🩸 Cuando dos mitos se rozaron en la sombra: el episodio oculto entre el Che Guevara y un joven Pablo Escobar 🕶️

🔥 La intercepción que nadie enseñó en los libros: Che Guevara vs.Pablo Escobar antes de la leyenda 🤫

 

A comienzos de los años sesenta, Colombia era un hervidero de tensiones.

Fronteras porosas, contrabando cotidiano y una violencia política que servía de telón de fondo para todo tipo de negocios ilegales.

Pablo Escobar, "El Patrón" del Cartel de Medellín

En ese escenario, Ernesto “Che” Guevara se movía por la región como emisario revolucionario, observando, aprendiendo y buscando fisuras por donde expandir su proyecto ideológico.

No era un turista ni un simple teórico; era un hombre obsesionado con el control del territorio y con cortar cualquier flujo económico que considerara enemigo del ideal revolucionario.

Los camiones interceptados no llevaban armas ni drogas en el sentido clásico que hoy asociamos a Escobar.

En aquel entonces, el joven Pablo aún no era el capo que el mundo conocería, sino un contrabandista audaz, dedicado a mover mercancía ilegal, electrodomésticos, cigarrillos y otros productos que dejaban dinero rápido en un país donde la ley era flexible para quien supiera moverse.

Es precisamente ahí donde los caminos se cruzan.

Para el Che, esos camiones representaban algo más que contrabando: eran la prueba de una economía paralela que alimentaba desigualdades y fortalecía a futuros enemigos del cambio social.

La intercepción fue rápida y quirúrgica.

No hubo discursos ni banderas.

Los hombres del Che actuaron con disciplina, deteniendo los vehículos, revisando la carga y enviando un mensaje claro: ciertas rutas ya no eran seguras.

Escobar no estaba presente, pero entendió el aviso.

Para un joven que empezaba a construir su reputación, perder mercancía no era solo una pérdida económica, era una humillación.

Ese momento, según relatos posteriores, marcó algo profundo en su manera de ver el poder: la fuerza no solo estaba en el dinero, sino en el control armado y en la capacidad de infundir miedo.

Condena contra ex senador implicado en la muerte de un candidato  presidencial, asesinado por orden de Pablo Escobar, se confirma. - Diario  Constitucional

El Che, por su parte, interpretó el operativo como una pequeña victoria moral.

Interrumpir el contrabando era, en su visión, golpear al embrión de un capitalismo criminal que terminaría devorando a América Latina.

Pero también subestimó algo esencial: la adaptabilidad de hombres como Escobar.

Donde el revolucionario veía una advertencia suficiente, el contrabandista vio un desafío.

No se retiró del juego; aprendió de él.

Psicológicamente, el contraste es brutal.

El Che actuaba desde una lógica de sacrificio y causa histórica.

Escobar, desde una lógica de supervivencia y ascenso personal.

La maldad de Pablo Escobar en televisión | KienyKe

Ambos creían en el poder, ambos estaban dispuestos a usar la violencia, pero sus motivaciones eran irreconciliables.

Ese breve cruce simboliza dos futuros posibles para la región: uno basado en la utopía revolucionaria y otro en el imperio del dinero ilegal.

Ninguno de los dos imaginaba entonces la magnitud de su propio legado.

Con el tiempo, el episodio se diluyó en la niebla de la historia no oficial.

No convenía a nadie enfatizarlo.

Para los seguidores del Che, reconocer ese contacto implicaba aceptar que la revolución también se movía en zonas grises.

Para el mito de Escobar, admitir una derrota temprana rompía la narrativa del ascenso imparable.

Así, el silencio se impuso y el relato quedó fragmentado, transmitido en susurros, exagerado por algunos, minimizado por otros.

Lo inquietante es pensar qué habría pasado si ese encuentro hubiera ido más allá.

Si el Che hubiera identificado a Escobar como algo más que un contrabandista menor.

Si Escobar hubiera estado presente y no solo detrás de los camiones.

Tal vez la historia de Colombia, del narcotráfico y hasta de la guerrilla habría sido distinta.

Pero la historia no se construye con “qué pasaría si”, sino con decisiones tomadas en segundos y consecuencias que duran décadas.

Ese momento, aparentemente menor, anticipa mucho de lo que vendría después.

Escobar aprendió que el poder real no tolera obstáculos y que debía convertirse en uno de ellos.

El Che confirmó que la lucha ideológica chocaría inevitablemente con economías ilegales cada vez más sofisticadas.

Ambos siguieron su camino, alejándose para siempre, pero dejando una intersección simbólica que hoy resulta casi profética.

Cuando se mira en retrospectiva, la intercepción de esos camiones no es una anécdota curiosa, sino un espejo temprano de dos monstruos históricos en gestación.

Uno sería elevado a ícono revolucionario global; el otro, a villano universal.

Pero en ese instante, en una carretera colombiana olvidada, no eran mitos.

Eran dos fuerzas emergentes midiendo el terreno, aprendiendo las reglas y preparándose, sin saberlo, para cambiar la historia de formas radicalmente opuestas.

 

 

Related Posts

Our Privacy policy

https://colombia24h.com - © 2025 News