🔥Después de la Muerte de Rubby Pérez: La Inquietante Confesión del Hombre que Encontró su Cadáver
El día comenzó como cualquier otro para Juan Del Rosario, un rescatista con más de 15 años de experiencia en operaciones de emergencia en República Dominicana.
Pero nada pudo haberlo preparado para lo que estaba a punto de presenciar aquella tarde cuando recibió la llamada que cambiaría su vida para siempre.
Un cuerpo había sido reportado en una residencia ubicada a las afueras de Santo Domingo, y según los primeros informes, se trataba del reconocido merenguero Rubby Pérez.
La noticia cayó como una bomba entre los equipos de rescate, pero nadie imaginaba la escena que encontrarían al llegar.
Juan, al frente del equipo, fue el primero en entrar al lugar.
Lo que vio dentro lo marcó para siempre.
Rubby Pérez yacía en el suelo de su habitación, completamente solo, sin señales inmediatas de violencia pero con una expresión en su rostro que, según Juan, “no era de paz”.
“Vi muchos cadáveres en mi carrera, pero jamás uno que transmitiera tanto miedo”, confesó el rescatista en una entrevista exclusiva.
A su alrededor, todo parecía en orden, excepto por un detalle que le heló la sangre: una nota escrita a mano, mal doblada, escondida debajo de un libro en la mesa de noche.
La policía la tomó como evidencia, pero Juan no pudo evitar leerla antes.
Las palabras eran breves, confusas y perturbadoras: “Me siguen.
Ya no puedo más.
Perdónenme”.
Desde ese momento, la versión de una muerte natural empezó a resquebrajarse.
Juan aseguró que el cuerpo no presentaba signos de trauma externo, pero algo en el ambiente era “demasiado extraño para ser coincidencia”.
Había un olor metálico en el aire, casi imperceptible, pero inquietante.
Además, el perro de la casa, normalmente dócil, estaba escondido bajo la cama, temblando de miedo.
El rescatista afirmó que intentaron calmar al animal pero no hubo forma.
Lo más desconcertante fue cuando uno de los paramédicos, al intentar mover el cuerpo, sufrió un desmayo repentino.
Los médicos no encontraron causa médica aparente, y el paramédico no recordaba nada al despertar.
“Era como si algo pesado flotara en esa habitación”, dijo Juan, aún con la voz quebrada.
Tras su declaración, comenzaron a surgir teorías de que Rubby podría haber estado siendo acosado o incluso perseguido por personas desconocidas.
Algunos sugirieron que podría haberse sentido en peligro y que su muerte no fue un accidente ni por causas naturales.
La policía, sin embargo, mantuvo su informe oficial: fallo cardíaco.
Pero Juan insiste en que hay piezas que no encajan.
Días después, el rescatista comenzó a recibir llamadas extrañas desde números desconocidos.
No respondían, solo dejaban escuchar una respiración pesada durante varios segundos antes de colgar.
Incluso recibió una nota anónima en su buzón: “No sigas hablando”.
Él, lejos de asustarse, decidió contar su historia.
Dijo que si algo le pasaba, quería que el mundo supiera que Rubby Pérez no murió simplemente.
Que había más.
Que alguien debía investigar más allá del dictamen médico.
Juan también reveló que durante el levantamiento del cuerpo, notó una marca en la muñeca del artista, como si hubiera sido sujetado con fuerza.
Esa información no fue incluida en el reporte final.
Cuando pidió explicaciones, le respondieron que era “irrelevante”.
Pero él sabía que no lo era.
Desde entonces, ha recibido amenazas veladas y advertencias para que guarde silencio.
No obstante, está dispuesto a llegar hasta el final con la verdad.
“La gente merece saber lo que pasó realmente con Rubby”, afirmó.
“No me voy a quedar callado mientras maquillan una historia que no es cierta”.
El caso, aunque oficialmente cerrado, ha reabierto viejas heridas en el entorno del cantante.
Familiares, amigos y fans exigen una nueva investigación.
Algunos aseguran que Rubby había mostrado señales de angustia en las semanas previas, pero nadie supo interpretarlas.
Otros creen que estaba siendo manipulado psicológicamente por alguien cercano.
Lo cierto es que, tras las revelaciones del rescatista, muchas preguntas siguen sin respuesta.
¿Quién escribió realmente esa nota?
¿Por qué la escena parecía tan cuidadosamente montada?
¿Y quién está intentando silenciar al único testigo que habló sin miedo?
Mientras tanto, la figura de Rubby Pérez se transforma en leyenda, envuelta ahora en un halo de misterio que solo el tiempo, o la valentía de alguien más, podrá disipar.