar que alguna vez le perteneció.
Mientras tanto, Gibran Araige guarda silencio.
Sus redes, que solían estar activas y llenas de interacciones, ahora muestran una calma inquietante.
En el medio televisivo, ese tipo de silencio pesa más que mil declaraciones.
Algunos compañeros aseguran que ha tenido reuniones privadas con directivos para aclarar su situación laboral, otros sostienen que su salida ya está prácticamente decidida, solo pendiente de “una oportunidad para anunciarla sin escándalos”.
El regreso de Ymay, por otra parte, se ha vendido como un “nuevo comienzo”, pero quienes lo conocen de cerca afirman que viene con un propósito claro: recuperar el protagonismo perdido y demostrar que sigue siendo un pilar dentro del periodismo deportivo.
La competencia, en un entorno tan feroz como el de la televisión mexicana, no da segundas oportunidades, y Mauricio parece decidido a aprovechar la suya hasta el último segundo.
Lo curioso es que, detrás de todo este movimiento, hay un detalle que pocos han notado.
Según fuentes de producción, antes de que se concretara su regreso, se realizaron varias reuniones entre ejecutivos de Televisa y productores veteranos, quienes plantearon la necesidad de “recuperar figuras con credibilidad y trayectoria”.
En ese contexto, el nombre de Ymay surgió como la opción ideal para “devolverle prestigio” a los noticieros deportivos, especialmente en un momento en que las audiencias jóvenes comienzan a migrar hacia plataformas digitales.
Pero el precio de esa decisión ha sido alto.
La plantilla interna quedó dividida.
Algunos ven en Ymay a un líder experimentado, un mentor capaz de revitalizar los contenidos.
Otros lo perciben como una sombra del pasado que regresa a desplazar a una generación emergente.
“Es como si el reloj hubiera retrocedido diez años”, comenta, con un dejo de ironía, un periodista que pidió el anonimato.
Lo cierto es que en los estudios de Televisa nada vuelve a ser igual desde su regreso.
Los horarios se han ajustado, los guiones se han modificado y las prioridades han cambiado.
En las reuniones matutinas se siente un aire distinto: más control, más presión y más competencia.
Gibran, por su parte, se enfrenta al dilema más difícil de su carrera.
¿Aceptar un papel secundario o buscar un nuevo comienzo fuera de la empresa?
Hasta el momento, Televisa no ha emitido un comunicado oficial sobre su situación.
Sin embargo, las decisiones internas ya marcan un rumbo evidente.
Los segmentos principales y las coberturas estelares ahora están encabezados por Ymay, mientras que Araige aparece cada vez menos.
Y en la televisión, como en la vida, la ausencia también es una respuesta.
Los espectadores han notado el cambio.
Las redes se llenan de comentarios preguntando por Gibran, comparando estilos, especulando sobre tensiones internas.
Lo que comenzó como un simple regreso laboral se ha transformado en una telenovela corporativa, con todos los ingredientes del drama: poder, ego, nostalgia y traición.
Mauricio Ymay sonríe ante las cámaras, como si nada pasara.
Pero detrás de esa sonrisa se esconde una historia de ambición, de segundas oportunidades y de heridas que todavía no cicatrizan.
En el fondo, su regreso no solo marca un capítulo más en la historia de Televisa, sino también el recordatorio de que en la televisión, como en la vida, nadie está realmente a salvo de ser reemplazado…o de regresar cuando todos pensaban que estaba fuera del juego.